Un ciclón tropical toma rumbo a Asturias

ASTURIAS

Oleaje en Gijón
Oleaje en Gijón

El huracán se está formando en el Atlántico se encamina a España, pero desde la Aemet sostienen que es poco probable que sus efectos lleguen a notarse plenamente

02 sep 2022 . Actualizado a las 12:59 h.

La temporada de huracanes ha sido este año excepcionalmente tranquila, pero la situación podría estar a punto de cambiar, con tres perturbaciones distintas en vigilancia. La que peor pinta ronda las Azores y tiene un 70 % de posibilidades de acabar convertida en ciclón tropical. El problema es que se está gestando más al norte de lo habitual y que tanto el Centro Nacional de Huracanes de Miami, encargado de la vigilancia de estas tormentas en el Atlántico, como los modelos del Centro Europeo de predicción a medio plazo pronostican un desplazamiento de esta futura depresión tropical hacia el este o el nordeste. Si las previsiones se cumplen, a mediados de la semana que viene los efectos del ciclón Danielle podría notarse en la costa asturiana.

Sin descartarlo del todo, la Agencia Estatal de Meteorología cree que es poco probable. «Actualmente las posibilidades de que se produzcan rachas de viento muy fuertes en nuestro país asociadas a este sistema tropical son muy bajas, inferiores al 10 % —sostiene su portavoz, Rubén del Campo—. Es un pronóstico sujeto a mucha incertidumbre».

Los modelos indican que si esta perturbación —que ahora mismo se encuentra a 1.200 kilómetros de las islas Azores— acaba evolucionando a tormenta el sistema se desplazaría lentamente hacia el nordeste para luego virar hacia el este. Sería entonces cuando empezaría a moverse más rápidamente y adquiriría su máxima intensidad, con previsiones que calculan que podría llegar a tener las características de un huracán categoría 1 desde el martes. Habrá que estar atentos a su intensidad y a su trayectoria, pues los ciclones tropicales son sistemas complejos con una dinámica propia, advierten los expertos.

A la península Ibérica podría llegar el jueves de la semana que viene. La primera consecuencia sería una importante irrupción cálida con viento sur; luego llegaría la mala mar y las lluvias intensas.

La actual temporada de huracanes en el Atlántico, que arrancó el 1 de junio, se acerca al pico actividad con solo tres tormentas formadas hasta la fecha: Alex, Bonnie y Colin, la última disipada el 3 de julio, un período de inactividad que no se registraba desde 1941. «Son muchos los factores que influyen en la formación y profundización de un ciclón tropical —explica la Aemet—. Entre ellos, la temperatura superficial del océano, que al oeste de Azores está entre 26 y 28 grados, entre 2 y 4 por encima de lo normal para la época».