El HUCA y Cabueñes ya superan el centenar de cirugías con el robot Da Vinci

Elena G. Bandera
Elena G. Bandera REDACCION

ASTURIAS

La primera intervención quirúrgica que se realizó con el robot Da Vinci en el hospital Cabueñes a un paciente oncológico de urología
La primera intervención quirúrgica que se realizó con el robot Da Vinci en el hospital Cabueñes a un paciente oncológico de urología

Las revisiones de los primeros pacientes de urología operados en marzo y abril de prostatectomías, las intervenciones más realizadas hasta la fecha, aportan buenos resultados de continencia y preservación de función eréctil

01 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La sanidad pública asturiana ya ha superado el centenar de intervenciones quirúrgicas con el robot Da Vinci Xi que se incorporaba a mediados de marzo a los quirófanos del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y del Hospital Universitario de Cabueñes, en Gijón. Las cirugías robóticas ya se realizan en la actualidad en tres especialidades: urología, cirugía general y ginecología, la más reciente en aplicar esta tecnología de última generación en ambos centros hospitalarios. En el HUCA ya se han realizado 28 intervenciones en urología, otras 19 de cirugía general y cuatro en ginecología, al igual que en Cabueñes, donde además ya se ha intervenido con la ayuda del robot quirúrgico a 35 pacientes de urología y a otros 11 de cirugía general.

Las prostatectomías, dada la alta incidencia en Asturias del cáncer de próstata, son las principales intervenciones realizadas hasta la fecha y, de hecho, los primeros pacientes en beneficiarse en marzo de esta tecnología pertenecían a la especialidad de urología. El urólogo Sergio Fernández-Pello, de Cabueñes, explica que, en este tipo de intervenciones, uno de los beneficios es que la mayoría de los pacientes al día siguiente ya se pueden ir para casa y normalmente se les cita para revisión un mes después en consulta: «Estamos viendo que los resultados son buenos. El mayor beneficio del robot es en los pacientes en los que hay que realizar una preservación neurovascular para luego poder evitar las consecuencias habituales que tiene esta intervención, que son la disfunción eréctil y la incontinencia urinaria».

Y, en ese sentido, señala que en las revisiones de los primeros pacientes operados de marzo y abril se están viendo esas buenas cifras de continencia de orina y de potencia «a pesar de ser los primeros casos, en los que teníamos que hacernos con el manejo del robot y previsiblemente los resultados no serían tan buenos». Los pacientes, añade, se muestran encantados en general cuando se les indica que van a ser intervenidos con la ayuda del robot: «Lo ven como un avance».

Fernández-Pello recuerda que en Cabueñes existe una amplia experiencia por ejemplo en realizar intervenciones quirúrgicas por laparoscopia, otra cirugía muy poco invasiva en la que el paciente recibe el alta generalmente a los dos días, pero la técnica es diferente con el robot. Mucho más precisa. «Es una manera distinta de operar a la que al principio tienes que acostumbrarte y, a medida que vas haciendo más casos y adquiriendo más experiencia, evidentemente te sientes más cómodo, vas más rápido y todo va más fluido. Ahora, al principio, te tienes que ir adaptando al funcionamiento del robot, como pasar de conducir de una manera manual a una automática, con sus detalles y con sus diferencias, pero como tenemos muy buena base de laparoscopia previa esta transición no está siendo tan abrupta», indica.

El urólogo también explica que las cirugías, a la larga, duran menos y, aunque el uso del robot en la sanidad pública asturiana aún no tiene más que esos tres meses largos de recorrido, vienen oscilando entre las dos horas de las técnicamente más sencillas y casi cuatro horas de las más complejas, en las que se requiere una mayor disección o quitar más tejido. Siempre teniendo en cuenta que la duración depende de cada patología y de las condiciones de cada paciente, como por ejemplo si presenta cirugías abdominales previas u obesidad. «Con el paso de los meses tardaremos incluso menos», indica Fernández-Pello.

Cirugías robóticas de lunes a viernes

El robot les permite además un amplio nivel de detalle. «Las imágenes que ves es literalmente como estar dentro del abdomen del paciente y la amplificación de la imagen, con tanto detalle, es lo que te hace precisamente ser mucho más preciso». Algo fundamental para conseguir esos buenos resultados en la preservación neurovascular que, a medida que se vayan realizando más prostatectomías, se irán estudiando y comparando.

Asimismo, la intención en la especialidad de urología es ir ampliando el uso del robot a otras patologías de riñón y de vejiga. De momento, en Cabueñes, el robot se utiliza prácticamente a diario de lunes a viernes desde que se sumó también ginecología. Así, aunque en verano se reduzca el ritmo por las vacaciones, la idea es que sea empleado dos días por urología, otros dos por cirugía general y uno por la especialidad de ginecología, que viene realizando sobre todo procedimientos como histerectomías por razones benignas.

Además, la previsión es ir ampliando su uso a otras especialidades como ya ocurre en otras comunidades autónomas que comenzaron a utilizar el robot hace años en la sanidad pública, pero Fernández-Pello recuerda que urología, cirugía general y ginecología son las tres especialidades en las que se sustenta el uso de los sistemas quirúrgicos de cirugía robótica. «Son de largo las que más lo utilizan, pero también hay otras especialidades como otorrino, cirugía pediátrica y cirugía torácica en las que sí se puede usar pero ya tienen un protagonismo menor. En urología -destaca- se pueden hacer prácticamente todas las cirugías abdominales  con el robot».