José Luis Fernández, podólogo: «Los tacones hay que dejarlos en el armario»

Carmen Liedo REDACCIÓN

ASTURIAS

José Luis Fernández Lago, podólogo
José Luis Fernández Lago, podólogo

El presidente del Colegio Oficial de Podólogos de Asturias advierte del círculo vicioso que empieza en los pies: «Cuando te duelen, no caminas y, si no lo haces, tiendes a engordar o a estar más en casa y ser más depresivo»

17 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Asturias acogía hace unos días las I Jornadas de Cirugía del pie en Asturias, en las que especialistas nacionales e internacionales de la talla del doctor estadounidense Narmo Ortiz, experto en cirugía y reconstructora del pie y tobillo, han repasado las últimas técnicas y los tratamientos más novedosos llevando a cabo prácticas quirúrgicas en la Facultad de Medicina de Oviedo. Al frente de las jornadas estuvo José Luis Fernández Lago, presidente del Colegio Oficial de Podólogos de Asturias y profesional con 40 años de experiencia. En la entrevista concedida a La Voz de Asturias, además de poner de relieve los avances que se han ido produciendo en el diagnóstico y la cirugía de las enfermedades del pie, ha advertido de que las afecciones en los pies cada día son más comunes por el estrés y el estilo de vida que lleva la sociedad. Además, ha lamentado la falta de prevención en una parte tan importante del cuerpo humano y que sólo se acuda a especialistas cuando aparece un dolor importante en los pies. A modo de recomendación, indica que se debe acudir a un podólogo ante circunstancias como que un niño se caiga con asiduidad, cuando una persona tiene deformidades en los pies, le duelen, se le recalientan o le sudan; o cuando a una persona le molesta y le duelen los pies al ponerse el calzado laboral.

-En términos generales, ¿nos cuidamos los pies?

-En términos generales, no nos cuidamos los pies, pero tampoco nos cuidamos los oídos o la garganta. Las personas se empiezan a cuidar cuando tienen un problema que les duele. Siempre hay personas más cuidadosas y que tienen prevenciones, no sólo de los pies, sino del resto del cuerpo. Pero, en general, el ser humano es un poco descuidado y acude al profesional sanitario cuando tiene un problema que le impide caminar, que le duele mucho o le genera una incomodidad.

-¿Hasta qué punto son importantes los pies para evitar otros problemas de salud o lesiones?

-Es sencillo, cuando te duelen los pies no caminas, si no caminas, generalmente, tiendes a engordar. Y si no caminas, estás más en casa y tiendes a ser una persona más depresiva. Al final, es un círculo vicioso que empieza en los pies. Precisamente, en la pandemia se han desatado un montón de patologías porque las personas mayores que no podían caminar y estaban metidas en casa llegaron a tener atrofias musculares u otro tipo de problemas. Por tanto, caminar es vida y caminamos sobre los pies, por lo que es fundamental que los tengamos adaptados física y fisiológicamente y también con un calzado adecuado que permita ejercer una actividad concreta, bien sea deportiva o no deportiva.

- ¿Cuáles son las enfermedades o problemas más comunes en los pies?

-Difícil pregunta… Lo más común son las callosidades o las uñas encarnadas, pero también es cada día más común que tengamos metatarsalgias (afección que produce dolor e inflamación en la bola del pie (metatarso), que tengamos cadalgias, que tengamos tendinitis… este tipo de problemas cada día son más comunes y están aumentando como consecuencia de la vida que llevamos.

-¿A qué se refiere cuando dice la vida que llevamos?

-La mayor parte del tiempo permanecemos sentados y el ser humano no está hecho para estar sentado, está hecho para caminar y para estar más de pie. Entonces, permanecemos sentados en la oficina, tenemos estrés delante del ordenador, ha cambiado radicalmente el sistema de vida y eso genera unas alternaciones mecánicas en nuestro cuerpo que repercuten en los pies. Eso por un lado y, por otro, en ocasiones la gente, como consecuencia del estrés que tiene, sale a correr, pero sin un zapato adecuado y sin una preparación previa y, teniendo deformidades en los pies que tendrían que ser tratadas, se pone a correr sin un control previo preventivo y empiezan a aparecer lesiones. ¿Qué ocurre? Que antes la gente caminaba, iba a llevar a su ganado a la montaña, iba a trabajar caminando a donde correspondía, pero en este momento el estrés diario, hace que salgas a correr por desahogarte y eso genera lesiones.

- ¿Cuáles son las técnicas más punteras en la cirugía de pies? ¿Cómo ha evolucionado la cirugía para corregir problemas que podamos tener en los pies?

-La cirugía cada vez evoluciona más, por el mayor conocimiento de las deformidades, por el mayor conocimiento de la anatomía y por el mayor desarrollo de la tecnología y el instrumental. Cada día tenemos más tecnología y podemos hacer un diagnóstico mucho más preciso, esto ocurre en cualquier área de la medicina y del saber. En cuanto a las técnicas, también han mejorado muchísimo. Hace 25 años, ibas a operar un juanete al hospital y estabas una semana en la cama. En este momento, un juanete se opera y sales caminando con un zapato especial y con unos cuidados lógicos, pero te puedes ir para tu casa, son cirugías ambulatorias. Esto ha sido posible porque se ha reducido mucho el riesgo quirúrgico, se ha mejorado mucho la técnica y hemos mejorado mucho los materiales con los que ejecutamos la práctica quirúrgica.

