La historia del centenario hotel de Luarca que reabrirá sus puertas

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ASTURIAS

El Hotel Gayoso, en Luarca
El Hotel Gayoso, en Luarca

Considerado uno de los más antiguos de España, en sus inicios fue fonda a la que los clientes llegaban a caballo o en carruajes y en sus habitaciones se alojó, entre otras personalidades, la emperatriz Eugenia en 1918

04 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Tenía 150 años de trayectoria cuando cerró sus puertas en 2006. El Hotel Gayoso, el emblemático edificio de la plaza de Alfonso X el Sabio, en pleno corazón de Luarca, fue fundado en 1856 y estaba considerado como uno de los más antiguos de España. Desde el Ayuntamiento de Valdés, aprovechando que volverá a reabrir sus puertas, se recuerda la interesante historia de un hotel que, en sus inicios, fue fonda, café y billar al que los clientes llegaban en carruajes, a caballo o incluso en los caros utilitarios de la época.

«Fue un hotel pionero en Asturias. Por aquel entonces había pocos alojamientos de este tipo en el Principado», relata Sara Gayoso, última generación de una familia que se dedicó durante siglo y medio a la hostelería después de que Balvino Gayoso y su mujer Manuela inaugurasen el hotel a mediados del siglo XIX. En el occidente, según cuenta Gayoso, «era el único con capacidad y servicios». Tenía cinco plantas, restaurante y 25 habitaciones. Luarca entonces era una parada obligada en la ruta por carretera entre A Coruña y San Sebastián y el Hotel Gayoso se convirtió en el foco de glamour en el occidente asturiano.

Por sus habitaciones, de hecho, pasaron personalidades como la emperatriz Eugenia, en un viaje que realizó desde Santiago de Compostela en 1918, o artistas como Raphael o Al Bano, que acudían a Luarca para actuar en la Villa Blanca, cuando esta sala de conciertos era una de las más importantes de Asturias.

Luarqueses reconocidos como el premio Nobel Severo Ochoa o el director y ganador de un Oscar Gil Parrondo, así como la científica Margarita Salas, también valdesana, también eran clientes habituales del hotel, además de embajadores, diplomáticos, comerciales, representantes e incluso funcionarios que se alojaban aquí por temporadas enteras.

«Cualquier cosa que surgiera en la zona estaba en el Hotel Gayoso. Su salón era un lugar de tertulia», explica Sara Gayoso. Severo Ochoa, según cuentan, se hacía sus propios martinis y acudía con sus amigos, también premios Nobel, que llegaban en lujosos vehículos. La dirección del hotel fue pasando, durante su larga historia, de padres a hijos. «Todos han sido Balvinos o Braulios Gayoso», dice Sara Gayoso, en referencia a una tradición familiar transmitida de hombre a hombre hasta que llegó su madre, Rosa García, esposa de Balvino Gayoso. «Tuvo que remangarse y pelear mucho. El hotel le dio muchas satisfacciones, pero también una vida que no esperaba ella al ser ‘la señora de’».

La gestión de Rosa García fue la última que vivió el esplendor y también el crepúsculo de este alojamiento referente en el norte de España. «Cambió mucho la situación cuando las carreteras mejoraron. Estuvimos varios años abriendo sólo por temporada, pero luego ya fue inevitable cerrar», recuerda. Fue en septiembre de 2006 y, desde entonces, este histórico edificio fue cayendo en el abandono hasta que los hermanos Gayoso decidieron venderlo.

Los nuevos dueños del edificio, que ya gestionan el Hotel Villa de Luarca, el albergue de peregrinos y Casa Manoli (Almuña), tienen previsto continuar con la esencia del que fue el principal alojamiento de todo el occidente de Asturias. «A la familia nos gusta la idea de que el edificio siga siendo un hotel. Hace mucha falta en Luarca. Va a traer prosperidad y va a ayudar a volver a poner a la villa en el mapa», confía Sara Gayoso. «La política de requerimientos a propietarios con edificios ruinosos en el caso urbano está dando resultados», valora el alcalde de Valdés, Óscar Pérez, que ve un claro síntoma de que Luarca está en una tendencia positiva «que no se veía desde hace décadas».