«Por fin tendremos una carrera profesional a la que atenernos. Una carrera profesional con categorías y baremos homogéneos que nos permitan una estabilidad y prosperar en nuestra profesión, como cualquier otra persona en la suya». Así de exultante se mostraba Francisco del Castillo, presidente de la Asociación Nacional de Investigadores Hospitalarios (ANIH) que ha visto como después de una reivindicación eterna el Congreso ha respaldado, en un acuerdo histórico, la creación de la carrera profesional de investigador sanitario, lo que eliminará la precariedad de los miles de científicos que en España desarrollan su trabajo en el ámbito de los hospitales. Todos, hasta ahora, tenían contratos precarios por obra y servicio, una inestabilidad que se extendía en no pocos casos hasta pasados los 60 años y con grandes diferencias entre unas comunidades y otras. Y siempre con la amenaza del despido después de toda una vida trabajando.
«Tenías contratos de adolescente hasta los 55 años y luego ya te querían prejubilar. Nunca tuvimos un contrato maduro», apunta Del Castillo, que advierte que a partir de ahora quedan dos años por delante para establecer la carrera de investigador sanitario, lo que se tendrá que consensuar con las comunidades. «La batalla de verdad empieza ahora», dice.
La medida se incluye dentro de la Ley de la Ciencia, aprobada ayer por el Congreso en una votación que, en el panorama actual, también semeja histórica: el proyecto no registró ningún voto en contra. La mayoría de los partidos votaron a favor, incluido el PP y Ciudadanos, y solo se registraron las abstenciones de Vox, PNV y Junts, BNG y CUP. En el primer caso por sus «tintes ideológicos» y en el de los nacionalistas porque creen que invade competencias autonómicas. Al final fueron 279 síes y 62 abstenciones.