Así se puede retrasar la llegada de la artrosis

ASTURIAS

Artrosis
Artrosis FLICKRSIMON BLACKLEY

El traumatólogo Javier Higuera advierte de que «no hay un tratamiento mágico. Sería tanto como decir que no vamos a envejecer»

05 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay enfermedades casi inevitables. Una de ellas es la artrosis. Esta dolencia está ligada al envejecimiento y, por el momento, aunque se puede aminorar su impacto, no se puede acabar con ella. Aparece en las articulaciones por el deterioro de los tejidos. Consiste, sencillamente, en la degeneración de los cartílagos que cubren las articulaciones y la pérdida del colágeno que las lubrica y permite un movimiento fluido. Con el tiempo, debido a la degradación del cartílago, el espacio entre los huesos de la articulación se reduce y éstos empiezan a rozarse, con lo que llegan el dolor y los problemas.

Las articulaciones que más sufren son las de carga, aquellas que soportan más peso y movimiento: la columna, las rodillas y las caderas. Pero también el resto pueden sufrirla: las de las manos, los pies o los tobillos, por ejemplo.

Esta es la vía habitual de artrosis. Con la edad y a medida que se avanza en la vejez, todo el mundo acaba sufriéndola. Es algo, por el momento, inevitable. Y hay otro tipo de artrosis que puede llegar a cualquier edad: la que sobreviene tras un accidente (de tráfico, una lesión deportiva, etcétera). En algunos de esos traumatismos los huesos se rompen y, aunque con el tiempo se recuperen, nunca llegan a estar igual que antes de la fractura. Es entonces cuando aparecen los problemas de artrosis.

El diagnóstico es relativamente sencillo: la mayoría de las artrosis se observan, una vez que el paciente habla de los síntomas asociados a esta dolencia, con una radiografía de la articulación dañada.

En cuanto a la forma de abordarla, el traumatólogo asturiano Javier Higuera señala que «no hay un tratamiento mágico; sería tanto como decir que no vamos a envejecer».  En cualquier caso, Higuera señala tres momentos para hacerle frente a la enfermedad.

El primer tratamiento, que es sin duda el fundamental, es preventivo. Lo importante para mantener las articulaciones relativamente sanas es «tener un peso adecuado y realizar una actividad física moderada (piscina, caminar)». El deporte intenso, sobre todo si implica saltar, podría ser problemático. Si la actividad moderada va acompañada de una alimentación rica y un control del peso, mucho mejor. También recomienda actividades basadas en los estiramientos como el pilates o el yoga.

El segundo tratamiento es farmacológico: medicamentos antiinflamatorios, ácido ialurónico, que no es otra cosa que un lubrificante, y también plasma rico en plaquetas: la propia sangre del paciente, centrifugada, se inyecta en la articulación. Estos son remedios que tienen cierta eficacia pero que no acaban del todo con el problema. «Si hay tantos es porque ninguno es efectivo al cien por cien», subraya Javier Higuera.

El tercer y último paso sería la implantación de una prótesis. La más común es la de rodilla, seguida de la cadera y el hombro. Es una pieza de metal que sustituye al hueso en su totalidad y que está recubierta de un plástico y que, al menos teóricamente, acabará con el dolor.

El doctor Higuera insiste mucho «en la prevención», en llevar un estilo de vida que evite que la artrosis llegue antes de tiempo. Señala, asimismo, que el tratamiento, además del evidente objetivo de mejorar la calidad de vida y evitar el dolor, tiene como objeto retrasar lo más posible implantación de las prótesis. La razón está en que éstas tienen fecha de caducidad, y una persona que empiece muy joven a ponerse prótesis tendrá que sufrir inevitablemente varias intervenciones quirúrgicas.

En cualquier caso, la conclusión es clara. Salvo que ocurra un accidente, hay una forma de luchar contra la artrosis a través de la mejora de la calidad de vida: ejercicio  moderado, alimentación rica y control del peso. Con estos hábitos evitaremos sobrecargar nuestras articulaciones y evitaremos que nos llamen la atención con dolores aparecidos antes de tiempo.