Partida y regreso de Ignacio Blanco: cómo el dirigente de Vox Asturias dejó la política

ASTURIAS

F. Sotomonte

El presidente del partido renunciará en enero a su acta de diputado y desmiente las publicaciones sobre su relación con una sociedad quebrada en Cataluña

22 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En una de sus intervenciones especialmente feroces contra la oficialidad de la lengua asturiana, Ignacio Blanco, portavoz de Vox en la Junta General, se subió al atril con montera picona para hacer burla de lo que, a su juicio, era una medida de índole nacionalista. Fue uno de los gestos que marcó la singular siempre puesta en escena de Blanco desde que entró en política pero para la que ha marcado un final tajante con su anuncio de retirada: no repetirá como candidato en los próximos comicios autonómicos y además ha confirmado que su intención es dejar el escaño y entregar su acta de diputado el próximo mes de enero ¿qué ha pasado para llegar a este anuncio?

«Yo no creo en las casualidades pero la verdad es que es un tema que fue absolutamente casual», comenta Blanco en declaraciones a La Voz de Asturias. El 'tema' es la publicación en medios de ámbito nacional, primero en El Español, que su renuncia a la vida política estaba relacionada con el cierre entre deudas de un centro comercial en Cornellà de Llobregat. Y ese mismo medio le atribuye ser administrador único de la sociedad pero lo cierto es que es representante del socio mayoritario de un centro que arrastra problemas desde hace años y en el que tiene mucho que ver la gestión de un aparcamiento. «Conmigo no hablaron», se lamenta Blanco que profesionalmente se ocupa de gestionar empresas con problemas, de quiebras, es administrador concursal «ahora mismo soy administrador concursal de Cargas y Estibas Portuarias de Gijón, que era el anterior dueño de la sociedad que gestionaba la autopista del mar», explica e insiste en que el «que surgiera en un medio nacional viene más por la parte de algún accionista minoritario que por otra cosa».

Blanco asegura que tomó a decisión de dejar la política, toda ella, tanto su escaño como portavoz en el parlamento asturiano como la presidencia de Vox en Asturias, el pasado mes de julio y que se lo comunicó entonces a Santiago Abascal con el compromiso de volver a hablarlo de forma ya definitiva a finales del verano. Pero entonces ocurrió «lo que sucedió con Macarena y acordamos que lo íbamos a dejar para más adelante para que no se confundieran las dos cosas que no tenían nada que ver».

Lo de Macarena es la sonada marcha y regreso de la diputada que fue candidata a las elecciones andaluzas con resultados no muy pujantes: Macarena Olona dio un paso atrás alegando problemas de salud y luego regresó para proponer un proyecto alternativo a Vox y emprender una batalla en redes sociales en la que amenazó con desvelar la identidad y relación con el partido de Españabola, un anónimo que capitanea un numeroso y combativo grupo de acoso en redes sociales a enemigos políticos y que luce parafernalia nazi. Pero es verdad que esa historia no tiene que ver con Blanco o con Asturias, no directamente.

«Lo sabía muy poca gente en el partido: el entorno de Santiago Abascal, los responsables de organización, dos con los que hablé y muy poca gente más. Yo no quería que saltara a los medios antes de la comida de navidad con los afiliados sin decírselo yo directamente», señala Blanco que insiste «si lo tengo todo escrito porque lo mando por escrito, quería que constara por escrito».

 La presidencia del partido

Años antes de ser dirigente de Vox, Ignacio Blanco era un participativo agitador ese la plataforma El Club de los Viernes, y antes de lucir montera se enfundaba levita y chistera para rendir homenaje a Melquiades Álvarez como mártir liberal, los golpes de efecto eran marca de la casa antes ya de poner los dos pies en el ámbito político. Primero como cabeza de lista de Vox en Asturias y, ya bien entrada la legislatura, compitiendo en un proceso de primarias interno para hacerse con el poder orgánico del partido, desplazando al dirigente de primera hora Rodolfo Espina Barrio (hoy en Valores, un grupo escindido de Vox). «Cuando me presento a la presidencia del partido en Asturias es porque tenía discrepancias muy relevantes con el presidente y, de hecho al presentarme ya advertí que si perdía esas elecciones internas me iba a retirar de la política», recalca Blanco quien reitera que no cree en sistemas de bicefalias y que pretende apartarse para dejar todo el protagonismo a los nuevos nombres que asuman el liderazgo de la formación en el Principado.

El todavía portavoz de Vox en Asturias reitera que se va por motivos personales «que la mayor alegría que le di a mi hija en los últimos años fue decirle el otro día por la mañana que iba a dejar la política e iba a tener más tiempo para estar con ella». Blanco afirma que compaginar su actividad parlamentaria (el del único diputado con jornada parcial) con su trabajo en el despacho por las tardes ha devorado todo su tiempo libre y todos los fines de semana apartándole de su familia y recalca que nunca se planteó dejar su actividad profesional y que la perspectiva a medio plazo de crecimiento que, según dice, le auguran las encuestas, exigiría una dedicación exclusiva

También asegura que en los últimos tiempos ha ganado una notoriedad que no esperaba y que tampoco le gusta. Además de la publicación de informaciones sobre el centro comercial de Cornellà, Blanco acaparó titulares en medios nacionales hace poco con el terrible caso de la niña Olivia a manos de su madre, que a la espera de juicio, ha confesado que le dio una dosis mortal de pastillas tranquilizantes. La familia de padre era de Segovia, y estaba pendiente de recibir la custodia, pero la madre y la niña residían en Gijón. El caso, con una madre responsable de la muerte de una pequeña, fue utilizado de forma política y con muy pocos escrúpulos por partidarios y detractores de políticas de género. En el fragor de esa batalla, Blanco que es abogado pero especializado en administración concursal, apareció como defensor del padre.

«Se mezcla todo, ese caso lo llevaba un amigo mío de Segovia. Se intentó vincular eso también a Vox y no tiene nada que ver. Es un amigo mío desde hace años, tenemos clientes comunes en Segovia; él me llama y me pide si le puedo ayudar en este asunto que se va a despachar en Gijón y yo encantado, oye, es un amigo», reitera Blanco quien añade que «es que a mí profesionalmente y personalmente esto me ha supuesto un desgaste muy importante».

El caso de Cornellà

La versión de Blanco sobre los problemas del centro comercial es la siguiente: «Este centro comercial lleva en crisis desde hace muchísimos años, ya en 2014 se convirtió en un Outlet porque se abrió otro gran centro comercial cerca y las grandes marcas lo abandonaron . Sucede que el socio mayoritario es dueño del aparcamiento del centro comercial, tiene 1.700 plazas, y desde que se constituye el centro comercial en 1994 a 2013 todos los años se retribuye al dueño del aparcamiento por su uso para toda la comunidad de propietarios. Cuando abre el otro centro, esa comunidad de propietarios toma una decisión, en la que no puede participar el mayoritario porque se beneficiaba directamente, que es no renovar la retribución por el uso del aparcamiento. En 2016 se llega a acuerdo para esa retribución pero en 2018 deja de hacerse. Y es una finca privativa del socio mayoritario que la comunidad decide que se tiene que utilizar de forma gratuita para el resto de propietarios y sin compensar las pérdidas que genera: son 600.000 euros al año tal y como figura en las actas. El socio mayoritario este año decide que esa situación es insostenible y les va a reclamar el uso del aparcamiento en los últimos 4 años pero la comunidad se niega. El socio les está reclamando 2,5 millones de euros por usar ese aparcamiento. Esto se despachará en un procedimiento judicial».