Asturias sigue con «especial atención» el avance de la enfermedad que afecta a las vacas y se transmite por mosquitos
ASTURIAS
Los primeros casos de la enfermedad hemorrágica epizoótica en España se detectaron en noviembre y, desde entonces, se ha extendido desde el sur hasta el norte de la península
31 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Asturias está prestando «especial atención» al avance de la enfermedad hemorrágica epizoótica, una patología que afecta a vacas y ciervos que se transmite por la picadura de mosquitos. Esta patología, que se detectó por primera vez en España en noviembre del año pasado, se está extendiendo en las últimas semanas por granjas de bovino desde el sur hasta el norte de España.
De hecho, según la última actualización publicada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación el pasado 29 de agosto, el Laboratorio Central de Veterinaria de Algete -de referencia para esta enfermedad-, confirmaba otros 15 nuevos casos en España, 12 de ellos en explotaciones de bovino en Cuenca, Albacete, Toledo, Salamanca, Ávila y Zamora. Otros tres casos se confirmaron en ciervos silvestres en Valencia, Huelva y Albacete.
En la anterior actualización, del pasado 22 de agosto, habían sido 19 nuevos casos en su mayoría en Andalucía y Extremadura, aparte de otros dos focos en Murcia en ciervos silvestres. Los primeros casos en España se detectaron el pasado 18 de noviembre en el sur de la península.
Sin casos en Asturias
Aún no ha llegado a la provincia de León, pero su rápido avance hace prever que seguirá extendiéndose en las próximas semanas. En Asturias aún no se ha detectado ningún caso, pero en la Consejería de Medio Rural explican que se están siguiendo las indicaciones del Ministerio de Agricultura al respecto de la enfermedad, participando en los grupos de trabajo que se están convocando y prestando especial atención por parte de los servicios veterinarios oficiales del Principado, como ocurre con cualquier otra patología.
La enfermedad hemorrágica epizoótica es una patología causada por un virus emparentado con el que causa la lengua azul. Se transmite por pequeños mosquitos, del género culicoides, que se desarrollan en zonas con gran cantidad de materia orgánica y humedad. Los síntomas son parecidos a los de la lengua azul, pero está afectando principalmente a los ciervos y las vacas, pudiendo afectar también a games y corzos.
Graves repercusiones en las ganaderías
Provoca cuadros respiratorios y puede llegar afectar también al aparato reproductivo de los animales, derivando en abortos o en el nacimiento de animales más delicados. Esta circunstancia es la que está generando graves repercusiones económicas para los ganaderos, al generar un mayor gasto veterinario mientras disminuye la producción y tienen lugar abortos e infertilidad. No afecta a la calidad de la carne ni se transmite a humanos, pero también puede provocar mortandad sobre todo en el ganado vacuno.
Aunque no existe una vacuna autorizada en la UE, se pueden adoptar medidas para el control de la enfermedad que consisten en la lucha vectorial mediante el empleo de insecticidas y repelentes en animales, medios de transporte e instalaciones, así como insecticidas y larvicidas para el control de las posibles zonas de cría. Para garantizar una desinfección eficaz, desde el Ministerio de Agricultura también se recomienda usar un insecticida que sea efectivos frente al mosquito que transmite la enfermedad, pudiendo consultarse un listado en este enlace.
Los síntomas, según los estudios que se vienen haciendo con los casos confirmados, apuntan a que la mayoría de los animales presenta debilidad, así como un nulo instinto de huida, un comportamiento general anómalo e incluso espuma en la boca. En algunas explotaciones la afección superaba al 20% de la población vacuna y, a medida que se van registrando nuevos focos, se van ampliando las restricciones en el movimiento de animales afectados, aunque sí se permiten para el sacrificio.
El ministerio también viene advirtiendo de la importancia de comunicar de inmediato cualquier sospecha en especies domésticas y silvestres para valorar el impacto de la enfermedad, insistiendo también en el trapiento sintomático de los animales enfermos tan pronto como aparezcan los síntomas.