Los nuevos hallazgos en el Cabo Peñas tras la desaparición de Sandra Bermejo

E. G. B. REDACCION

ASTURIAS

Acantilados del Cabo Peñas y, en el recuadro, Sandra Bermejo
Acantilados del Cabo Peñas y, en el recuadro, Sandra Bermejo

SOS Desaparecidos sigue barajando que se trata de una desaparición involuntaria, con intervención de terceros, que «pudo tratarse de un accidente»

13 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Todas las líneas de investigación siguen abiertas, analizándose toda la información de interés recabada en las últimas semanas, para dar con el paradero de Sandra Bermejo, la joven psicóloga madrileña de 32 años, que desapareció el pasado 8 de noviembre en Cabo Peñas, en Gozón. El geolocalizador de su móvil, el único efecto personal que no estaba en la mochila que se encontró en su coche, la situó en torno a las cinco de la tarde en las inmediaciones del Cabo Peñas. El coche se había encontrado tres días después de su desaparición -cuando no asistió a unas clases de teatro que tenía previstas por la noche- en uno de los aparcamientos de la zona.

En respuesta al llamamiento de colaboración ciudadana de la asociación SOS Desaparecidos, han sido varias las personas que se han puesto en contacto para aportar posibles pistas. Ya ocurrió cuando unos turistas contactaron con la asociación porque habían visto a la joven el mismo día de su desaparición paseando sola por uno de los caminos del entorno del cabo, que Sandra conocía bien puesto que, además de aficionada al montañismo, frecuentaba el paraje para practicar senderismo y disfrutar con las vistas.

Sandra Bermejo, la joven de 32 años desaparecida en el Cabo Peñas el martes 8 de noviembre
Sandra Bermejo, la joven de 32 años desaparecida en el Cabo Peñas el martes 8 de noviembre SOS Desaparecidos

El pasado 30 de noviembre un voluntario en las labores de búsqueda contactó también con la asociación porque había avistado lo que parecía una prenda de color blanco en una roca situada en una pequeña playa bajo los acantilados del mirador. Hay que tener en cuenta que en el último mes las condiciones meteorológicas en la zona, con fuertes vientos prácticamente a diario, han venido dificultando e impidiendo en algunas jornadas las labores de búsqueda. La Policía consiguió recuperar la prenda e inspeccionó la zona con drones sin encontrar nada más de relevancia.

Una camisa y una etiqueta

Se trataba de una camisa de color blanco de la misma talla que usa Sandra pero que su familia no pudo reconocer, teniendo en cuenta que la joven lleva además dos años residiendo en Gijón. El presidente de SOS Desaparecidos, Joaquín Amills, explicaba este lunes en El programa de Ana Rosa de Telecinco que la camisa blanca apareció en una zona en la que «no estaba» en días anteriores, durante los rastreos que se realizaron en concreto el 11, 12 y 13 de noviembre, con lo que pudo haber sido arrastrada por el viento o por el agua.  

Otro hallazgo que fue aportado para su análisis a través de la colaboración ciudadana con SOS Desaparecidos fue una etiqueta de unas mallas deportivas negras que un senderista encontró el pasado miércoles ya tierra adentro, alejada del acantilado. Solo es una etiqueta, también de la misma talla que usaba la joven, que mide 1,62 metros y pesa 58 kilogramos, siendo de complexión delgada. 

Todas las pistas e informaciones que SOS Desapariciones traslada a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Gijón, en donde se está haciendo cargo de la investigación la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), se están analizando y comprobando, al igual que todos sus contactos y redes sociales. En este sentido, desde SOS Desaparecidos, al igual que la familia, «vamos descartando» que la desaparición hubiera sido voluntaria.

Nueva hipótesis: un accidente con terceros

Hay que recordar que, durante los rastreos que se realizaron los primeros días de la desaparición de la joven, un hombre se precipitaba por uno de los acantilados y su cadáver apareció unos días después. «Siempre hemos pensando en la intervención de terceros, que pudo ser no forzosa y tratarse de un accidente. La hipótesis de la desaparición involuntaria es lo que barajamos nosotros y también la familia. Y todas las líneas de investigación van en ese camino», dijo Amills en su intervención televisiva.

Asimismo, el psicólogo Javier Urra, que fue profesor y jefe de Sandra Bermejo en Madrid, indicaba también en Espejo Público de Antena 3 que ya tenían conocimiento de que la joven cuando todavía estaba residiendo en Madrid tenía contacto con grupos en los que se consumen sustancias naturales que pueden llevar a alucinaciones -como la ayahuasca-, en referencia a la línea de investigación que ya había mencionado la semana pasada sobre la posibilidad de que hubiera sido captada por una pseudosecta.

Parece ser además, según apuntó a EFE Amills, que el día de la desaparición de Sandra Bermejo, 8 de noviembre, se produjo un eclipse lunar total, un fenómeno conocido como luna roja o de sangre, en el que «se celebraba» un ritual con tal motivo «y en estas celebraciones se utiliza ayahuasca, una medicina tradicional utilizada habitualmente por los chamanes en rituales que a veces se pueden ir de las manos».