El «tetris» de las familias del PP asturiano para el 23 de julio

F.S.

ASTURIAS

F. Sotomonte

16 jun 2023 . Actualizado a las 07:49 h.

Siempre parece más elegante hacer metáforas con el ajedrez para los movimientos políticos pero, siendo realistas, la manera en la que el Partido Popular de Asturias ha elaborado sus listas electorales para el 23 de julio, para el Congreso de los Diputados y el Senado, a lo que más se parece es al Tetris, un preciso encaje de piezas que permite hacer desaparecer el conjunto.

Hay que partir de la base de que los populares asturianos llegaron a los comicios de mayo con la resaca de décadas de escisiones y conflictos internos no del todo resueltos. Designado por Génova como máximo pacificador, Diego Canga, cosechó un notable resultado (con el dopaje de la desaparición de Ciudadanos) y, aún así, lo cierto es que para encabeza la lista electoral fue necesario defenestrar a quien había sido presidenta del PP y portavoz parlamentaria Teresa Mallada.

La que fuera presidenta de Hunosa partirá ahora al Senado como número dos de la lista; por detrás de quien fuera en la práctica su número dos y mano derecha durante su mandato asturiano: el gijonés Pablo González. Y aquí hay dos historia paralelas de traición y redención.

Teresa Mallada cayó de la cúpula popular de la misma firma como fue aupada. Durante la presidencia de Pablo Casado fue nombrada (también a dedo desde Génova) como cabeza de lista del PP asturiano apartando a la presidenta elegida en un congreso regional con el voto de los afiliados: Mercedes Fernández. Decir que esa bicefalia fue la caja de los truenos es decir muy poco. Tras meses de conflicto en una escalada de tensión que llegaba a enfrentamientos públicos, Mercedes Fernández, Cherines, cedió y aceptó dejar la presidencia orgánica por una puesto en el Senado. Ahora es Mallada la que se va a la cámara baja y Cherines cambia de hemiciclo, se irá como número dos de la lista popular por Asturias, detrás de Esther Llamazares.

Pablo González también irá al Senado. En principio había logrado un escaño en el parlamento asturiano, que se constituirá el próximo 26 de junio. Pero el problema es que tendría que coincidir en la bancada popular con un enemigo íntimo: Luis Venta. El que fuera secretario general del partido durante la presidencia de Cherines, también fue defenestrado cuando cayó su jefa, y de mala manera. Pablo González le acusó de haberle remitido una carta con amenazas anónimas y para señalar que él era el autor filtró imágenes de la cámara de seguridad de la oficina de correos en las que, efectivamente, se veía a Venta remitiendo la carta. Él siempre afirmó que la carta le había llegado a él y que se limitó a reenviarla a González. Fue suspendido de militancia pero el los tribunales les absolvieron del caso y le dieron la razón en que no podía probarse que fuera el autor del anónimo. En la pax canguiana volvió a las listas y será diputado de nuevo en la Junta General esta legislatura.

Quienes desaparecen por completo son los dos diputados de la lista anterior en el Congreso. Por distintos motivos. Paloma Gázquez fue casadista de primera hora, era la persona que apostó por Pablo Casado en los primeros tiempos de tribulación del PP nacional post Rajoy, y mientras la dirección regional trataba de apostar por un Feijoo que no se atrevió a la primera y luego puso sus esperanzas en Soraya Sáenz de Santamaría, que ganó en el voto de los militantes pero perdió en de los compromisarios. 

Con Pablo Casado en la dirección nacional, Paloma Gázquez se situó como número uno al Congreso le fue fiel hasta que dejó de serlo. Cuando la presión para que Casado dejara paso a Feijoo (tras perder la batalla por el verdadero poder frente a Isabel Díaz Ayuso), Gázquez terminó por dejarle también de lado. Conocido es como paga Roma estos asuntos y no volverá a repetir como candidata.

El otro diputado conservador era Isidro Martínez Oblanca pero lo era por el acuerdo de coalición con Foro Asturias. Cuando la presidenta de Foro, Carmen Moriyón rompió con Francisco Álvarez Cascos, Oblanca tanteó la posibilidad de mantenerse a la contra de su partido, pues nadie puede desplazar del escaño a un diputado si no quiere. Abrió de hecho con los fondos del Congreso una página web paralela a la de la formación y votó e el hemiciclo en contra de la posición oficial de su partido. Luego cuando los problemas de Cascos llegaron a los tribunales pactó una tregua con la dirección de Foro. Pero era pura apariencia, cuando Pedro Sánchez anunció el adelanto electoral, Oblanca se despidió cargando de nuevo contra Moriyón y Adrián Pumares y pidiendo que se repitiera la coalición el PP.