- ¿Cuáles son los ámbitos en los que todavía debe avanzar la podología?

-Pues una de los ámbitos en los que hay que avanzar es que se incorpore al podólogo al sistema sanitario público, porque es la única especialidad médica que no está dentro del sistema sanitario público. Ese avance tendría que verse reflejado también en la asistencia pública puesto que nosotros sólo ejercemos la actividad desde el punto de vista privado. Por tanto, si entramos en el sistema sanitario público correremos más en el avance en nuestras técnicas, sin ninguna duda porque haremos más cirugía y haremos más diagnósticos, no solamente quirúrgicos, sino también ortopédicos, biomecánicos, dermatológicos…, un sinfín de patologías que, cuanta más gente veamos, más estadísticas sacaremos y más profundizaremos en su estudio.

-Siendo los pies una parte tan importante del cuerpo humano, ¿por qué se ha dejado tan relegada en el sistema sanitario público?

-Es difícil de saber, seguramente porque el sistema sanitario público no hace caso a las asociaciones profesionales que estamos constantemente planificando y planteando que se nos escuche… El sistema sanitario público es también una cuestión política y ahí está el problema. Desde luego, es una de las reivindicaciones del Colegio Oficial de Podólogos de Asturias, porque Cantabria ya tiene podólogos en el sistema sanitario público, Madrid los va a meter, Cataluña los tiene y Baleares los tiene. Asturias, por ejemplo, junto con otras comunidades, no los tienen. Esta respuesta, por tanto, tendría que darla un político o la Consejería de Salud, independientemente de que nosotros tengamos una opinión al respecto. Hay comunidades que ya lo están incluyendo porque sus respectivas consejerías se han dado cuenta de que era absolutamente necesario y otras van más relegadas. Indudablemente, cuando muchas lo tengan, el resto lo tendrán que tener porque, si no, habrá un agravio comparativo y la sociedad lo va a demandar.

- En las revisiones pediátricas periódicas que se les realiza a los niños durante su crecimiento, ¿se presta suficiente atención a la salud de los pies?

-No, no se presta atención a la salud de los pies porque esas revisiones no están hechas por podólogos, sino que las realizan médicos generales o pediatras, que saben muchísimo de la parte interna pero no son biomecánicos ni el ortopeda del niño. En ese ámbito entraría el traumatólogo o el podólogo, pero no el pediatra, que trata más las cuestiones internas del niño.

-Igual que nos hacemos revisiones en el dentista o en el oculista ¿deberían hacerse revisiones periódicas en el podólogo?

-Indudablemente y por eso voy a decir a la gente una norma general, porque en ocasiones podemos ser excesivamente corporativistas y a todos los especialistas nos gustaría que se hicieran revisiones con nosotros. En este caso, es importante que, si un niño se cae, tiene que ir al podólogo, si una persona tiene deformidades en los pies, le duelen o se le recalientan o le sudan, tiene que ir al podólogo. Si a una persona que tiene una actividad laboral, en el momento en que pone el calzado laboral tiene molestias y le duelen los pies, tiene que ir al podólogo. Porque el dolor significa que algo está pasando y esa prevención es absolutamente necesaria y fundamental.

- Siempre se ha dicho eso de que un mal calzado o un calzado de mala calidad estropea los pies, ¿es mito o realidad?

-Es una total realidad. Lo que pasa es que un calzado es bueno o es malo en función del pie. Un símil podría ser que las dentaduras no valen todas para la misma persona. Un ejemplo: si uno abre el armario y, de todos los zapatos, con unos vamos más cómodos que con otros es debido a que, ese zapato en el que estamos cómodos, biomecánicamente es más adecuado a la fisiología y fisionomía del pie. Y con otros que no es tan adecuado, pues estamos más incómodos.

-¿Hasta qué punto influye lo que nos calzamos cada día?

-Pues influye en las lesiones que podamos tener, que empieza por una cosa muy sencilla y acaba con problemas crónicos o lesiones muy importantes. El calzado es fundamental para la salud de los pies igual que lavarse los dientes es fundamental para la salud de la boca.

-Entonces, ¿qué opina de los zapatos de tacón?

-Los tacones lo mejor es dejarlos en el armario. No obstante, una cosa es salir un día a un evento y llevar tacones, como puede ser a una boda, y no pasa nada. Pero si todos los días caminas distancias largas con tacones, entonces la cosa va a ir mal. Una cosa es la estética, utilizando correctamente la estética, y otra cosa es el abuso de los tacones para parecer más alta. Todo tiene que ser de forma razonable, entonces, hay que prohibir los tacones, pues para el día a día sí, porque hemos venido al mundo sin tacones, otra cosa es que tenemos una realidad que es la estética y tampoco se trata de renunciar a ella.