La distopía de Vox: el Califato de Asturias

Juan M. Arribas

ASTURIAS

F. Sotomonte

08 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Se celebra el Día de Asturias el 8 de septiembre (se acordó así en la Transición, en aras de la reconciliación) siendo en realidad una efeméride religiosa y, por lo tanto, en buena medida imaginaria en sus fechas y acontecimientos conmemorados al alrededor de La Santina y sus milagros. No es la fecha de la batalla de Covadonga, de la que apenas nada se conoce, y desde luego no sus horarios ni calendarios. Pero nada de esto arredró al portavoz de Vox en la Junta General, Ignacio Blanco, en el pleno institucional del pasado martes que se imaginó una historia paralela de Asturias en la que Don Pelayo era sustituido por Adrián Barbón y la comunidad acaba convertida en califato.

«Nadie se imaginaría al presidente Adrián Barbón sustituyendo a Don Pelayo, de haber sido así España formaría parte probablemente del mundo musulmán y hoy no tendríamos un presidente autonómico sino un califa», dijo Blanco con una interpretación de la historia que fía su desarrollo a la acción heroica individual de un sólo personaje y cualquier alteración cambia su rumbo. Dijo más, el portavoz de Vox, lanzado al covadonguismo que ya le parecía poco que fuera el origen de España y apuntó que «aquella batalla, aquel Pelayo fue el origen de la hispanidad. Hoy más de 400 millones de personas comparten el español como lengua porque aquellos pocos asturianos que creían en el esfuerzo y la lealtad a los suyos, dieron la batalla».

No sólo es que Blanco crea que la batalla tuvo lugar un ocho de septiembre sino que además está convencido de que aquellos astures del siglo VIII ya hablaban castellano, antes de que se recogieran glosas en San Millán de la Cogolla; lo de las jarchas ya anatema. «No fue la reconquista de España, fue la hispanidad en su integridad lo que se originó en aquella batalla».

La diatriba covadonguista de Blanco mereció una respuesta tuitera por parte del presidente quien le dedicó un hilo 24 horas después para recordar que «ayer un diputado de ultraderecha en Asturias quiso hacer una broma diciendo que en vez de Presidente del Principado hoy tendríamos califa. Otra falta de rigor histórico. El califa no encabezaría una región autónoma, ya que es el cabeza supremo de un Estado, civil y religioso»

Ciertamente califa es un título que aúna liderazgo político y espiritual. Hubo un califato en Córdoba, que sucedió al emirato (un emir es como un príncipe en occidente); y el sucedieron los reinos de taifas que hoy siguen siendo una metáfora muy predilecta por los que abominan del estado autonómico, como Vox. Olvida el portavoz en todo caso que los países de religión musulmana en el presente, al menos lo que son repúblicas, también tiene presidentes y no califas ni emires.