Contradicciones, incógnitas por resolver y dos meses de búsqueda: el triste final del caso Sandra Bermejo

Luis Fernández
Luis Fernández REDACCIÓN

ASTURIAS

Efectivos de la Policía reanudan la búsqueda de Sandra bermejo en el cabo Peñas
Efectivos de la Policía reanudan la búsqueda de Sandra bermejo en el cabo Peñas Eloy Alonso | EFE

Las pruebas de ADN confirman que los restos humanos encontrados en el Cabo de Peñas son de la psicóloga madrileña de 32 años. La Policía Nacional mantiene abierta la investigación para conocer las causas del suceso

05 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El caso de Sandra Bermejo ha tenido un triste final. Las pruebas de ADN han confirmado que los restos humanos encontrados en el Cabo Peñas (Gozón) el día 23 de diciembre son de la psicóloga madrileña. La joven, de 32 años y residente en Gijón, desapareció el 8 de noviembre y, desde entonces, se ha convertido en uno de los sucesos más mediáticos del país. La principal línea de investigación de la Policía apuntó desde el primer momento al suicidio o al accidente, sin descartar otras opciones, mientras que la familia ha defendido vehementemente que la suya era una desaparición forzada, considerando que se trataba de un secuestro o un asesinato. Por el medio, un sinfín de pistas y teorías de todo tipo. Comunidades esotéricas, fotografías de una mujer en la zona, testigos que afirman que ese día había dos coches junto al de Sandra en el parking… y un final cruel para la familia, que ha calificado la noticia de «jarro de agua fría». Primero se dijo que los restos hallados no eran de Sandra. Once días después, han confirmado que sí lo son. Ahora se conoce el final pero quedan por despejar muchas dudas. La Policía Nacional mantiene abierta la investigación para tratar de esclarecer las causas de la muerte.

La pista de Sandra Bermejo, que llevaba dos años viviendo en Gijón, se perdió sobre las 17:00 horas del 8 de noviembre, cuando la señal de su teléfono móvil fue localizada por un repetidor en el aparcamiento más próximo a la peña La Gaviera, en el vértice que se encuentra tras el faro del Cabo Peñas y donde fue encontrado su vehículo, en cuyo interior se encontraba su bolso con la documentación y las tarjetas bancarias.

El coche fue localizado en uno de los aparcamientos de la zona perfectamente cerrado y sin signos de violencia, mientras que el móvil no se ha encontrado ni tampoco hay indicios de que haya vuelto a funcionar. Desde ese momento, se realizaron varias batidas por tierra y mar en la zona para trotar de localizar a Sandra. Efectivos del Grupo Especial de Operaciones (GEO) y la UDEV de la Policía Nacional habían centrado la búsqueda por mar en la zona de acantilados de Cabo Peñas, trabajos que se intensificaron después de que se encontrara una camisa que no puedo ser identificada por la familia, residente en Madrid.

Los responsables policiales explicaron en varias ocasiones que todas las líneas de investigación estaban abiertas, pero que todo apuntaba a una desaparición voluntaria. Este punto de vista chocaba frontalmente con el de la familia. Su portavoz, el presidente de SOS Desaparecidos, Joaquín Amills, insistió en todas sus intervenciones públicas en que no se trataba de un accidente ni un suicidio sino de un secuestro o un asesinato. Hasta el día de ayer, mantenían la esperanza de encontrar a Sandra con vida.

Entre sus principales argumentos, el testimonio de unos pescadores que aseguraron, que junto al coche de Sandra, había otros dos el día que desapareció. Les llamó la atención porque a esas horas el aparcamiento suele estar vacío. Además, cuando volvieron ya solo estaba el coche de Sandra. También se ha hecho pública una fotografía, tomada por un ciclista, de una mujer en la zona en la que desapareció la joven madrileña.

En en transcurso de todos estos acontecimientos, teorías variopintas con más o menos credibilidad. Una de las más mediáticas, que también descarta la familia, es su participación en algún tipo de encuentro de una comunidad esotérica. Al parecer, en el pasado participó en este tipo de actos, pero no se ha podido establecer conexión con lo ocurrido en Cabo Peñas.

Hallazgo de restos humanos

La víspera de Nochebuena, un pescador encontró unos restos humanos en unas piedras del acantilado y el hallazgo fue comunicado a la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional de Gijón, que los remitió a Galicia para su análisis, mientras que la Guardia Civil volcó los datos en el Programa Fénix sobre personas desaparecidas.

La familia no esperaba que el laboratorio de la Policía Científica de Galicia confirmara la compatibilidad de los restos humanos hallados por un pescador en Cabo Peñas con el perfil genético de Sandra, después de que «inicialmente la Policía dijera a la familia casi con toda seguridad que no era ella y ahora digan que sí es su cuerpo», según ha afirmado Amills. «Seguimos pendientes de ver qué revela la autopsia para tomar las decisiones oportunas y si es necesario pediremos una segunda autopsia», ha avanzado. 

El portavoz añade que la zona donde aparecieron los restos humanos «va en contra de la lógica» porque, según su teoría, si Sandra se hubiera despeñado «no habría aparecido contracorriente y su cuerpo iría en dirección al Golfo de Vizcaya y no hacia Galicia». «Las incógnitas no se han despejado», asevera el portavoz, que incide en que Sandra no estuvo sola el día que desapareció y, por tanto, «alguien sabe qué pasó aquella noche o aquella madrugada porque el accidente fortuito lo seguimos descartando rotundamente».

La Policía Nacional de Gijón, que está a cargo de la investigación y que barajaba como principal hipótesis la desaparición voluntaria, ha informado de que «se sigue trabajando en esclarecer los hechos y circunstancias que rodearon el fatal desenlace».