La dimisión de Adriana Lastra deja en «shock» al socialismo asturiano

Juan M. Arribas

ASTURIAS

La vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, en la sede de la FSA-PSOE de Oviedo
La vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, en la sede de la FSA-PSOE de Oviedo Eloy Alonso | EFE

La marcha de la política riosellana deja un vacío de influencia de Asturias ante Ferraz y el Gobierno Sánchez

19 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La dimisión de Adriana Lastra como vicesecretaria general del PSOE ha dejado una sensación  de orfandad y de shock en el socialismo asturiano, que había visto cómo en el último lustro se había convertido en su principal sustento en Madrid. A la sombra de Pedro Sánchez, Adriana Lastra fue fraguando un indiscutible poder en Ferraz, una influencia que beneficiaba a Adrián Barbón y a la FSA y que se plasmaba en una constante  presencia de ministras y ministros en Asturias. La marcha por razones de salud, (Lastra espera su primer bebé a sus 43 años, un embarazo de riesgo) unido a los malos resultados electorales de Andalucía presagian cambios en la cúpula socialista. Y está por ver cuál será el peso que la FSA logre plasmar en la próxima remodelación. Lastra deja un gran vacío. 

Tanto Adrián Barbón como Gimena Llamedo han aprovechado para elogiar la  figura de Adriana Lastra tras su dimisión. También lo ha hecho Iván Fernández, el alcalde de Corvera, que sustituirá a la política riosellana en la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE y que sigue con su carrera ascendente. Es también vicesecretario general y responsable de Acción Política e Institucional de la FSA. Barbón pierde a una interlocutora eficaz con el Gobierno y Ferraz. Lejanos quedan los tiempos en que tanto Lastra como Luisa Carcedo eran los principales baluartes del sanchismo en Asturias. Tras la marcha de Lastra y la anterior de Carcedo como ministra de Sanidad, solo un asturiano, Hugo Morán, forma parte del Gobierno. El exalcalde de Lena es secretario de Estado de Medio Ambiente.

Aunque también es evidente que la influencia de Adriana Lastra empezaba a menguar. La baja ejecución de la inversión del Gobierno en Asturias en el último año obligó al Principado a reaccionar con rapidez: el tour ministerial de Adrián Barbón hace unas semanas en Madrid arrancó compromisos para paliar el abandono presupuestario de una región que tiene dependencia (como el resto) de las cuentas públicas. Lastra no renuncia a sus futuras tareas como diputada pero sí deja claro que su decisión es apartarse del agitado frente político y parlamentario. «Nos encontraremos en las agrupaciones y las casas del pueblo», anuncia a sus «queridos compañeros y compañeras del Partido Socialista»

La dimisión de Lastra coincide con un momento complejo en las filas socialistas, que acumula malos resultados en las últimas citas electorales, especialmente en Andalucía, donde cosechó los peores datos de su historia. En Asturias, en apenas 10 meses, tendrán lugar las elecciones municipales y autonómicas y en año y medio llegarán las Generales. Voces socialistas ya habían en privado pedido cambios internos para afrontar el ciclo electoral y la marcha de la política riosellana puede ser el detonante y la excusa para una reestructuración del partido.  El objetivo sería frenar las críticas directas a Pedro Sánchez y poner freno a la erosión de su imagen.

Miembros de la Ejecutiva Federal del PSOE aseguraron a la agencia Efe que estaban «en shock» por la dimisión de Lastra, de la que no tenía constancia «casi nadie» en el partido, aunque por otro lado reconocieron que estaban en alerta ante la posibilidad de que hubiera cambios en el partido, que sonaban con más fuerza en el caso de los portavoces. «El objetivo es ir a septiembre lo más frescos y preparados posibles», dijo un socialista,

¿Quién relevará a Adriana Lastra? Todavía es pronto para las conjeturas; si se realizará una reestructuración interna más o menos profunda. El camino más previsible es la convocatoria de un Comité Federal, máximo órgano del partido entre congresos, que debe ratificar la decisión que tome Pedro Sánchez sobre la sucesión de Lastra. Pero algunas fuentes socialistas apuntan que existe la posibilidad de que no haya un relevo en el cargo y que se suprima la Vicesecretaría General, que Lastra ocupa desde 2017 y que fue interpretado en su día como un gesto de Sánchez tras ser apartada la política asturiana de la portavocía parlamentaria.

