Los fieles a Feijoo reclaman que Mallada también renuncie como presidenta y portavoz

L.O.

ASTURIAS

F. Sotomonte

La dirección de Génova puede decidir la fecha del congreso para el próximo mes de noviembre

30 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En la nueva sede del PP asturiano en Oviedo, inaugurada el pasado mes de abril, Teresa Mallada confirmó este jueves que daba un paso a un lado y que no se presentaría al próximo congreso regional del partido. Zanjaba la crisis abierta a comienzos de semana al conocer que Génova no contaba con ella liderar las listas en los próximos comicios autonómicos. Mallada resolvió así una incógnita, no habrá otra crisis desgarradora en el conservadurismo asturiano, pero dejó varias más sin resolver (fue una comparecencia sin opción a hacer preguntas): si habrá o no congreso, que no se ha convocado, y si se mantendrá en todo caso como presidenta y portavoz parlamentaria en los próximos meses.

Y no es una es una cuestión baladí. El sector más crítico con Mallada, fiel a Feijoo, y que quiere resolver la turbulencia interna de forma rápida considera que la dirigente debía haber sido más tajante en sus renuncias, dar un paso atrás y no sólo a un lado, dado que se deja abierta la expectativa de muchas salidas, y no todas pactadas, en los próximos meses.

La dirección nacional puede imponer una gestora en cualquier momento si lo considera preciso aunque las palabras de la marcha de Mallada fueron suficientemente conciliadoras como para no plantear un enfrentamiento abierto. También es potestad de Génova decidir cuándo se convoca un congreso regional pero esa iniciativa debe lanzarla una junta directiva, un órgano del partido que se reúne en Madrid de forma mensual, y la última vez que lo hizo fue apenas la semana pasada. De este modo, necesariamente esa junta directiva debería reunirse en octubre y el congreso asturiano celebrarse en noviembre.

Quizá demasiado tarde para los adversos a la actual presidenta. A su juicio sería más sencillo que hubiera una renuncia mayor, al menos del puesto de portavoz del grupo parlamentario. Y no es una cuestión menor por la proyección mediática y política de quien se dirige en los plenos al presidente y toma iniciativas en los debates de la cámara.

Para ello sería necesario que Mallada presentara su dimisión como portavoz y que el resto de diputados eligiera a uno nuevo entre quienes cuentan con un escaño, uno de ellos quien más ha sonado en los mentideros con mayores bazas para la sucesión, el secretario general del partido Álvaro Queipo. Con todo, la decisión final debería ser ratificada para ser asumida por el partido dentro del comité ejecutivo.

De forma oficial, Génova declaró sentirse satisfecha con el anuncio de Mallada, pero en la práctica queda por decidir la opción de cómo se abordará la transición de poder, si con el Congreso, la drástica gestora o incluso una designación directa de la Junta Directiva.

Lo cierto es que estatutariamente los candidatos a las elecciones autonómicas y también los de las municipales en ciudades relevantes los decide directamente la cúpula del partido en Madrid. Fue así como se eligió, por ejemplo, que Alfredo Canteli (que no es militante del partido) encabezara la lista que le llevó a la alcaldía de Oviedo. Y fue también Génova quien decidió al comienzo de esta legislatura (recién estrenado el mandato de Pablo Casado) que Teresa Mallada fuera candidata pasando por encima de la presidenta regional, Mercedes Fernández.

De esto modo, en Asturias todos manejan nombres pero se cuidan de señalar que la decisión última se tomará al otro lado de la Cordillera Cantábrica: igual que ha sonado el del de Álvaro Queipo tampoco ha dejado de repetirse el rumor de que el presidente del Colegio de Médicos de Asturias, Luis Antuña, podría dar el salto a la política para encabezar las listas populares.