La nueva oportunidad para el carbón en Asturias que es la punta del iceberg

Juan M. Arribas

ASTURIAS

Vagones de FEVE para el transporte de carbón en la estación de Figaredo. Mieres. Asturias 2016
Vagones de FEVE para el transporte de carbón en la estación de Figaredo. Mieres. Asturias 2016 Eduardo Urdangaray y Ramón Jiménez

05 may 2022 . Actualizado a las 05:01 h.

La decisión de la Comisión Europea de aumentar la participación del carbón para aminorar la dependencia del gas ruso ha causado sorpresa en Asturias, una región con una profunda huella carbonera. Una sorpresa negativa entre los sindicatos, que llevan una década advirtiendo de que prescindir de la única materia prima fósil que tiene España para generar electricidad era una temeridad y que hacerlo sin una reserva estratégica y de manera precipitada, al margen de los ritmos de la Unión Europea. suponía una pérdida de soberanía nacional. Al Gobierno regional la decisión también le ha chocado, de tal manera que ha pedido tiempo para analizar la propuesta, digerirla y valorarla. En todo caso, Industria ha optado por ver la botella medio llena y ha enfocado el plan europeo desde la óptica del hidrógeno verde, el nuevo maná renovable que también sale potenciado por la Comisión y que se quiere ver como una oportunidad para Asturias. El Principado cree que la comunidad cuenta con ventajas en esa tecnología, según el consejero Enrique Fernández. Y añade que en Asturias no hay riesgo en el suministro energético. Al fin y al cabo, el mix energético no es tan dependiente del gas, petróleo y carbón ruso como lo son los países del Este. El análisis de CCOO quiere ser positivo, dentro de la crítica. Zapico cree que Asturias debe aprovechar la prolongación de la vida del carbón para la generación de energía, porque aún cuenta con una empresa pública como Hunosa con una explotación en funcionamiento y dos importantes térmicas (Soto de Ribera y Aboño) para contribuir a generar energía. Lada y Soto de la Barca ya están desconectadas. Para Zapico, el carbón puede tener una nueva vida, aunque sea temporalmente, durante quince años más, y eso es algo que Asturias tiene que aprovechar. Y sostiene que es el momento para que el Gobierno reconsidere su «alocada estrategia» de descarbonización y dé tiempo a Asturias para que se adapte a las necesidades teniendo en cuenta lo que imponen las circunstancias. ¿Tendrá el carbón una nueva vida? El futuro nadie lo sabe y la guerra de Ucrania ha trastocado muchas estrategias. Pero nadie debe dudar de que los combustibles fósiles tienen sus días contados: el cambio climático es una realidad que solo los negacionistas pueden ocultar. Es la punta del iceberg de un hecho inevitable.