María Morán, pediatra: «Para evitar atragantamientos, los menores de 3 años no deberían ingerir frutos secos, uvas enteras o salchichas cortadas transversalmente»

Carmen Liedo REDACCIÓN

ASTURIAS

María Morán, pediatra
María Morán, pediatra

La especialista señala que «el atragantamiento es la principal causa de mortalidad y morbilidad en los niños de hasta 3 años» por lo que considera fundamental que los cuidadores conozcan qué alimentos deben evitar en cada grupo de edad y saber actuar en caso de que se produzca una situación de emergencia

08 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Si hay algo que preocupa a los padres o cuidadores de niños, sobre todo cuando éstos no llegan a los tres años de edad, es que se atraganten con alimentos o que ingieran objetos que les puedan provocar lesiones o, incluso, la asfixia. María Morán Poladura, licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Oviedo, y especialista en Pediatría, señala que la «prevención» es una de las claves para evitar «sustos» o accidentes, aunque también apunta en la entrevista concedida a La Voz de Asturias que para evitar atragantamientos es recomendable no dar determinados alimentos a los menores de 3 años, como pueden ser frutos secos enteros, uvas enteras, palomitas de maíz o salchichas cortadas transversalmente. En todo caso, María, quien desarrolla su actividad asistencial desde enero de 2012 en la Atención Primaria del Área Sanitaria V, actualmente en el centro de Salud Puerta la Villa (Gijón), considera fundamental que quienes cuidan a los menores conozcan «qué alimentos deben evitar en cada grupo de edad y saber actuar en caso de que se produzca una situación de emergencia».

-Las estadísticas indican que el atragantamiento es la causa principal de muerte o lesiones entre los niños, especialmente en menores de tres años ¿se producen por accidente o por imprudencia?

-La ingesta y/o aspiración de cuerpo extraño es una causa frecuente de lesiones no intencionadas en la edad pediátrica, cobrando especial relevancia en los niños menores de 3 años, siendo en este grupo de edad la principal causa de mortalidad y morbilidad. Para afrontarlo, debemos actuar desde el ámbito de la prevención,  implicando a todas las personas que participan en el cuidado de los menores.

-La tendencia de los bebés de llevarse todo a la boca ¿se puede controlar?

-El llevarse objetos a la boca forma parte del desarrollo normal de los niños en la etapa que transcurre entre los 6 meses y 2 años aproximadamente. La función del adulto, en este caso, es evitar que el niño tenga a su alcance objetos o sustancias potencialmente peligrosas.

-¿Hay que dejar que los niños experimenten y coman solos?

-En general, se recomienda la introducción de la alimentación complementaria, que puede ser dirigida por el bebé, a partir de los 6 meses en niños que reciben lactancia materna. Para ello debemos comprobar que ha adquirido la destreza necesaria para manipular y tragar los alimentos de forma segura. Por ejemplo, debe ser capaz de mantenerse sentado con apoyo, coger alimentos y llevarlos a la boca, presentar un interés activo por la comida y haber superado el reflejo de extrusión.

-¿Cuáles son los alimentos más «peligroso» y con los que hay que tener especial cuidado para evitar sustos o disgustos por atragantamiento?

-Como norma general, el niño debe estar erguido durante la comida, nunca recostado y siempre debe ser supervisado por un adulto. Respecto a los alimentos, los que tiene mayor riesgo de atragantamiento son los frutos secos enteros, palomitas de maíz, uvas enteras, salchichas cortadas transversalmente y manzana o zanahoria crudas. Por eso, la recomendación fundamental es evitar la ingesta de estos alimentos en niños menores de 3 años. Por encima de esa edad y cuando comiencen a ingerir alguno de ellos, se recomienda cortarlos siguiendo su eje longitudinal (en tiras, no en secciones).

-¿Hasta qué edad es conveniente evitar esos alimentos? ¿Cuáles son las edades de más riesgo?

-Como ya hemos señalado, quienes mayor riesgo tienen de sufrir atragantamientos son los menores de 3 años por eso es en este grupo de edad en el que hay que extremar las precauciones.

-Ante un atragantamiento ¿hay que ofrecer líquidos u otros alimentos al menor?

