El embalse de Grandas de Salime abre sus compuertas para liberar agua

María Guntín
María Guntín REDACCION

ASTURIAS

Las compuertas del embalse de Grandas de Salime, abiertas por el temporal
Las compuertas del embalse de Grandas de Salime, abiertas por el temporal MANUEL

El pantano estaba el pasado 16 de enero al 81 % de su capacidad y se prevé que siga vaciando agua durante varias jornadas más

19 ene 2023 . Actualizado a las 19:41 h.

A caballo entre Asturias y Galicia, el Salto de Grandas de Salime, compuesto por la presa, el embalse y la central del mismo nombre, muestra todo su esplendor. Lleva varios días con sus cuatro compuertas abiertas, que ofrecen una panorámica excepcional de los miles de litros que cada segundo descienden por la vertiginosa caída de la presa, de 128 metros de altura. Según los datos oficiales, el pantano estaba el día 16 de este mes de enero del 2023 al 81 % de su capacidad y se prevé que siga vaciando agua durante varias jornadas más.

Con una superficie de 685 hectáreas, la presa fue creada por Saltos del Navia -que se encarga de seguir explotándola- en la década de los 60 y dividió en dos el bucólico concello de Negueira de Muñiz, ya que el agua separa la zona de las comunas y aldeas más alejadas del centro urbano del ayuntamiento. El embalse ocupa además otros tres municipios asturianos: Grandas de Salime, Pesoz y Allande. 

El mayor embalse de Asturias requirió de mucho trabajo. Se inundaron cerca de 700 hectáreas, que incluyeron fincas urbanas, cuadras, iglesias, cementerios... Fueron muchos los que tuvieron que abandonar aldeas que hoy están anegadas y buscar una nueva vida en otros lugares. En total, se excavaron más de 30.000 metros cúbicos de rocas y se necesarion otros 700.000 de hormigón. 

La construcción del salto de Salime, entre 1945 y 1955, obligó a crear cuatro poblados en las pendientes que ahora asolan el embalse. Allí se alojaron más de 3.000 obreros llegados desde todos los puntos de la geografía para trabajar a destajo en las obras. A día de hoy todavía es posible visualizar las casas de los antiguos empleados del embalse. Quedan carcasas y armatostes de hormigón, ya sin ventanas o tejados.

Desde lo alto de la presa está el paso que une Grandas de Salime con Oviedo y sobre ella están los cinco balcones desde los que se puede divisar el embalse, pero también aliviaderos y terrazas con las casetas que alojan los mecanismos de las compuertas.