Plato, abanico y cañón: los ganaderos asturianos podrán esparcir purín en el 90% de sus fincas más allá de 2024

Luis Fernández
Luis Fernández REDACCIÓN

ASTURIAS

ROI FERNÁNDEZ

El decreto aprobado por el Gobierno central prohíbe el uso de estas herramientas desde el próximo año en toda España pero prorroga las excepciones que benefician al Principado

30 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Se aprobó como una excepción transitoria, pero será una medida definitiva. El nuevo decreto que establece las normas para la nutrición sostenible en los suelos agrarios recoge la prohibición de esparcir purín con plato, abanico o cañón, pero hace permanente la condición temporal que beneficiaba a la mayoría de los ganaderos asturianos. Al igual que ocurre en la actualidad, a partir del 1 de enero de 2014, cuando entra en vigor la normativa, el 90% de las fincas asturianas quedan excluidas de la restricción y, por tanto, podrán seguir utilizando estos sistemas. El motivo, el tamaño y la pendiente de los terrenos.

El real decreto entró en vigor el pasado 1 de enero pero no producirá efectos hasta el 1 de enero de 2024. Por tanto, hasta ese momento se mantiene en vigor la resolución de abril del año 2019, con las excepciones a la normativa estatal que prohíbe el uso de los sistemas de plato, abanico o cañón y que permite que el 90% de las fincas asturianas queden excluidas de la aplicación de la normativa. El texto define las normas básicas para conseguir en toda España una aportación sostenible de nutrientes en los suelos, reducir las emisiones de gases, en especial del amoniaco, así como evitar la contaminación de aguas y suelo. 

Esta norma excepciona la prohibición de aplicación de los purines mediante sistemas de plato, abanico y cañón según el tamaño de las explotaciones y la pendiente del terreno, como había reclamado el Principado, «lo que da continuidad a la situación actual, por la que más del 90% de nuestra superficie estaría exenta, y tiene en cuenta la realidad de nuestras explotaciones», explican fuentes de la Consejería de Medio Rural. Exactamente, el decreto recoge que quedan excluidos de la prohibición «los recintos con pendientes medias superiores al 10%» y «en la explotación entera cuando los recintos con pendientes medias superiores al 10% supongan más de la mitad de la superficie total de la explotación o cuando la superficie de los recintos con pendientes medias iguales o inferiores al 10% no supere las dos hectáreas».

En cualquier caso, añade el texto, «no se podrán aplicar los purines mediante sistemas de plato, abanico y por cañón cuando en el momento de realizar la labor se prevea una temperatura ambiente superior a un límite que determinarán las autoridades competentes de las comunidades autónomas, que también establecerán el periodo de tiempo inmediatamente posterior durante el cual se extiende esta prohibición».  

Análisis al purín

Desde el Principado también destacan que, a raíz de la guerra en Ucrania, el precio de los fertilizantes ha sido uno de los asuntos que ha adquirido una gran relevancia por la repercusión que su variación tiene para el sector. «Esta norma exige que se realicen análisis de la composición del purín o estiércol para determinar su valor fertilizante (los valores de nitrógeno, fósforo y potasio, así como el porcentaje de materia orgánica) y que exista un plan de abonado», subrayan desde Medio Rural. Además, añaden que «nuestros agricultores y ganaderos podrían ahorrar mucho dinero en compra de fertilizantes químicos con una buena gestión de los purines ganaderos, aprovechando bien los recursos de la explotación».

Desde hace años, el Principado ha apostado por medidas que «ahora van a ser determinantes para cumplir esta normativa» a través de los planes de mejora, «subvencionando la construcción de fosas dimensionadas, estancas y cubiertas para almacenar bien el purín y así aplicarlo cuando los cultivos lo precisan». Además, en los casos en que se realicen inversiones en zonas de montaña o con limitaciones naturales en equipos de tratamiento de purines y estiércoles, «la ayuda de planes de mejora se incrementará un 20% para estos gastos», aseguran las mismas fuentes. 

En Asturias también existe la posibilidad de tratamiento de estos residuos en plantas de biogás de gestión colectiva, como la que tiene la SAT Central Lechera Asturiana, que se convertirán en una opción más para gestionar los excedentes y atajar los problemas que surgen cuando no pueden aplicarse sobre el terreno. En opinión del Principado, «la norma supone una oportunidad para, a través de la formación, fomentar prácticas de gestión de purín conforme a la normativa vigente». Otro de los objetivos es incrementar la competitividad de las explotaciones y una «menor dependencia de fertilizantes».

Por último, Medio Rural destaca que hay aspectos del real decreto que el Principado puede concretar para adaptarlos a la realidad de la comunidad y señala «los límites de temperatura a tener en cuenta (por ejemplo las condiciones ambientales para esparcir los purines) y la distancia a cauces de agua».