En este caso, como ha ocurrido en algunas ocasiones en la historia del PSOE, no habría un vicesecretario general, y la cúpula del partido se quedaría reducida a la figura del secretario general (Pedro Sánchez) y el secretario de Organización (Santos Cerdán, con quien Lastra no mantenía una relación fluida), además de la presidenta del PSOE (Cristina Narbona). En lasl quinielas, la figura del diputado socialista y exlehendakari Patxi López.

Una larga trayectoria política

Lastra interrumpe así su carrera política, que mantendrá como diputada en el Congreso. Una carrera marcada por su tenacidad y por su capacidad de lograr alianzas. Por ser una oradora directa y diplomática en el ámbito privado. Sanchista desde la propia raíz del término, la política riosellana atesora hasta ahora una larga trayectoria política. Tercera de cinco hermanas, se afilió a las Juventudes Socialistas a los 19 años y fue ocupando cargos de dirección en la FSA. La ruptura de las familias socialistas enturbió notablemente su relación con Javier Fernández, por aquel entonces presidente del Principado. Lastra luchó contra Fernández y acompañó a Sánchez aquel rocambolesco comité federal del 1 de octubre de 2016 y no cejó en el empeño hasta que Sánchez recuperó el liderazgo en las primarias de mayo de 2017. Fue secretaria de Política Municipal del PSOE, diputada autonómica entre 2007 y 2015, y luego dio el salto al Congreso. Llevó la campaña electoral de Sánchez de junio de 2016 y en la investidura de Mariano Rajoy hizo patente su discrepancia con la directriz del partido de facilitar su elección al abstenerse «por imperativo». No rompió la disciplina pero no se calló.

Estuvo en el retorno de Sánchez, que había dejado su escaño en defensa de su «no es no». Coordinó su campaña de primarias y formó parte desde entonces del «núcleo duro» del sanchismo  junto a José Luis Ábalos ?defenestrado de la primera línea-. La victoria de Sánchez le aupó de nuevo a responsabilidades en el PSOE, elegida vicesecretaria en el 39 congreso de junio de 2017, pero además fue nombrada portavoz adjunta en el Congreso de los Diputados, con Margarita Robles de portavoz. Sánchez desbancó a Rajoy en la moción de censura del 5 de junio de 2018 y Lastra pasó a ser portavoz parlamentaria, dándole una mayor visibilidad pública que permitió apreciar sus capacidades como oradora contundente, sin pelos en la lengua y especialmente contumaz en sus ataques a la derecha desde la tribuna del hemiciclo.

Pero no solo eso, porque luego fue una de las artífices, junto a Ábalos y Carmen Calvo, de la negociación con otros grupos de la frustrada investidura de Sánchez tras las siguientes elecciones de abril de 2019, tarea que continuó después de la repetición electoral de noviembre que finalmente se resolvió exitosamente para Sánchez. Así que la política asturiana supo combinar su faceta más combativa, e incluso agresiva dialécticamente en sus intervenciones como portavoz, con la capacidad de negociar con nacionalistas y las demás fuerzas que han resultado imprescindibles para que el llamado «sanchismo» pudiera gobernar, y más desde un gobierno de coalición.

Hace un año, Pedro Sánchez acometió una remodelación del Gobierno que supuso la salida del Gabinete de Ábalos, entonces ministro de Transportes, que también dimitió como secretario de Organización, así que la portavoz tuvo que tomar las riendas del partido y en octubre Héctor Gómez la relevó al frente de la portavocía del Congreso. Desde entonces sus apariciones públicas han sido contadas, casi siempre desde Ferraz, reservadas a su papel como dirigente socialista, aunque también ha intervenido ocasionalmente en los pasillos del Congreso en momentos puntuales para fijar posición.