Las conexiones ferroviarias de Asturias son un quebradero de cabeza. La inminente llegada del AVE a Asturias, previsto para el primer trimestre de 2023 será un hito que conseguirá atenuar una deuda histórica, pero en el tintero quedan otras muchas asignaturas pendientes. Además de las Cercanías (el presunto Metro asturiano que presenta deficiencias en enlaces, en horarios y en retrasos) las líneas de largo recorrido dejan mucho que desear. Actualmente, Asturias cuenta con tres servicios diarios con Madrid, uno menos que antes de la pandemia, y uno regional con León y Valladolid. ¿Cuáles son los planes de Renfe? La Consejería de Medio Rural y Cohesión Rural sostiene que pasan por recuperar este verano la línea ferroviaria que une Asturias con Alicante. Rescataría por tanto el tren Alvia aprovechando la apertura a principios de este verano del túnel que conectará las estaciones de Chamartín y Atocha. Cubriría la conexión con el levante. Pero ¿y Barcelona? Aquí llega el jarro de agua fría. El Principado cree que Renfe descarta «a corto plazo» restablecer la conexión con la capital catalana. Una mala noticia. Y de paso cuantifica los datos de viajeros en tren entre Asturias y Madrid: en el primer cuatrimestre de este año 86.700 viajeros subidos y bajados en el Principado. Un tercio menos que antes de la pandemia. Las esperanzas se centran en la Variante de Pajares, que pueden revolucionar la conectividad de Asturias. El Principado subraya la importancia de que Asturias se incorpore al Corredor Noroeste, que permita contar con financiación y dotar de más »oportunidades« al tráfico de mercancías.