Los apicultores alertan: «Está siendo un año tremendo, de sacar velutinas a calderaos»

G. G.

ASTURIAS

Velutina decapitando una abeja
Velutina decapitando una abeja Ana Garcia

Aseguran que la avispa predadora de abejas melíferas «ha venido para quedarse» y advierten de la presencia de enormes nidos con más de 50.000 ejemplares

14 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

 «La velutina ha venido para quedarse». Así de contundente es Belarmino Álvarez, presidente de la Asociación de Apicultores de Asturias, cuando habla de una plaga contra la que él y sus colegas luchan sin pausa. «Este año fue a más, estamos asustados», dice, «y si no fuera porque cada uno de nosotros se dedica a poner trampas para cazarlas y destruir nidos, no sé cómo estaríamos».

Cerca de 100 apicultores se reunieron el pasado sábado en unas jornadas que se celebraron en Oviedo. Fue, para Álvarez, un éxito, y contó con reconocidos profesionales del sector como Koldo Belasco, que posee en el País Vasco numerosas colmenas, o el biólogo Borja Jiménez, del Botánico de Gijón.

Para ellos, según dice Belarmino Álvarez, «en la apicultura pintan bastos, tenemos muchos problemas, y la velutina es uno de los más graves» junto a la varroa, una garrapata que ataca a las abejas melíferas y contra la que luchan desde hace décadas.

Pero la avispa invasora es la causante de unos «estragos tremendos» que devasta las colmenas. De hecho, cuenta el presidente de la asociación, cuando aparecen en una zona cercana, las abejas «se estresan y no salen de las colmenas».

Él señala su propia experiencia con los nidos de las velutinas, que se esconden en zonas frondosas y solo se hacen visibles cuando caen las hojas de los árboles caducos. «Hay algunos nidos con diámetros tremendos, espectaculares, que pueden tener más de 50.000 avispas. Este año las hemos capturado a calderaos», asegura.

Paradójicamente, los efectos del cambio climático han favorecido la cosecha de miel en Asturias, debido a la floración temprana. Pero él mismo reconoce que a largo plazo es un problema que ya están sufriendo en la meseta, por ejemplo, donde la media de recogida fue de 10 kilos por colmena, cuando lo normal es que ronde los 16 kilos.

La lucha contra la avispa asiática es para tomársela muy en serio. Por eso Álvarez insiste en que las administraciones se impliquen más. De hecho, cuenta, el ayuntamiento de Nava puso trampas el año pasado y se notó mucho la mejoría.

Miel que no es miel

Otro grave problema, dice Álvarez, es la falsificación: «En muchas mieles comerciales, el etiquetado es engañoso. Dicen que proviene de la UE, pero en realidad está mezclada con un producto que viene de China y no es miel, sino sirope de arroz. Es un fraude para el consumidor, que la compra barata pensando que es miel. Pero no lo es». Por eso aconseja comprar la de marcas locales o productores cercanos y conocidos.