La necesidad de conseguir ahorro en tiempo, energía y coste impulsa la construcción de casas prefabricadas e industrializadas
22 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Dicho y hecho, o casi. Es el sueño de ver una casa barata, pedirla y que se materialice en pocas semanas o meses en nuestro terreno. Así lo venden numerosas empresas de vivienda unifamiliar low cost, que son casas prefabricadas (con un modelo ya cerrado) o industrializadas (que usan elementos ya construidos para ensamblar), un mercado que ha eclosionado en los últimos años en España. En otros países no solo es popular desde hace mucho, sino que constituye la mayor parte de lo construido en las afueras de las grandes ciudades, como es el caso de Holanda, Suecia o Estados Unidos.
Como en todos los productos, hay muchos niveles de calidad y precio. Desde las casas prefabricadas en madera que se transportan ya hechas o se montan en el terreno, hasta sofisticadas viviendas modulares que cumplen los estándares passivhaus de aislamiento y ahorro energético. Todas aspiran a tener algo en común: ahorrar tiempo de entrega y ser más baratas (se estima que hasta un 30% de promedio) que las de construcción tradicional.
Hay cabañas sencillas y económicas para estancias temporales, que se montan en pocos días y sin cimientos ni complejas instalaciones. Si hablamos de las casas para vivir, no obstante, los precios ya parten de unos 500 euros por metro cuadrado hasta lo que se quiera pagar, pero se aproximan más a los 1.000 euros y es fácil llegar hasta los 1.500 euros por metro cuadrado si se busca más sofisticación.
La empresa Tini (Madrid), por ejemplo, promete entregar la casa en un mes, con un diseño rompedor. Se trata, aseguran, de «casas industrializadas y modulares, fabricadas 100% en España y transportadas totalmente acabadas a donde quieras». Se puede elegir entre tres modelos, configurarlos e incluso «ensamblarlos creando espacios mayores y recibirlos totalmente acabados». Están hechas con un armazón de acero aislado con algodón reciclado y forrado de madera reciclada OSB. Una de entre 60 y 80 metros cuadrados costaría alrededor de 100.000 euros.
La gallega Cube tiene numerosos modelos y tamaños que instala y entrega. Las más pequeñas (de 12 a 36 metros, hasta 33.000 euros con el pack llave en mano), que llaman modelos Basic, está pensadas para posarla en un terreno «y moverla cuando quieras», como un lugar de fin de semana.
Cerca de casa
En Asturias también hay algunas empresas que se dedican a la fabricación de este tipo de chalets. Por ejemplo, CMI Casas Modulares (Cenero, Gijón), hace viviendas con paneles elaborados con arcilla expandida, que «confieren una solidez extraordinaria y un aislamiento térmico y acústico muy superior a los productos convencionales». Entre sus muchas opciones, instala casas modulares de dos o tres dormitorios (entre 70 y 120 metros cuadrados) con un plazo máximo de entrega de siete meses. La de dos dormitorios costaría 138.000 euros sin IVA. Su precio incluye, sin embargo, la dirección facultativa para instalarlas, excavación y cimentación e instalaciones.
Izodom (Gijón) dice estar especializada en la construcción de viviendas Passivhaus con un bajo consumo energético. Prometen «una construcción rápida y alta eficiencia energética» mediante un sistema que consiste en construir el encofrado del edificio a partir de elementos aislantes y rellenarlos con hormigón. «La tecnología Izodom crea una pared que no necesita ser aislada adicionalmente lo que permite una alta eficiencia energética y un ahorro del 80% en los costes de calefacción y aire acondicionado en el hogar». La ventaja, aseguran, es el ahorro energético y un 50% de reducción en tiempo de construcción respecto al tradicional. Una casa sencilla de 70 metros cuadrados en una planta puede costar sobre 91.000 euros, según la calculadora que ofrecen en su web, pero el precio se eleva si se complica el diseño o se introduce un ático, hasta los 115.000 euros.
Modultec (Gijón) lleva 30 años instalando casas con piezas que se fabrican por separado y se ensamblan en su lugar definitivo, lo que también reduce los tiempos. Anuncian «una reducción del plazo de ejecución hasta en un 50% respecto al tradicional y un ahorro energético de casi un 30% gracias a los materiales que usan». No solo hacen viviendas, sino todo tipo de construcciones en toda España.