El testamento vital gana adeptos en Asturias pero la cifra aún es «insuficiente»

Marcos Gutiérrez

ASTURIAS

Un enfermo en una cama
Un enfermo en una cama Eduardo Parra

9.567 personas han registrado en la región este documento de instrucciones anticipadas sobre el tratamiento de su salud, o el destino de su cuerpo una vez llegado el fallecimiento. Derecho a Morir Dignamente considera que la cifra sigue siendo baja

24 abr 2023 . Actualizado a las 07:51 h.

De acuerdo con los últimos datos oficiales del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, 9.567 personas habían hecho su testamento vital en Asturias. Es un 11,26% más que el año anterior y supone un incremento del 60% en relación a las inscripciones registradas hace una década. De acuerdo con entidades como Derecho a Morir Dignamente esta opción está convenciendo a cada vez más gente. No obstante apuntan que este repunte es aún «insuficiente», especialmente teniendo en cuenta las ventajas que el Documento de Instrucciones Previas proporciona a las personas, familiares y sanitarios en contextos de por sí delicados y complejos, como cuando el individuo se acerca al final de su vida.

Tal como establece Astursalud, a través del Documento de Instrucciones Previas, una persona mayor de edad, «capaz y libre, manifiesta anticipadamente su voluntad», con objeto de que ésta se cumpla en el momento en que «llegue a situaciones en cuyas circunstancias no sea capaz de expresarla personalmente, sobre los cuidados y el tratamiento de su salud o, una vez llegado el fallecimiento, sobre el destino de su cuerpo o de los órganos del mismo». 

Permite a los ciudadanos determinar de manera anticipada cuáles serán los cuidados y tratamientos sobre su salud que desean recibir «cuando ya no puedan tomar decisiones». El ciudadano podrá, además, «expresar su voluntad sobre la donación de sus órganos y tejidos y la cesión de su cuerpo a la docencia o investigación una vez llegado el fallecimiento».

Prevé también la designación de un representante «que será el interlocutor ante el médico o el equipo sanitario y velará por el cumplimiento de las instrucciones previas».

En febrero de este año (últimos datos recopilados) en Asturias había 9.567 inscripciones en el Registro Nacional de Instrucciones Previas frente a las 8.490 de un año antes y a las 3.805 de hace una década. En España la cifra es de 402.761. Las inscripciones por cada mil habitantes en la región (9,52) se encuentran ligeramente por encima de la media nacional (8,48), pero lejos de los datos de comunidades como Navarra (22,36), Euskadi (18,51), Rioja (14,46) o Cataluña (14,15).

El grueso de inscripciones en el registro para el testamento vital en el Principado (5.570) se da entre los mayores de 65 años. La presidenta de la asociación Derecho a Morir Dignamente en Asturias, Fernanda del Castillo Arévalo, resalta que hasta el 2022 el aumento anual en estas solicitudes era «de 500 ó 600», mientras que en el último ejercicio fue de 1077, lo que resulta «bastante significativo», si bien «insuficiente», a su juicio.

Pese a puntualizar que «no se trata de una apuesta por los números», sí afirma que en el momento en que hay más documentos registrados «más personas conocen este derecho» y pueden querer «que se sepa y respete cómo va a ser su final». Fernanda del Castillo apunta que la administración regional «en el último año se está poniendo las pilas» en esta materia.

Fruto de esto es la consecución de una «medida importantísima» que Derecho a Morir Dignamente llevaba «años reclamando» en el Principado. Y es que ahora «las trabajadoras sociales de centros de salud tienen la capacidad de otorgar y enviar al registro» las solicitudes de testamento vital, mientras que antes «lo podía hacer un notario, con tres testigos, un documento privado o yendo a la consejería de Salud y allí el funcionario formalizaba la solicitud».

La presidenta de esta asociación en la región destaca que en comunidades como Navarra llevaron a cabo esta medida y las cifras se sitúan muy por encima de la media nacional. A la hora de valorar la importancia de las también llamadas Manifestaciones Anticipadas de voluntad «lo primero que hay que hacer es pensar que la muerte no es algo que únicamente les pasa a otros».

A su juicio, cumplimentar este documento tiene varias ventajas. La primera sería que «se tienen en cuenta nuestras decisiones sobre nuestro propio final». En segundo lugar es algo «importante para la familia» a la hora de «quitarles un peso de encima», así como para los propios sanitarios.