Tras la materia oscura a 800 metros de profundidad bajo una montaña de roca

José Francisco Alonso Quelle
josé alonso RIBADEO / LA VOZ

ASTURIAS

LSC

Carlos Peña, nacido al pie del Eo, dirige el Laboratorio Subterráneo de Canfranc, en el que los experimentos se realizan en medio del silencio cósmico

01 nov 2022 . Actualizado a las 20:11 h.

A 800 metros de profundidad, en galerías excavadas en la roca bajo la montaña del Tobazo, en Canfranc (Huesca), se trata de desentrañar uno de los grandes misterios del universo: qué es la materia oscura. «Después de décadas, los científicos solo sabemos que es materia, que existe porque ejerce gravedad, y que es oscura, no la podemos ver. Está alrededor nuestro, forma el 85 % de la masa del universo, pero no sabemos lo que es. Es una sorpresa que nos depara la naturaleza y que estamos tratando de entender», señala Carlos Peña Garay, investigador nacido en Vegadeo (1968), ayuntamiento asturiano ribereño del Eo limítrofe con Ribadeo, que dirige el Laboratorio Subterráneo de Canfranc (LSC).

Las instalaciones localizadas en el Pirineo Aragonés, de dos plantas y 1.250 metros cuadrados de superficie, ofrecen unas condiciones únicas para investigar sucesos como la colisión con un átomo de neutrinos proveniente del cosmos o las partículas invisibles que forman la materia oscura. Es así porque, a 800 metros de profundidad bajo la roca, la montaña filtra la radiación logrando el llamado silencio cósmico.

«El laboratorio tiene una característica especial por la que atrae experimentos de todo el mundo, ahora con más de 50 de once países. Y es que la montaña permite proteger los experimentos, lo que se quiere intentar descubrir, del ruido exterior. No lo vemos con nuestros ojos, pero ahora mismo muchísimas partículas nos están cruzando, los rayos cósmicos que provienen del sol y de otras estrellas. La montaña permite situar los experimentos en un silencio cósmico, para que los científicos se puedan dedicar a ver lo que quieren ver. Del mismo modo que cuando miramos al sol, nos ciega, para ver hay que poder mirar», explica Carlos Peña.

Investigaciones en marcha

Los tres ejes en los que se centran en la actualidad las principales investigaciones en marcha en la LSC son entender la materia oscura, los neutrinos (con un proyecto líder mundial que estudia su naturaleza) y la geo-biología (experimentos en un entorno de bajo fondo radiactivo).

«La materia oscura claramente no son las tres partículas elementales que forman todo lo que vemos, los electrones, protones y neutrones. Hay algo más abundante en el universo, que no vemos y no entendemos», añade Carlos Peña, abundando en el reto que suponen los diversos experimentos en marcha en el LSC.

Los neutrinos

A los neutrinos el investigador veigueño ha dedicado mucho tiempo de su vida, con un papel destacado. «Es una especie de materia oscura. Son partículas neutras, muy especiales y abundantes. Cien mil millones nos cruzan una uña cada segundo viniendo del sol. Y nos informan de lo que pasa dentro del sol y de las estrellas, pero también creemos que sabiendo cómo son podremos resolver una pregunta fundamental, que es cómo nos hemos formado». El por qué la materia, los protones, neutrones y electrones se imponen a sus contrarios, a la antimateria. «Gracias a eso podemos existir. Si fuesen iguales, se atraerían, saldrían rayos de luz y desaparecerían. No estaríamos aquí. Entender por qué el universo ha elegido a nuestros componentes es una pregunta fundamental y creemos que tenemos la tecnología para investigarlo, desarrollada y liderada en España, con colaboración muy importante de Estados Unidos, y con construcción internacional, alojada en Canfranc».

El futuro también pasa por los ordenadores cuánticos. Y en ello también se posiciona el LSC: «Una propiedad cuántica esencial es el entrelazamiento, por la que cada pieza sabe lo que le pasa a la otra. Pero esa propiedad se pierde si le perturba el medio, en particular los rayos cósmicos. Por lo tanto, el LSC puede dar soporte a las investigaciones que derivarán en los ordenadores cuánticos. Estamos haciendo un esfuerzo para que se conozca el LSC, que está en una zona rural, pero la ciencia se desarrolla en los lugares donde se dan las condiciones para que lo haga».