Carolina Ruano, pediatra: «Después de comer no es recomendable que los niños se zambullan bruscamente en el agua»

Carmen Liedo REDACCIÓN

ASTURIAS

Carolina Ruano, pediatra y vicepresidenta de la AAPap
Carolina Ruano, pediatra y vicepresidenta de la AAPap

La especialista aporta una serie de pautas y recomendaciones para que los más pequeños tengan un verano saludable

25 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En verano, por lo general, los niños se ponen menos enfermos por lo mucho que les beneficia estar al aire libre. Sin embargo, precisamente porque es época estival, los más pequeños pueden padecer determinadas enfermedades, como gastroenteritis, irritaciones diversas o traumatismos que pueden alterar el normal desarrollo de estos meses de descanso y disfrute. Carolina Ruano, pediatra en el Centro de Salud de La Lila, que lleva 22 años especializada en la salud infantil, aporta en la entrevista que ha concedido a La Voz de Asturias una serie de pautas y recomendaciones para que los más pequeños tengan un verano saludable, como por ejemplo, que después de comer eviten zambullirse bruscamente en la playa o en la piscina para evitar síncopes que puedan hacer perder la consciencia, sobre todo si hay mucho contraste de temperaturas porque fuera hace mucho calor y el agua está muy fría. La también vicepresidenta de la Asociación Asturiana de Pediatría de Atención Primaria (AAPap) también aconseja no descuidar la alimentación y que los niños beban mucho para estar, medidas que el colectivo al que pertenece ha incluido en un decálogo que las personas interesadas pueden encontrar en las redes sociales de la Asociación Asturiana de Pediatría de atención primaria (@aapediatriaap).

-Por lo general, el verano es una época en la que los niños se ponen ¿más o menos enfermos?

-Por lo general se ponen menos enfermos. Pero ojo que no es porque sea verano, sino porque ha finalizado el curso escolar y el hecho de estar más tiempo al aire libre les beneficia mucho; hace que disminuyan las infecciones víricas, qué son la principal causa de enfermedad aguda en los niños. Sin embargo, este año el patrón ha cambiado bastante porque mientras se aplicaban de forma estricta las medidas de protección frente al Covid, habíamos frenado mucho la transmisión del resto de los virus habituales, que han empezado a surgir al relajar dichas medidas, fuera de su temporada habitual.

- ¿Cuáles son las enfermedades infantiles más frecuentes en estos meses estivales?

-La enfermedad más típica del verano es la gastroenteritis. Para mantenerlas a raya se debe prestar mucha atención a la higiene y conservación de los alimentos, y como siempre cuidar la higiene de manos. Por otra parte, solemos tener muchas consultas por otro tipo de procesos como traumatismos, picaduras, lesiones variadas en la piel.…

-¿Cuáles son las principales precauciones que deben tener los padres y cuidadores?

-Las principales precauciones se deben centrar en la prevención de problemas graves. Todos los años hay víctimas por ahogamiento de todas las edades, pero los niños son especialmente vulnerables. Se deben prevenir enseñándoles desde pequeñitos a nadar y manteniéndolos siempre bajo una estricta vigilancia en playas y piscinas. Hay que prevenir también lesiones traumáticas llevando casco y protecciones cuando se usan bicicletas, patinetes, etcétera y no olvidar utilizar siempre, aunque sea para desplazamientos muy breves, los sistemas de retención infantil adecuados en los coches.

-Muchos hemos vivido los veranos esperando dos horas después de comer para evitar el corte de digestión ¿es mito o realidad lo de esperar dos horas para volver a meterse en agua? ¿qué tiempo es prudencial para que los niños vuelvan a bañarse?

-Pues me remito a la pregunta anterior, hay que incidir en la prevención de ahogamientos, y hacer uso del sentido común. Si nos metemos en el agua después de haber comido, nuestra digestión no va a sufrir ningún problema ni ningún «corte», pero si no tomamos ciertas precauciones podemos sufrir un síncope, un desmayo, que haga que perdamos el conocimiento dentro del agua. La cuestión es que si hemos hecho una comida copiosa nuestro cuerpo va a dar prioridad de riego sanguíneo al intestino, por lo que será más fácil que ante ciertos estímulos presentemos un mareo o pérdida de conciencia. Por ello, en cualquier caso, no es recomendable zambullirse bruscamente en el agua, si no que se debe uno ir mojando poco a poco, especialmente si el agua está muy fría y fuera hace mucho calor, es decir si hay mucho contraste. Y con más cuidado aún si hemos comido recientemente.

-Disfrutar el verano en la playa o en la piscina conlleva irritaciones, por ejemplo, en los ojos, por el cloro, el salitre o la arena ¿pueden provocar esas irritaciones problemas importantes de salud? ¿Qué medidas se pueden tomar para evitarlas?

-El cloro, el salitre o la arena pueden producir irritaciones que molestan, pero no tendrán, en general, mayor importancia; se pueden utilizar gafas protectoras y lavar e hidratar los ojos con lágrimas artificiales si están irritados. Sin embargo, el sol sí puede producir problemas de más importancia. Es recomendable que los niños tengan y utilicen gorros y unas gafas de sol de calidad, así como evitar la exposición directa al sol en las horas centrales del día; tanto el agua como la arena además reflejan los rayos, por lo que ambos contribuyen a esta sobreexposición que no solo afecta a la piel, sino a los ojos también.

-Otro problema pueden ser las quemaduras solares ¿cómo se debe proteger la piel de los más pequeños cuando van a estar expuestos al sol?

