Un nuevo auto del juzgado considera las sustancias incautadas en 2022 de «lícito comercio»
24 nov 2023 . Actualizado a las 09:16 h.Un juez obliga a la Policía a devolver las sustancias incautadas al chamán de Tuilla, en Langreo. Según una sentencia a la que ha tenido acceso Nortes, el magistrado considera que la ayahuasca y las drogas requisadas en una vivienda privada en 2022 son de «lícito comercio».
El chamán fue detenido junto a otras tres personas al entender las autoridades que actuaba de forma itinerante por distintas localidades del país celebrando ritos con sustancias psicoactivas y en presencia de menores, según informó por entonces la Policía Nacional, y luego quedó acreditado que no era así. El magistrado titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Langreo dejó a tres de ellas en libertad sin medidas restrictivas, según tal y como remitió el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA).
Además, el cuarto implicado, el chamán, también quedó en libertad a pesar de la retirada de su pasaporte y la obligación de presentarse en el juzgado cada dos meses por las diligencias abiertas contra él, en las que se entendía que formaba parte de un grupo que realizaba rituales con finalidades espirituales y sanatorias, «dirigidos de forma mesiánica por las capacidades superiores de su líder espiritual». Ahora, según el auto del que se hace eco Nortes, la Policía Nacional estaría obligada a la devolución de los efectos intervenidos a los «legítimos propietarios», ya que acredita que no tienen un riesgo para las salud.
Así fue la macrorredada en Tuilla
La macrorreda en la vivienda de Tuilla en la que se incautaron las sustancias estuvo basada, según la Policía, en la creencia de que el grupo mezclaba costumbres ancestrales místicas, alineadas con prácticas premonitorias y considerando el yopo una «medicina ancestral». Así, el empleo de estas sustancias psicoactivas era utilizado, en algunos casos, como terapia sustitutiva de la medicina convencional, lo que facilitaba la manipulación mental y situaba a los consumidores en una situación de mayor vulnerabilidad ante sus dolencias.
En el registro se intervinieron hasta 5.000 euros en metálico, así como divisas extranjeras. También se requisaron sustancias presuntamente psicoactivas como la ayahuasca, yopo, hoja de coca y rapé; y utensilios para la preparación y el consumo.