¿Qué van a hacer en Avilés y Siero con el distintivo ambiental implantado en Gijón?

Elena G. Bandera
E. G. Bandera REDACCION

ASTURIAS

Avilés
Avilés Ayuntamiento de Avilés

Ambos concejos, al tener más de 50.000 habitantes, ya trabajan en definir las características de las zonas de bajas emisiones que tendrán que estar habilitadas en 2023 teniendo en cuenta sus condicionantes

15 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni el Ayuntamiento de Avilés ni el de Siero, los otros dos municipios de Asturias junto a Gijón y Oviedo que tendrán que que tener habilitadas a comienzos de 2023 zonas de bajas emisiones por tener más de 50.000 habitantes, tienen previsto implantar la obligatoriedad de exhibir el distintivo ambiental de la Dirección General de Tráfico en los vehículos que tengan derecho a alguno de los cuatro tipos de etiquetas.

Las zonas de bajas emisiones (ZBE), que también serán obligatorias en las localidades de más de 20.000 habitantes que superen los límites de contaminación permitidos, son contempladas en cumplimiento de la normativa europea en la Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica para mejorar la calidad del aire, del medio ambiente sonoro y la salud de la ciudadanía en base a unas directrices encaminadas a tener en cuenta la pirámide de movilidad, dando prioridad al peatón, a la movilidad activa y al transporte público por delante del vehículo privado.

A medio plazo, el distintivo ambiental servirá para distinguir el acceso a esas zonas de bajas emisiones en función del tipo de vehículo, algo que por ejemplo en Gijón no se contemplará hasta 2026 siempre y cuando el 1 de enero de 2025 se haya percibido una sensible reducción de los vehículos sin derecho a distintivo en el parque móvil de la ciudad. Si para entonces no fuera así, este martes en el pleno municipal se acordaba retrasar la implantación de las restricciones de entrada en las zonas de bajas emisiones del municipio más allá de 2026.

Sea como fuere, en Avilés, se tiene previsto implantar la zona de bajas emisiones con una serie de medidas que aúnen el mayor consenso posible, tal y como explicaba ayer el concejal de Movilidad y Sostenibilidad, Pelayo García, en la comisión de urbanismo. El Ayuntamiento de Avilés ya tiene aprobada además financiación (1,41 millones de euros) procedente de los fondos europeos Next Generation EU, dentro de la implantación de la ZBE, para la adecuación como vías de tráfico restringido de la calle Marcos del Torniello y la plaza de la Merced, por un lado, y de la calle Doctor Severo Ochoa en el tramo junto a la plaza del Carbayedo, por otro, así como para la pavimentación de la senda peatonal y el carril bici de Los Llaos a Miranda.

Requisitos mínimos

Aún no se han definido las medidas que se implantarán en el ámboto de la zona de bajas emisiones, pero irán encaminadas a cumplir con los requisitos mínimos que establece la ley debido a la serie de condicionantes «ajenos al ayuntamiento» y que influyen en los niveles de emisiones del municipio, como por ejemplo el desarrollo de la ronda norte, por la que circula tráfico pesado. «No tiene mucho sentido que nosotros vayamos a máximos en la exigencia a la ciudadanía», consideraba en ese sentido el concejal de Movilidad, que recordó también que existe un consenso entre los grupos municipales para establecer sistemas de control digitales y permitir acceso para carga y descarga con zonas delimitadas para ello,.

Además, se tratará de ampliar las plazas de aparcamiento de la ORA en el ámbito de la zona de bajas emisiones y aprovechar las bolsas de parking subterráneo, ahora con una baja ocupación, mediante algún tipo de bonificación o mejora en las tarifas e incluso actuaciones de mejora para hacerlos más atractivos, anunciando su disponibilidad mediante paneles informativos en los accesos de la ciudad.

En todo caso, se parte de la premisa de que la zona de bajas emisiones no tendrá un planteamiento excluyente, sino inclusivo, y que en las zonas restringidas al tráfico permitirán el acceso a los aparcamientos mediante esos sistemas digitales. Además, el Plan de Movilidad Urbana Sostenible de Avilés contempla la ampliación de la zona de bajas emisiones en un horizonte a 10 años, con lo cual «no toca ahora» definir un ámbito más amplio ni limitar el acceso de vehículos en la muralla.

Dispersión geográfica de la población en Siero

En el caso de Siero, el concejal de Seguridad Ciudadana y Protección Civil, Movilidad, Tráfico y Transportes, Víctor Villa, explica que en la actualidad se está en plena fase de elaboración de los cimientos de un plan de movilidad para el conjunto del municipio, que tiene como peculiaridades la dispersión geográfica de su población que, además, en su mayor porcentaje habita en la zona rural. «Ya habíamos hecho en su día un plan de movilidad para Lugones, pero ahora estamos recogiendo todas las medidas necesarias para hacerlo a nivel de concejo y, entre ellas, una es buscar de qué manera podemos aplicar las zonas de bajas emisiones», indica, en referencia al hecho de que en Siero, si se tienen en cuenta los objetivos de las ZBE, no puede aplicarse el mismo concepto que por ejemplo en Oviedo y Gijón al no tener una zona urbana concreta con elevado flujo de tráfico.

«Trataremos de implementar esas zonas de bajas emisiones en los núcleos más importantes que tenemos, tanto Lugones como Pola de Siero, buscando que sea también de la forma menos lesiva hacia la ciudadanía porque no estamos en el mismo caso en cuanto a emisiones procedentes del tráfico como puedan estar Oviedo o Gijón», puntualiza Villa, que señala por ejemplo a la posibilidad de proteger zonas con mayor vulnerabilidad como los entornos de los centros escolares y de las residencias de personas mayores.

«El cambio climático no se puede negar ni se puede intentar trasladar más allá del tiempo, pero tampoco vamos a volvernos locos con medidas como censurar la entrada de vehículos que no sean ecosostenibles», considera, recordando que la propia ley permite adaptar esas zonas de bajas emisiones a las características de cada municipio de más de 50.000 habitantes para «intentar paliar el efecto de la contaminación venga de donde venga y tratar de plantear soluciones». Además, también pone como ejemplo lo ocurrido en el área metropolitana de Barcelona, en donde tras un primer año de funcionamiento, las multas fueron descendiendo debido al incremento de la concienciación ciudadana.