-Se deben evitar las quemaduras solares, pero debemos recordar que la exposición al sol es fundamental para nuestra salud, puesto que es la manera en la que fabricamos vitamina D y los niños deben pasar el mayor tiempo posible al aire libre y en contacto con la naturaleza. Dicho esto, volvemos al sentido común: se debe evitar la exposición directa al sol en las horas centrales del día, entre las 11-12 y las 5-6 de la tarde. Buscar sitios con sombra, no olvidar la sombrilla en la playa, usar como ya hemos comentado sombrero y gafas de sol. Los bebés, a estas horas, a la sombra. Utilizar protectores solares adecuados. Los bebés pequeños deben usar cremas solares con filtros únicamente físicos pero libres de nano moléculas, (hay que mirar bien las etiquetas).  Los niños más mayores pueden utilizar filtros físicos y químicos, intentando seleccionar protectores solares que no contienen disruptores endocrinos.

-La dinámica del verano también conlleva cambios en la alimentación y que quizá se abuse de comidas no tan saludables ¿diría que se descuida la alimentación de los niños en verano? ¿Qué alimentos deben mantenerse sí o sí en la dieta de los más pequeños en esta época?

-En general, diría que se suele abusar de comida o mejor dicho «productos» no saludables en la alimentación infantil durante todo el año, ya que vivimos en una sociedad en la que estamos expuestos de manera muy importante a productos industriales que son sabrosos, baratos, cómodos puesto que no requieren preparación… pero que no nos alimentan y son perjudiciales. Es muy difícil abstraerse a todo ello si no estamos muy concienciados de la importancia que tiene la alimentación para nuestra salud presente y futura. Y, efectivamente, en verano las «tentaciones» suelen ser mayores: tenemos calor, nos apetece un helado, salimos más fuera, consumimos snacks y bebidas sin ningún aporte nutricional real, etcétera. Todo ello, que debería ser algo muy muy excepcional, se convierte muchas veces en algo cotidiano durante las vacaciones.

Tiempo de calidad con los niños frente a los dispositivos tecnológicos

-De la tecnología ¿también abusan más los niños en verano?

-Pues te digo lo mismo que en la pregunta anterior: en verano, en primavera, en otoño, y en invierno. Y en verano simplemente hacen más uso de todas las pantallas porque tienen más tiempo libre.

-¿Perciben los pediatras un aumento de problemas en los menores por el uso excesivo de dispositivos como tabletas y teléfonos?

-Sí, claro, sabemos que a día de hoy la obesidad infantil está en permanente aumento en nuestro entorno. Su origen es multifactorial, por lo que hemos comentado anteriormente respecto a la alimentación y por el aumento del sedentarismo: la disminución del ejercicio físico, del tiempo que se pasa fuera de casa, de las actividades realizadas en la naturaleza, etcétera. El aumento de tiempo frente a pantallas redunda inevitablemente en una reducción del tiempo dedicado a todo lo anterior. Además de eso, el uso excesivo, o más bien inadecuado, de las pantallas tiene muchas otras consecuencias, algunas más evidentes que otras. Por ejemplo, el uso inapropiado de las redes sociales por parte de los adolescentes, y a veces de los niños pequeños que ni siquiera son todavía adolescentes, sabemos que conlleva problemas de tipo psicológico de índole variada. Pero hay otros cambios más sutiles que pueden ser más difíciles de apreciar, como el hecho de que se habitúen a recibir una «recompensa» en forma de satisfacción inmediata ante cualquier estímulo, disminuyendo su capacidad de tolerancia a la frustración, su capacidad de concentración… Y el hecho de que les dejemos demasiado tiempo «que se entretengan» ellos solos con las pantallas, hace que nosotros como adultos y cuidadores interactuemos menos con ellos, perdiendo oportunidades de educar, compartir, en definitiva, mejorar la educación psicoafectiva de nuestros hijos e hijas.

-¿Hay alguna recomendación que se pueda hacer a los padres para que los niños no pasen tanto tiempo «apantallados?

-Pasad tiempo de calidad con ellos, acostumbradles desde pequeñitos y según van creciendo a hacer cosas juntos, en familia, con amigos, fomentad su vida social, realizad actividades al aire libre, disfrutad vosotros y ellos aprenderán así a disfrutar también. Tienen que tener alternativas atractivas a las pantallas. Cuando empiecen a utilizarlas, estableced con antelación unos límites claros acordes con la edad del niño y cumplidlos. Utilizad controles parentales. No les autoricéis a entrar en redes sociales hasta que tengan la edad adecuada para ello, y una vez que lo hagan supervisad el proceso. Manejarse en el mundo virtual correctamente, sin peligros, requiere un aprendizaje, y los adultos debemos conocerlo para poder acompañar, ayudar, y también comprender a nuestros hijos.

-Cuando viajamos con niños, uno de los temores de los padres es que se pongan enfermos fuera de casa, ¿qué precauciones se pueden tomar para tener unas vacaciones tranquilas lo más tranquilas posible?

-Lleva contigo lo básico: material para desinfectar heridas, su analgésico habitual y suero de rehidratación para las diarreas. Ten localizado el centro de salud al que corresponde la zona donde estás de vacaciones. Hay que tener siempre las vacunas recomendadas puestas y en viajes internacionales, informarse con suficiente antelación sobre vacunas adicionales u otras medidas a tomar antes del viaje.

La especialista remite a todos los lectores a la página web para familias de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria: familiaysalud.es. En ella pueden encontrar mucha información, incluyendo un decálogo de consejos para el veraneo.