Ahorro energético en el comercio: «Soy la primera interesada en pagar poca luz y sé cuándo tengo que encenderla»

Marcos Gutiérrez ASTURIAS

ASTURIAS

MABEL RODRÍGUEZ

Propietarios de negocios, bares y restaurantes en Asturias creen necesario adoptar un plan ante la crisis energética, pero critican la «falta de consenso» del Gobierno

04 ago 2022 . Actualizado a las 22:32 h.

Entre la resignación, la desesperación, el enfado y la solidaridad por una situación que se escapa a su control. Así se mueven los hosteleros y comerciantes de la región ante el paquete de medidas urgentes para el ahorro energético adoptado por el Gobierno para combatir la crisis energética. Una línea de iniciativas que no ha sido recibida del mismo modo en todos los estamentos de la hostelería y el comercio regional. Mientras que muchos dueños de negocios, bares y restaurantes creen que es ineludible tomar medidas ante la situación de crisis energética, también critican que no se haya consensuado con los segmentos de actividad más afectados, adoptando una política de hechos consumados.

Sara Menéndez, presidenta de la Unión de Comerciantes de Asturias, prefiere ver el vaso medio lleno, pese a mostrarse «sorprendida» por la «rapidez y la falta de diálogo» en la adopción de unas medidas necesarias pero, a su juicio, «unilaterales».

Pese a todo considera que «la situación de alerta energética existe y hay que tomar medidas». Estima que en Asturias no hay problemas «tan graves» en lo que respecta a los cambios de temperatura de estación a estación. También cree que «la parte de apagado de escaparates a las 22 horas, que es otra medida que nos afecta», no será algo «dramático».

Mucho más crítica en su lectura de la situación es Noelia González Dupuy, dueña de las tiendas ovetenses de regalos y artesanía Alcordances e integrante de la Asociación de Comerciantes del Oviedo Antiguo. También es delegada en Asturias de la Asociación Nacional de Negocios Turísticos y Souvenirs (ANNTURS).

Esta emprendedora cuenta con «dos tiendas de artesanía» y regalos con un buen número de escaparates que abren «de 10 a 22» y que encienden sus luces hasta la medianoche. Esto, a su juicio, aparte de dar «seguridad y alegría a la ciudad» supone para ella «una forma para poder vender» y promocionar su negocio.

Insiste en que en sus tiendas se generan «muchas ventas de personas que después de cenar pasean, ven lo que tengo y lo compran al día siguiente». «Llevo dos años con restricciones de cierres, horarios, que no vienen turistas y este año era el primer verano sin limitaciones», lamenta.

Anticipa que el apagado de escaparates a las 22 horas para ella será «un perjuicio importante». «Yo soy la primera interesada en pagar poca luz», asevera, si bien puntualiza que también es la que mejor sabe «cuándo se tiene que encender la luz», ya que «no todos los negocios somos iguales».

De la misma manera considera que estos anuncios contribuyen a «meterles el miedo en el cuerpo» a los consumidores antes de tiempo, por lo que el dinero se dejará «de mover».

Tania López, corresponsable del bar El Patio de Butacas de Pola de Siero, comprende, por un lado, que «hay que controlar y las medidas tienen que existir, porque la situación es muy complicada, pero a la vez en nuestra posición de empresarios y hosteleros vendemos confort al público».

En este sentido cree que «tener la calefacción a 19 grados en invierno no es confort». Teme que las medidas adoptadas «al final seguramente derivarán en una pérdida de público, porque estarán más calentinos en su casa que en un bar sin poder quitar la chaqueta».