Contraste total entre corredores: El Mediterráneo completa su planificación mientras el Atlántico languidece

L.O.

ASTURIAS

F. Sotomonte

Pedro Sánchez reconoce que «es cierto que durante muchísimo tiempo nos hemos dedicado a hablar del corredor mediterráneo, pero no sobre el del norte». Francia ya ha mostrado su desinterés por la conexión

25 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Los corredores estratégicos europeos, las vías prioritarias para la unión en la que están los grandes enlaces de comunicación y logística del continente tienen en España dos ejes: el Mediterráneo y el Atlántico. Pero el contraste entre ambos proyectos es abrumador en desarrollo y mimo estatal. Mientras en Levante ya se ha completado la planificación al 100% y espera la conexión desde Tarragona a Francia para el próximo 2026, en el norte los proyectos apenas están en pañales y Francia ya ha mostrado su desinterés en llevar a término en enlace por el País Vasco en la fecha esperada por España (2030) y la posterga hasta casi la mitad del siglo: hasta 2046.

El comisionado del Corredor Mediterráneo, Josep Vicent Boira, afirmó este semana en Tarragona que esta gran vía está planificada al 100% y se felicitó por el impulso al proyecto dado en los últimos años ya que, según dijo, en 2018 sólo estaba planificado el 40%. Boira también enumeró una serie de actuaciones que ya estaban en marcha como la implantación del ancho internacional entre Castelló y Tarragona y resaltó que se trata de cambios ferroviarios que generarán «una ventana de oportunidades» para ofrecer nuevos servicios a la población ya las empresas «en tres años».

¿Y el Corredor Atlántico? También tiene un comisionado, José Antonio Sebastián Ruiz, que fue nombrado por el Ejecutivo Central el pasado mes de enero. Con apenas tres meses en el puesto se ha encontrado con el plantón galo que pretende abandonar la conexión con el norte de España. De este modo, mientras el Mediterráneo tendrá en menos de un lustro un enlace estratégico con el continente europeo, las comunidades del norte, entre ellas Asturias, seguirán esperando compromisos que siempre se convierten en demoras. No hay fecha oficial para la apertura de la Variante de Pajares, que debería haber acogido la circulación de sus trenes este mes de mayo y ha sido postergada sine die quizá hasta después del verano.

José Antonio Sebastián Ruiz aseguró en su presentación que, gracias al los fondos europeos de reconstrucción, tanto el corredor atlántico como el Mediterráneo recibirán la misma financiación. Lo cierto es que el proyecto lleva lustros pasando entre despachos y sólo después de una enorme presión desplegada de manera conjunta por Asturias y Galicia se pudo incluir las conexiones del corredor con ambas comunidades y sus puertos. El diseño original desarrollado por el estado simplemente atravesaba Castilla en dirección a Portugal, eso sí y por supuesto, con parada en Madrid. El enlace con Asturias, que había sido obviado por el Estado no se logró hasta 2018 y aún hoy sigue acuciado por problemas y retrasos.

El tren de alta velocidad en Asturias llegará hasta Pola de Lena. Desde allí, sin hacer ningún transbordo, los viajeros deberían conectar con la red de Cercanías para llegar a los principales núcleos urbanos del centro de la comunidad. Pero la renovación de las vías para el ancho internacional también se ha visto demorada al menos año y medio y los vehículos llegarán también con retraso debido al escándalo de los errores de diseño en sus dimensiones. La compensación para el Principado ha sido la gratuidad de Cercanías hasta el año 2026 y una ampliación de los nuevos trenes, hasta 35 unidades, lo que supone que se renovará la flota en su totalidad. Pero eso es el futuro, el Mediterráneo vive el presente. Pero en el Mediterráneo incluso han llamado a abandonar el Atlántico, así el presidente del grupo de presión Ferrmed de la patronal levantina, Joan Amorós, llegó a plantear que se quitaran recursos a los trenes del noroeste para potenciar los mediterráneos porque es «donde está el tráfico de verdad».

La forma en la que se ha priorizado a unas comunidades frente a otros ha tenido que ser admitida por parte del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que en unas declaraciones recogidas por La Voz de Galicia señala que ante la preocupación de los presidentes de Galicia, País Vasco, Asturias y Cantabria sobre la marginación del corredor atlántico y el más que probable retraso del tramo de alta velocidad de Burdeos a la frontera española, «creo que cuando los presidentes lo dicen, hay algo de verdad. Es cierto que durante muchísimo tiempo nos hemos dedicado a hablar del corredor mediterráneo, pero no sobre el del norte [corredor atlántico], y creo que es un elemento vertebrador desde el punto de vista territorial, definitorio de la competitividad presente y futura».

En este sentido, el presidente del Gobierno ofrece su compromiso personal con el proyecto. «Yo lo que le puedo garantizar como presidente del Gobierno de España es que nos van a tener a su lado y que vamos a cumplir nuestros compromisos antes del 2030 para que ese corredor sea una realidad». Es decir, plantea que España hará su parte de los deberes para que las obras pendientes en el ámbito de la red convencional para las mercancías y en la alta velocidad para los viajeros estén listas en el 2030, la fecha prevista en el reglamento de la red básica transeuropea.

Pero el embajador de Francia en España, Jean-Michel Casa, desdeñó en varias ocasiones en las últimas semanas ese plazo de 2030 como una interpretación propia de España por la que se no se consideran comprometidos en absoluto.

De hecho ha sido precisamente el posicionamiento francés el que ha llevado a disparar las alarmas en los gobiernos autonómicos implicados, sobremanera, el vasco que lanzó meses atrás el proyecto de formar una macrorregión que toma como base la cornisa cantábrica y aspira a extenderse a Aquitania y el norte de Portugal para poder hacer una como un grupo de presión capaz de defender sus intereses en Bruselas.