El último informe anual del Observatorio de Sostenibilidad refleja, sin embargo, que el Principado está entre las regiones que más redujo sus emisiones desde 1990
25 oct 2023 . Actualizado a las 17:24 h.Asturias aumentó sus emisiones de CO2 un 21% entre 2020 y 2021, el mayor incremento entre todas las comunidades autónomas, según un informe que mide la contaminación por territorios desde 1990 que ha hecho público el Observatorio de Sostenibilidad, con motivo de la semana de la Acción Contra el Cambio Climático de 2023. No obstante, Asturias fue tras Galicia y Castilla y León la comunidad autónoma en la que más disminuyeron las emisiones totales si se toma como referencia 1990, ya que desde ese año y 2021 se redujeron un 43%.
Según el informe «Emisiones de CO2 por comunidades autónomas 1990-2022 por una economía baja en carbono», entre 2021 y 2020 la mayoría de las comunidades han aumentado sus emisiones, sobre todo Asturias (21%), Baleares (17%), Rioja (16,5%), Navarra (13%) y Madrid (11%). Ese año, tres regiones redujeron sus emisiones un 2% (Ceuta, Melilla y Aragón) y Murcia se mantuvo como en 2020.
Asturias emitió el 6% de todas las emisiones que se generaron en España en 2021, porcentaje igual al del País Vasco o Castilla y León, pero lejos del 15% registrado en Andalucía o del 14% de Cataluña. Los mayores emisores per cápita en 2021 se dieron Asturias con 18,1 toneladas de CO2 equivalentes, Cantabria con 8,7, Navarra con 7,4 y Aragón con 7,2.
El Observatorio de Sostenibilidad ha recordado que las comunidades tienen «competencias claves» para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en sus territorios y deben ejercerlas para marcarse objetivos ambiciosos de reducción y descarbonización.
Según dicho organismo, se deben establecer responsabilidades diferenciadas entre las comunidades en lo que respecta a las decisiones que pueden tomar sobre su propio territorio para establecer aportaciones equivalentes en cuanto a su aportación al calentamiento de la tierra y se debe aumentar la rendición de cuentas y la coherencia en las políticas y por supuesto evitar las subvenciones a los combustibles fósiles apostando de forma clara por las energías renovables y el autoconsumo.
La entidad considera que si las comunidades son responsables en gran parte de las políticas de adaptación y compensación, «deben asumir el liderazgo en la reducción de las emisiones y participar en la política energética y de transportes». El impacto acumulativo de muchas políticas de las comunidades como la apuesta por renovables, cambios de modelo de transporte, e implantación de tejados solares, «pueden permitir el avance hacia un futuro más sostenible y con una mayor calidad de vida».