Solo una de las acusadas reconoció haber accedido a los datos personales a través del sistema informático
10 ene 2023 . Actualizado a las 14:09 h.Siete de los ocho sanitarios del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) acusados de acceder sin consentimiento, ni justificación al historial clínico de un médico internado en el centro tras una pelea han negado este martes que hubieran entrado a ver el motivo de su ingreso, «ni por curiosidad», y sólo una procesada ha admitido que lo vio por ser su enfermera.
La Sección Tercera de la Audiencia Provincial ha acogido este martes el juicio contra cinco enfermeras, un médico y dos auxiliares clínicos, para quienes la Fiscalía solicita penas de hasta tres años y tres meses de cárcel, acusados de su presunta autoría en un delito de descubrimiento y revelación de secretos. Los siete acusados que han negado los hechos han alegado que las sesiones estaban abiertas en los ordenadores y «alguien» se aprovechó de su claves y contraseñas personales al acceder al programa Millenium. Sólo una enfermera ha admitido que entró varias veces en el historial del médico, una vez que ya se le había dado de alta, pero ha justificado su actuación en el hecho de que era su enfermera asistencial y que tenía una relación personal con él.
El médico denunciante ingresó el 8 de enero de 2017 en el servicio de Reanimación del HUCA tras una intervención quirúrgica después de protagonizar un incidente con un compañero en Urgencias y su historial clínico fue espiado los días 8, 9 y 10 de enero de 2017, cuando estaba ingresado, pero también posteriormente los días 12 y 19 de enero y el 3 de febrero de 2017 cuando ya había sido dado de alta.
En el banquillo de los acusados están cinco enfermeras de los servicios de Reanimación, la UCI polivalente, una contratada eventual en el área de Críticos, así como de Hospitalización y Medicina Interna, pese a que el médico no había estado internado en algunas de estas unidades. En su declaración han coincidido en que los ordenadores quedan siempre las sesiones abiertas porque es «prácticamente imposible» atender a los pacientes si tienen que invertir «entre 5 y 6 minutos» en volver a encenderlos. La prioridad siempre es actuar con el enfermo y no estar pendientes de abrir las sesiones en el ordenador, han manifestado las acusadas que en todo momento han rechazado que tuvieran «motivos o curiosidad» en enterarse de las causas del ingreso del médico demandante.
Sólo una enfermera asistencial ha admitido que entró en el historial clínico del paciente los días 8 y 9 de enero de 2017 en el área de Medicina Interna, pero ha explicado que lo hizo para tomar constantes o firmar la medicación pautada, y si accedió los días posteriores a que se le diera el alta fue porque el ordenador se reiniciaba cada vez en «la misma historia clínica donde se dejó».
Por su parte, el médico anestesista acusado de acceder al historial de su compañero ha negado haberlo hecho o que hubiera escuchado que había habido un incidente en Urgencias entre el médico espiado y otro compañero. Una auxiliar clínica, adscrita a Reanimación, ha declarado que le fue asignado tras ser intervenido, pero que no entró en su historial con su clave «para cotillear» pese a que podría haberlo hecho sin problemas porque era su paciente. Otra acusada de la misma categoría ha negado que una compañera les hubiera llamado la atención al sorprenderlas cuando veían el historial clínico con su sesión abierta. Los acusados han manifestado ante el tribunal que el Sespa impartió un curso de tres a cuatro horas sobre el programa Millenium pero sin hacer un hincapié especial en si se dejaban cerradas o no las sesiones en el ordenador.
Por su parte, la acusación particular ha anunciado que renunciará a emprender acciones penales, aunque continuará el procedimiento en reclamación de acciones civiles. El juicio continuará mañana, miércoles, con la declaración del médico demandante y de otros trece testigos, informa Efe.