El calor y la sequía obligan a adelantar la cosecha de manzana, que pierde casi el 40% de la producción

ASTURIAS

Cosecha de la manzana
Cosecha de la manzana

La escasez de productores y la falta de profesionalización podrían convertirse en un problema para el sector en los próximos años

27 oct 2023 . Actualizado a las 19:50 h.

La manzana asturiana viene abundante los años impares y escasa los pares —lo que se conoce como vecería— y este año tocaba cosechona. Pero no ha podido ser. La producción ha sido mucho más escasa de lo que correspondería a un año terminado en 3, y las razones son más que evidentes: el tiempo no ha acompañado. Ha sido un año de mucho calor calor y de sequía, y cuando llegó la lluvia lo hizo a destiempo. Entonces, las manzanas han salido con menos volumen, han madurado antes y una buena parte se ha podrido.

El productor Paco Foncueva, que cosecha numerosas variedades en sus fincas de Sariego, asegura que se ha perdido casi el 40% de la producción, y que «este año la manzana viene pequeñísima». Algunas de las variedades de la Denominación de Origen, como la blanquina, la perico o de la riega, cuya maduración es siempre en octubre, tuvieron que recogerse antes de tiempo para evitar perder toda la cosecha.

Lo mismo ha ocurrido con algunas de las variedades más tardías. La Regona, que está entre las más duras, que suele recogerse a finales de diciembre y puede durar hasta el mes de enero, está ya madura. Al igual que la Raxao, que aguanta normalmente hasta mediados de noviembre, y está ya madura.

La reineta encarnada, una variedad que tiene muy buen sabor, y que puede llegar a consumirse como manzana de mesa, se ha visto muy afectada por el exceso de sol, y gran parte de la cosecha se ha perdido.

Las manzanas vienen más pequeñas, y muchas se pierden, y los lagares deben apresurarse a mayar para que la manzana que viene adelantada no se pierda.

Paco Fonseca asegura que todos los productores con los que ha contactado están en la misma tesitura, e informan de pérdidas cuantiosas por las altas temperaturas. Incluso los productores franceses, que venden la manzana a Asturias cuando la producción local no alcanza, han vendido menos este año porque han tenido problemas parecidos con el clima, que también ha mermado su producción.

Otros factores negativos

Por su parte, el lagarero Manuel Riestra, responsable de Sidra Muñiz, asegura que, además del clima, que reconoce que este año «vino nefasto», se juntan otros factores negativos. Uno de ellos es el hecho de que el campo asturiano «va a menos en todo», y «la manzana no es una excepción».

A su juicio, como la manzana no da muchos beneficios, muchos productores no se pueden permitir invertir en tratamientos preventivos, que suponen una inversión económica que afectaría demasiado al margen del negocio. Un ejemplo es el de la carpocasa, una mariposa que pone huevos en los pomares y que, si no se previene su aparición con inhibidores de feromonas, hace que se pudra buena parte de la cosecha.

Tiene que haber, sostiene, un tratamiento profesional, «no vale dejarlo a ver qué da, tienes que actuar porque si no se te pudre». La producción, incluso en los años en que hay buena cosecha, es mucho menor de lo que era. «Viendo la realidad, estamos en la mitad de producción que hace 20 años».

En su opinión, la iniciativa de la Denominación de Origen no ha cumplido los objetivos con los que se ha creado. Por una parte, se trataba de proteger y desarrollar la manzana como incentivo para el campo asturiano; por otra, abrir mercados, y finalmente, dar prestigio al producto.

Respecto a la protección y el desarrollo, está claro que no ha funcionado porque la producción decrece; en cuanto a la venta exterior, solo la iniciativa de algunos empresarios lo ha logrado, pero no el respaldo público, y finalmente, en cuanto al prestigio, la sidra asturiana sigue siendo sinónimo de calidad «pero tampoco se promocionó al exterior».

Manuel Riestra cree que, si estas herramientas no funcionan, el clima ha acentuado los problemas. Si es cierto que el tiempo está cambiando, «para poder actuar sobre ello tenemos que ser más profesionales y enfrentarnos a retos; si hay más sequía, probar variedades que aguanten un poco más; si se adelanta la cosecha por grados de maduración, ir preparando la recogida antes». Todo eso les toca a los que trabajan en el sector pero para ello necesitan, a su juicio «una ayuda de la Administración»

Por último, sostiene que el cumplimiento normativo «es un absurdo», que hay demasiado papeleo y se le ponen tantas trabas al pequeño productor que acaba dejando de producir. «Y la base de producción de cualquier cosa tiene que ser el individuo, no las grandes empresas; hay que defender al que pone cariño, al pequeño, y en realidad lo están aburriendo; el que tiene 60 años quizá sigue con ello, pero el que tiene 30, acaba marchándose a trabajar en otra cosa; al ritmo que vamos, quedarán cuatro», concluye.