-No se recomienda ofrecer líquidos o pan, ya que en estos casos el alimento está alojado en la vía aérea y no en el tracto digestivo. Si el niño está consciente y tose de forma eficaz, hay que animarle a toser, ya que es el mecanismo más eficaz para desobstruir el tracto respiratorio.

-Una opción que aplican los adultos casi sin pensar es intentar que el niño vomite ¿qué dice al respecto?

-Tal y como hemos explicado anteriormente, se desaconseja ofrecer líquidos, sólidos o inducir el vómito en estas situaciones. Únicamente si el alimento se visualiza en la cavidad  oral y es accesible, puede realizarse una maniobra de barrido con un dedo desde la mejilla para intentar extraerlo.

-Entonces, ¿qué deben hacer los padres o cuidadores ante una situación de atragantamiento de un niño? ¿Cuál es la técnica correcta que deben aplicar para que el menor expulse lo que le obstruye las vías respiratorias?

-A cualquier edad, si el niño está consciente y tiene una tos enérgica, hay que animarle a toser ya que este es el mecanismo más seguro y eficaz. Si la situación no se resuelve y vemos que el niño no es capaz de vocalizar, dejar de toser, le cuesta respirar o disminuye su nivel de conciencia, comenzaremos con las maniobras de desobstrucción de la vía aérea.

-¿Debe actuarse igual con un bebé que con un niño de tres o cuatro años?

-En el caso de que tengamos que aplicar las maniobras de desobstrucción, debemos diferenciar entre los menores y los mayores de 1 año. En lactantes (menores de  1 año), mientras el bebe está consciente, se recomienda aplicar 5 golpes interescapulares con el talón de la mano, seguidos de 5 compresiones torácicas con los dedos índice y corazón sobre el esternón. En el niño (mayor de 1 año) la recomendación es hacer 5 compresiones abdominales tras las 5 compresiones interescapulares. En ambos casos, continuaremos con la secuencia indicada hasta que se expulse el cuerpo extraño y/o se desobstruya la vía aérea. Si a pesar de todo, no tenemos éxito con las maniobras y el niño pierde la conciencia, avisaremos al 112 y comenzaremos con maniobras de RCP.

-A veces no es con alimentos con lo que se atragantan, sino con objetos ¿se debe seguir el mismo procedimiento?

-Independientemente del objeto o alimento que  provoque el atragantamiento, las maniobras para conseguir la desobstrucción serán las mismas.

-Y si el objeto consigue pasar al tracto gastrointestinal ¿qué se debe hacer? ¿hay que llevar al niño al médico?

-Respecto a la ingesta de cuerpo extraño que pasa a la vía digestiva, hay que prestar especial atención a una serie de objetos que pueden ser peligrosos o presentar un elevado riesgo de complicaciones. En estos casos siempre habría que consultar. Nos referimos, por ejemplo, a  objetos afilados, alargados, pilas de botón, 2 o más imanes o un imán y otro objeto metálico. En estos casos será precisa la realización de pruebas complementarias para localizar el cuerpo extraño y proceder a su extracción en caso de que esté indicado. En el resto de situaciones, que son la mayoría,  y siempre que el niño esté asintomático, se puede mantener una actitud expectante, continuando con una dieta normal y teniendo en cuenta que el tiempo de tránsito de un cuerpo extraño en vía digestiva es muy variable

-¿Qué recomendación o consejo general daría a padres y cuidadores para evitar atragantamientos en los menores?

-Creo que una de las muchas funciones esenciales e irremplazables que desarrolla la Pediatría de Atención Primaria es la prevención y promoción de la salud en la población infantil. En ello empleamos nuestro esfuerzo y dedicación cada día. En concreto y en el caso que nos ocupa, es fundamental que los cuidadores conozcan qué alimentos deben evitar en cada grupo de edad y saber actuar en caso de que se produzca una situación de emergencia.

Perfil

María Morán Poladura es licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Oviedo. Especialista en Pediatría y sus Áreas Específicas. Desde enero de 2012, desarrollo su actividad asistencial como Pediatra de Atención Primaria en el Área Sanitaria V. En la actualidad, trabaja en el Centro de Salud Puerta la Villa (Gijón). Ejerce como vocal del Área V en la Asociación Asturiana de Pediatría de Atención Primaria (AAPap).