La regasificadora aún no ha arrancado en Gijón; Alemania las levanta en 194 días

F. S.

ASTURIAS

F. Sotomonte

30 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Todo se demora en Asturias, todas las obras, todas las infraestructuras, todos los proyectos cuentan años y a veces, demasiado a menudo, décadas, entre que se anuncian y se concretan. Se espera que para enero empiece a funcionar la regasificadora de El Musel, en Gijón, obra paralizada en un largo proceso judicial, que se construyó en 2012, costó más de 300 millones de euros y recobró una importancia vital con el inicio de la guerra de Ucrania al abrirse como punto de abastecimiento alternativo de gas natural de una Europa central que cortaba sus lazos con el invasor ruso.

Pero entre permisos, rediseños, trámites de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia y muchos etcéteras, la planta pese a este empujón definitivo no comenzará a funcionar efectivamente hasta enero, a pesar de estar ya levantada desde hace una década. Mientras tanto en Alemania, quizá el país más acuciado por la crisis de suministro de gas, se han puesto la pilas rápidamente y apenas seis meses, en 194 días han levantado una instalación capaz de recepcionar gas licuado y que ya va a comenzar también el próximo mes de enero. En Wilhelmshaven en apenas medio año han igualado lo que para Gijón ha costado más de diez.

En su página web, la empresa Uniper destaca su colaboración para la puesta en marcha de esta infraestructura acelerada en tiempo récord, que tiene un diseño inicial provisional pero «en un segundo paso del proyecto, se realizará una solución portuaria permanente y ampliada» y cuenta entre sus previsiones futuras «crear posibilidades adicionales de descarga y manipulación de gases verdes».

El durante tanto tiempo aparcado proyecto de Gijón se recobró en esta legislatura pensada como infraestructura para almacenar hidrógeno verde pero la guerra de Ucrania hizo que se retomara el diseño de gas licuado ya que Europa empezó a necesitar de forma urgente recibir el elemento por barco desde el Atlántico.

El ministro de economía, Robert Habeck ha señalado que Wilhelmshaven es la primera pieza de un sistema más amplio que requiere darle una vuelta casi completa al modelo alemán, muy dependiente de Rusia, y que en los próximos meses iniciarán las obra de una instalación similar, una plataforma flotante, en Brunsbüttel.

Según los cálculos de Enagás, la planta de El Musel aportará al año hasta 8 bcm (8.000 millones de metros cúbicos) de gas natural licuado (GNL)a Europa, mediante la descarga y carga de hasta 100 barcos al año. La compañía ha iniciado ya desde octubre el plan de formación de parte del medio centenar de empleados con los que contará la compañía gasista para la puesta en marcha de la regasificadora de El Musel el próximo mes de enero. Un 78 por ciento son de Asturias y forman parte de un equipo humano en el que el 53 por ciento de los contratados son mujeres, informa Enagás, que prevé que con la entrada en funcionamiento de la terminal gijonesa se generen además un centenar de empleos indirectos.