La Asturias federal crece más: un estudio afirma que la autonomía fue positiva económicamente

L.O.

ASTURIAS

Un modelo comparativo destaca que la región se benefició de la primera ola estatutaria en los años 80

28 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En las tesis de barra de bar, pero también cada vez de forma más frecuente en el debate político, se asocia el desarrollo del estado de las autonomías y en concreto el caso de Asturias no con prosperidad sino con declive. Hay todo un discurso basado en la nostalgia sobre la decadencia de la comunidad y también porque en la memoria colectiva permaneces las muy reales y tangibles reconversiones industriales, el cierre de la minería y desde la década de los 80 un constante e imparable decrecimiento de población. Sin embargo todo un estudio económico desmiente este percepción y tomando como referencia modelos de comparación sobre cómo habría evolucionado el Principado en una España centralizada concluye que la autonomía le fue mejor.

Así lo señalan los autores, Juan S. Mora-Sanguinetti y Rok Spruk, en el artículo  Economic effects of recent experiences of federalism: Analysis of the regionalization process in Spain (Efectos económicos de experiencias recientes de federalismo: Análisis del proceso de regionalización en España), publicado en la revista Journal of Regional Science. «En el norte, en la España atlántica hay dos fenómenos de contraste: En Asturias hay un efecto marginalmente positivo sobre el crecimiento y sin embargo en el caso de Cantabria es negativo. El caso de Asturias se asemeja a Navarra o Aragón, por múltiples factores, quizá por proximidad con mercados internacionales», asevera Spruk profesor en la Universidad de Liubliana, capital de Eslovenia.

Eslovenia es, de hecho, uno de los territorios de control respecto a la evolución de Asturias utilizados en este trabajo, Spruk apuntó que hay dos oleadas de federalización en la España contemporánea: una a comienzos de los 80 (con la culminación de la Transición política desde la dictadura) y que tiene, destaca, un balance positivo para Asturias: y una segunda ola, con el inicio del nuevo siglo en al que se suceden varias reformas de estatutos de autonomía y que, según el profesor, tiene un balance general negativo «probablemente porque coincide con el inicio de la crisis» de 2008, la Gran Recesión, pero también porque «hubo más conflicto de competencias entre el estado y las regiones que reparto de responsabilidad fiscal».

En un resumen del artículo recogido en el blog especializado en economía Nada es gratis, los autores detallan que para comparar situaciones construyedo réplicas «a partir de información detallada sobre el crecimiento y las características basado en la muestra de control de 92 países y más de 200 regiones para el período 1950-2016 que no experimentaron una transición institucional hacia el federalismo, ni en los años 80 o antes, ni en 2000 y años posteriores» y tomando en consideración variables como «la dinámica del PIB per cápita antes de la adopción de los estatutos de autonomía, las características geográficas físicas, la calidad institucional a nivel de país, así como las familias del sistema legal».

Citan como casos de éxito de federalización Estados Unidos o Çhina y como fracasos los de Rusia o Argentina. «El federalismo en España no es del tipo alemán o estadounidense, es más centralizado y asimétrico, con comunidades como País Vasco o Navarra  que tienen ciertos privilegios», señala Spruk quien recalca que tiene un peso relevante en la aprovechamiento positivo de la federalización el que haya en un territorio un partido político de índole autonomista mientras que las regiones pequeñas apenas se benefician si están gobernadas por grandes partidos nacionales como PP o PSOE.

Pero no es el caso de Asturias lo autores señalan que podría deberse precisamente al empuje inicial de la comunidad en los primeros 80. Entonces Asturias estaba en su pico de población (justo antes de comenzar el proceso de envejecimiento) «Asturias tiene una economía pequeña pero dinámica y demográficamente está un poco mejor que otras partes de España». También destacó que Asturias no se sumó a la segunda ronda de reformas de estatutos que fueron más bien de impacto negativo.

Así en sus conclusiones señala que «en nuestro análisis encontramos evidencia de que el impacto de la regionalización en España ha tenido impactos mixtos, con diferencias relevantes entre la primera oleada de estatutos de autonomía (con impactos medios positivos) y la segunda. Dado que la brecha positiva inducida por los primeros estatutos de autonomía parece haber sido temporal, cabe pensar que existieron una serie de sesgos de corte institucional interna que redujeron los beneficios potenciales del crecimiento económico de la transición del centralismo a una versión asimétrica del federalismo».

¿Y el peso de la entrada de España en la Comunidad Económica Europea que luego sería la UE? Ambos fenómenos, la descentralización de las regiones y la integración comunitaria se superpusieron en el tiempo, sin embargo, el profesor Spruk apunta que la entrada en Europa fue muy positiva pero «no suposo más de diez puntos del PIB» y tampoco fue, como ocurrió en otros países mediterráneos en contraste con sus vecinos del norte, un impacto permanente en el tiempo. Tampoco afectó por igual a las regiones españolas:

En otro estudio sobre este aspecto el profesor esloveno señala que Asturias tuvo un impacto positivo en su crecimiento con la entrada en la UE, superior al de Murcia, Comunidad Valencia, Cantabria o Andalucía, pero inferior al registrado en País Vasco, Galicia o La Rioja.