¿Adios, covid? Hola, gripe

G. GUITER

ASTURIAS

Vacunación conjunta de la cuarta dosis contra el covid y de la gripe
Vacunación conjunta de la cuarta dosis contra el covid y de la gripe Ángel Manso

El fin de las medidas de distanciamiento social hace resurgir otros virus que teníamos casi olvidados, como el de la gripe o el resfriado común

07 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Pronto hará tres años desde que se detectaran los primeros casos de covid en España y también en Asturias. Todo parece algo lejano, una pesadilla casi olvidada, a los que no somos expertos, arrastrado por la marea de la lucha diaria y por otras urgencias más prosaicas. Y, sin embargo, los números son tozudos e inquietantes. Vistos con la perspectiva del tiempo, asustan.

El balance sanitario que nos deja la pandemia, tras una dura batalla y cientos de miles de vacunas, es de casi 270.000 casos confirmados en el Principado, es decir, casi uno de cada tres asturianos contagiados y con un buen número de secuelas variadas. Y lo peor: 3.380 fallecidos, una tasa alta si se compara con la media de España (2.500 por millón de habitantes); mucho más respecto a la incidencia mundial (856) e incluso a la incidencia de países de nuestro entorno como Francia (2.450) o Portugal (2.529).

Hasta aquí las cifras, puras y muy duras. En realidad, no tan puras. Discutibles, pues si las muertes en todo el planeta debido al coronavirus rozaron los 6,7 millones, los últimos estudios sobre exceso de mortalidad (decesos observados frente a los previstos estadísticamente), se habla ya de el doble o el triple de esa cifra. Sin contar con los Estados que no son capaces de contarlas o, directamente, mienten.

El balance de la pandemia se alarga, trágicamente, mucho más allá de esas cifras. El impacto social y económico fue (es) enorme, con dramas humanos indescriptibles, cicatrices morales y puede que impropias del siglo XXI, además del daño que sufrieron las empresas, autónomos y la propia Administración en sus números.

El deseo de que no vuelva el fantasma del confinamiento parece haber vencido sobre el miedo. Nos juntamos y amontonamos, apenas vemos ya mascarillas, si no es en un centro sanitario o en un transporte colectivo. La colosal campaña de vacunación, en un esfuerzo sin precedentes en la historia en un periodo tan corto de tiempo, llegó al 95% de la población asturiana diana, es decir, la susceptible de ser vacunada. En el otoño de 2022 se estuvo administrando dosis de recuerdo a un buen número de personas, en especial por encima de los 60 años, como población más vulnerable ante el virus.

Es cierto que en estos dos años de combate (la campaña comenzó a finales de 2020) aún quedó un número apreciable de ciudadanos sin recibir ninguna dosis de la vacuna, en torno a 75.000 personas. Ellos actúan como un cómodo reservorio de la enfermedad, que según los expertos llegó para quedarse, igual que la gripe o el resfriado. No obstante, las cifras de saturación hospitalaria hablan de un enorme atenuamiento del problema. Los sanitarios han administrado en el Principado 2,8 millones de dosis de una u otra fórmula. Y eso ha acabado por aplacar la enfermedad hasta niveles tolerables.

Los virus «de casa»

Sin embargo, se han comenzado a producir otros efectos colaterales del confinamiento y las extremas medidas de distancia social que estuvieron más de dos años en vigor. Una de ellas es que la gripe y los resfriados regresaron con fuerza, ya que encontraron una población con escaso recuerdo (inmunológico y mental) de esas enfermedades más cotidianas, pero que también producen saturación hospitalaria y muertes todos los años.

De hecho, según los últimos datos hechos públicos por el servicio de salud del Principado, la incidencia de la gripe se coloca en torno al 18% de los virus respiratorios diagnosticados, mientras que la covid supone el 13%. Por debajo estarían adenovirus y virus sincitiales respiratorios. Curiosamente, dicen los expertos, cuando circula la gripe, esta excluye a otros virus.

La única solución de cara a 2023 sigue siendo la vacunación, que ya es habitual en cuanto a las distintas cepas gripales y puede que se establezca también para las variantes que vayan llegando de covid, previsiblemente más contagiosas, pero menos letales. Por el momento.