El bulo que trae de cabeza a Ponga

Manuel Noval Moro
Manuel Noval Moro REDACCIÓN

ASTURIAS

Cazu, en Ponga
Cazu, en Ponga

La falsa noticia del cobro de 3.000 euros por irse a vivir al municipio colapsa desde hace años la centralita del Ayuntamiento; desmentirlo no funciona

12 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Los políticos y funcionarios del Ayuntamiento de Ponga están desesperados. Desde hace ya varios años son víctimas de un bulo que corre por internet que hace que reciban «entre 20 y 30 llamadas al día», según asegura la alcaldesa, Marta Alonso, y que se ven obligados a desmentir una y otra vez. 

El bulo asegura que Ponga ofrece 3.000 euros por matrimonio asentado en el concejo y 3.000 por cada niño nacido empadronado allí. A pesar de que no dejan de insistir en que no hay ninguna ayuda, cada tanto sale un video en Tiktok o en Youtube que vuelve sobre lo mismo y el bombardeo de llamadas se mantiene. 

La historia tiene una base real. El Ayuntamiento sí hizo el llamamiento hace años. Se establecieron unos requisitos, entre ellos que quienes lo recibían debían permanecer en el municipio como mínimo 5 años, y hubo quien llegó a cobrar el dinero. Las primeras ayudas llegaron en 2013, pero los incentivos solo duraron dos años. Además, como señala la alcaldesa actual, que está al frente del municipio desde 2015, la iniciativa no tuvo mucho éxito para la gente de fuera, aunque la gente de Ponga sí lo aprovechó, y pudo servir como incentivo para tener hijos.

El caso es que la convocatoria expiró hace ya muchos años. En 2015 ya no había ayudas, y nunca hubo una declaración de intenciones, ni siquiera una sola frase, que pudieran hacer pensar que la iniciativa seguía en pie. La alcaldesa señala que se decidió tirar por tierra la propuesta debido, en primer lugar, a las propias limitaciones económicas del municipio y, por otra parte, a que las bases no tenían un sustento legal adecuado y «el procedimiento no estaba bien». 

Bosque de Peloño, en Ponga
Bosque de Peloño, en Ponga Alejandro BadíaTurismo de Asturias

Entonces, la fiebre de los streamers creció y algunos de ellos, en busca de temas que pudieran llamar la atención de su audiencia, se hicieron eco de la convocatoria y no se preguntaron si estaría todavía vigente. La noticia se ha desmentido varias veces, pero a muchos de ellos les da igual. Siguen apareciendo videos en los que se insiste en que Ponga da el dinero. 

Y se dan situaciones cuando menos llamativas. Algunos streamers se acercan incluso a Ponga para grabar su video y contar la curiosa noticia, que convierten en novedad aunque no tenga vigencia desde hace al menos ocho años, y no se molestan en comprobar si es cierta. Algunos de ellos hicieron la grabación delante del propio Ayuntamiento y ni siquiera entraron a preguntar. Y por si no fuera suficiente hablar de una ayuda ya extinta, hubo quien se inventó más historias para adornar el relato: que además les daban una casa o un bono para comprar en la tienda. 

El resultado, en palabras de la alcaldesa, «es una locura». Muchas de las personas que llaman residen en el extranjero. En 2016 y 2017, el Ayuntamiento llegó a enviar cartas a los Consulados para que ayudasen a echar abajo el bulo pero sus esfuerzos no dieron fruto. El bulo sigue vivo y cada tanto vuelve a aparecer alguna noticia que aviva su llama.  

El problema, para Marta Alonso, es doble. Por una parte, «están jugando con la ilusión de la gente que está buscando este tipo de lugares para iniciar una nueva vida», y por otra, «están colapsando la centralita del Ayuntamiento». Todas las llamadas, como es lógico, se atienden, y cada vez que los funcionarios o la propia alcaldesa tienen que desmentir el bulo están empleando varios minutos, un tiempo que podrían dedicar a otras cosas. Son muchas llamadas al día y su acumulación tiene un coste enorme en tiempo.

Y no solo son llamadas. También correos electrónicos e incluso mensajes directos a la regidora. «A mí me intentan contactar hasta en el perfil personal de Facebook», señala. 

La alcaldesa y los funcionarios están saturados, y quieren que el río de llamadas y consultas se acabe de una vez. Solo les queda apelar a la sensatez y la responsabilidad de los streamers,  a que lo que se cuenta se ciña a la verdad. En realidad, no es mucho pedir. Por desgracia, en el mundo del streaming quizá sí lo sea.