La comunidad llegó a colocar cinco grupos empresariales familiares entre los 20 más poderosos del país
06 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Hubo un tiempo de indianos y grandes emprendedores en el que Asturias se convirtió en una verdadera potencia económica dentro y fuera de España, y que se prolongó hasta no hace tanto tiempo. A principios del siglo XX, en un país poco industrializado, sumido en la desesperanza tras la pérdida de las colonias, el Principado se movía en sentido contrario: crecía y se desarrollaba con paso de gigante.
Es la historia de muchas familias que se hicieron enormemente ricas todavía hoy bien conocidas como los Herrero, los Tartiere, Figaredo y otras que tuvieron mucho eco y ya no lo tienen tanto como los Heredia, Rivière o Pidal. Casi todas ligadas a la minería y la metalurgia, que impulsaba todo lo demás, como la banca o el comercio. Esto ya era más o menos conocido.
Lo que varios historiadores y expertos economistas reflejaron en el informe Familias empresarias y grandes empresas familiares en América Latina y España. Una visión a largo plazo, (Fundación BBVA) coordinado por Paloma Fernández y Andrea Lluch, es un dato que impresiona: durante el franquismo, a principios de los años 60 del siglo pasado, cinco de los 20 mayores grupos familiares de España eran asturianos.
«Cataluña, País Vasco, Madrid, y a mucha mayor distancia Andalucía, Asturias y Galicia concentraron los mayores negocios familiares de una España agraria, poco industrializada y con grandes déficits (…)», afirman en el estudio.
La mayor parte de esas familias hizo fortuna en el sector minero-metalúrgico, pero sus negocios se diversificaron también en multitud de empresas. En concreto se trata de Duro Felguera (en el número 1 del ránking nacional), Hullera de Turón (número 5), Sociedad Hullera Española (Minas de Aller, número 8), Fábrica de Mieres SA (número 16), Sociedad Industrial Asturiana Santa Bárbara (número 17) y Sociedad Anónima Minas de Langreo y Siero (Grupo Minero Lláscaras y el Viso, número 20).
En cuanto a familias poderosas, por los mismos años los Pidal, Rivière, Figaredo, Tartiere y Heredia figuran en el ránking, aunque no entre los puestos más altos, quizá por el gran número de accionistas que empezaban a tener esas sociedades que nacieron en el seno de la empresa familiar.
Al calor del carbón acudieron entre el siglo XIX y el XX muchos otros emprendedores españoles y extranjeros como los belgas Lesoinne (Real Compañía Asturiana de Minas) o Dionisio Thiry (Explosivos La Manjoya), los catalanes Masaveu (comercio y cementera), el francés Numa Guilhou (minería y metalurgia) o el vasco Víctor Chávarri (ferrocarril).
Más tarde llegó la edad de oro de la minería gracias a la enorme demanda generada por la primera guerra mundial y alcanzó su tope de empleo directo, con 50.000 trabajadores a mediados del siglo pasado.
El declive
Al mismo tiempo, y ligado al declive minero y metalúrgico del último tercio del siglo XX en Asturias, el informe de Fernández y Lluch revela con claridad la caída de esos grupos empresariales mientras surgen otros muy poderosos en el resto de España.
Para finales de los años 60, solo quedan Duro Felguera y la reciente Uninsa (Unión de Siderúrgicas Asturianas, S.A., 1961, que será luego absorbida por Ensidesa) entre los grandes y relegados al sexto y octavo puestos, mientras que el podio lo ocupa el Banco de Vizcaya, Altos Hornos de Vizcaya, Banco Urquijo y Banco Santander.
Durante las décadas siguientes y hasta la actualidad, prácticamente ningún grupo o empresa familiar asturiano figura ya en la lista de honor. Eso, si no tenemos en cuenta que El Corte Inglés (y Galerías Preciados más brevemente), fundado por asturianos pero con sede en Madrid, fue hegemónico desde 1986 a 2010, aunque ya se perfilaba el imparable ascenso de Inditex y Mercadona año tras año. Nuevos sectores de riqueza que serán la minería del siglo XXI.