Navantia y Windar culminan su mayor obra de «jackets» con otras 200 estructuras en cartera

Beatriz García Couce
Beatriz Couce FERROL

ASTURIAS

El astillero de Fene ultima el embarque de los tres últimos componentes para el primer parque francés de Iberdrola

06 oct 2023 . Actualizado a las 12:17 h.

Fue el mayor encargo de jackets —estructuras de varias patas que sustentan los aerogeneradores en el mar— realizado a la alianza formada por Navantia y Windar Renovables. Impulsado en el 2020 por Iberdrola —la compañía que les adentró en el mercado de eólica marina hace nueve años—, el contrato de las 62 cimentaciones para el parque francés de Saint Brieuc está a punto de terminar con el embarque de las últimas tres unidades. Con motivo de este hito, representantes de todas las empresas implicadas en el desarrollo de la obra se dieron cita este lunes en el astillero de Fene, convertido ya en uno de los principales referentes mundiales del sector. 

El encargo que ahora culmina está plagado de singularidades. Tal y como recordó Javier García, director de eólica marina para Europa de Iberdrola, fue la primera obra de cimentaciones «adjudicada a un único suministrador», ya que hasta ese momento se repartía entre varios para reducir riesgos. Con un presupuesto inicial de 350 millones de euros y carga de trabajo para alrededor de 2.000 personas, implicó un gran número de desafíos. Para cumplir las condiciones impuestas por el Gobierno francés, parte de la faena se desarrolló en el puerto de Brest, en donde se habilitaron instalaciones y se cualificó a personal. «Sentimos un gran orgullo porque fue un camino plagado de problemas. Primero un barco encalló en Suez, que causó un gran problema logístico a nivel mundial; después vino el covid y la guerra de Ucrania, que encareció todos los materiales que nuestros suministradores nos han trasladado a nosotros», recordó Manuel Bermúdez de Castro, responsable de Navantia Fene.

José Carlos Álvarez, responsable del proyecto en Windar Renovables, incidió en «el auténtico reto» que supuso la coordinación de «más de mil personas en tres centros de trabajo diferentes», en alusión al astillero de Fene, al polder de Brest, y a las instalaciones de su empresa en Asturias, en donde se fabricaron los pilotes, es decir, los cilindros de acero que sujetan cada pata de las jackets en el mar. Su homóloga en Navantia, Carla Chawla, que no dejó pasar la oportunidad de reconocer a todos aquellos que tuvieron que «dejarse la piel» en el desarrollo de la obra —como a los que les cogió los confinamientos en Francia, lejos de sus casas—, cifró en 600 las empresas que participaron en el pedido. El responsable del programa por Iberdrola, Nans Boulesteix, recordó también que las condiciones ambientales en las aguas de la Bretaña que acogen el parque obligaron a introducir un nuevo equipamiento en las jackets, «pero Navantia y Windar supieron responder al desafío». 

Justo Acedo, director general de Windar Renovables, afirmó que ya son nueve los proyectos finalizados o en cartera que han desarrollado para la eléctrica de origen vasco y auguró nuevas colaboraciones, a la par que reseñó el compromiso de Ferrolterra con el sector. 

Carga para cuatro años

Las cimentaciones de Saint Brieuc cierran un capítulo en la antigua Astano, pero el presente y el futuro siguen cargados de ocupación. Javier Herrador, director de Navantia Seanergies, la división de energías verdes de la compañía pública, calificó a la ute con Windar como «empresa líder en el sector, una de las pocas capaces de entregar tres tipos de cimentaciones», en alusión a las de una pata, de varias y flotantes. Anunció que la cartera actual que acumulan ambas firmas para desarrollar en la antigua Astano garantiza «plena carga para tres o cuatro años».

Navantia y Windar tienen tres encargos firmes para fabricar 198 cimentaciones: 62 jackets para el parque francés de Dieppe le Tréport, de Ocean Winds, y 136 monopilotes, 77 para Orsted, 45 para Iberdrola y 14 para Ocean Winds. 

Bermúdez de Castro explicó que prevén anunciar en breve nuevos contratos de monopilotes y que están trabajando para reforzar la cadena de suministro y poder optar de forma más competitiva a encargos para construir estructuras para parques flotantes. «Mi objetivo es pasar de las 1.500 familias que han vivido de este proyecto a que haya más de 2.000 trabajadores entrando todos los días en el astillero», reseñó su máximo responsable.

Una factoría en transformación con nuevas inversiones

Los asistentes al acto pudieron comprobar la envergadura de la transformación que experimenta Navantia Fene para incrementar sus capacidades en el sector de la eólica marina, entre otros, con la eliminación de las antiguas gradas. La empresa ampliará las áreas de almacenamiento de monopilotes, renovará los talleres de la antigua Imenosa y ya tramita las inversiones necesarias para el Centro de Excelencia de Energías Verdes y un nuevo taller digital de nudos.