«Andarica», «chigre» y otras muchas palabras que la RAE 'convirtió' al castellano

ASTURIAS

F. Sotomonte

Varios estudiosos critican la inclusión de vocablos en el diccionario de la Real Academia como modismos del español en Asturias, cuando en realidad son palabras en asturiano

02 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El hecho de que en Asturias casi todo el mundo hable «amestao», la mezcla de asturiano y castellano, hace que mucha gente emplee términos que no sabe si son realmente palabras de una lengua o de otra. Por otra parte, muchos estudiosos del asturiano suelen hablar de que hay, en la filología española, una tradición «pancastellanizante», esto es, un hábito de incorporar al léxico del castellano palabras que, en principio, pertenecerían a otras lenguas cercanas a la de Cervantes.

Dada esta tradición, en los diccionarios suelen aparecer vocablos que se consideran propios del español pero arraigados solo en un territorio, y que se conocen como «provincialismos». En Asturias, serían los llamados «asturianismos», que en el diccionario aparecen con la abreviatura «Ast.»

La historia viene de muy atrás. La cuenta de la red social X «El asturiano: lengua histórica» ha rescatado recientemente una crítica hecha ya a finales del siglo XIX por  Leopoldo Alas, «Clarín», respecto a estas incorporaciones de términos asturianos al diccionario castellano. El escritor ponía el ejemplo de la palabra asturiana para definir el avellano: «Así, por ejemplo, dice el léxico oficial: Ablano, provincial de Asturias, avellano; y no hay tal cosa, porque en Asturias al avellano se le llama así, y en bable (que no es provincial asturiano así como el gallego no es provincial de Galicia ni el catalán castellano provincial de Cataluña), en bable se dice ablanal, y si ustedes quieren ablanu, y en todo caso ablanu o ablano eso seria bable y el bable no figura en el diccionario ni debería figurar».

Algunas de estas palabras etiquetadas como «Ast.» son, en efecto, términos que se dan particularmente en Asturias pero son castellanos. Un buen ejemplo es la palabra «tajalápiz», que en el resto de España, donde se conoce como «sacapuntas», resulta bastante exótica. Y aunque la palabra se usa también en Colombia y en México, tiene sentido matizar la particularidad de que Asturias es el único territorio de España en el que ha arraigado.

A pesar de que existen ejemplos como el anterior, lo cierto es que hay otras muchas palabras que no tiene sentido incluir en el diccionario castellano, porque son netamente asturianas. Es lo que defendió la filóloga, catedrática universitaria y directora de la Real Academia de la Llingua durante diez años Ana Cano, en un estudio realizado hace más de treinta años con con el título «Los asturianismos nel DRAE (Diccionario de la Real Academia Española)». Con una abundante muestra de ejemplos, Cano concluye que «Prácticamente la totalidad de las voces insertas en el DRAE con la indicación de 'Ast.' son voces pertenecientes a la lengua asturiana, no al castellano de Asturias». La mayoría de estos términos están relacionados con la vida material, y más concretamente con el medio rural, donde la castellanización fue menos completa.

Entre los diversos tipos de palabras del diccionario estudiados por Ana Cano destacan aquellos que aparecen solo con las acepciones tomadas como asturianismos. En algunos casos la única acepción es la traducción del término asturiano al castellano. Un ejemplo de ello es la entrada «andarica», en la que solo aparece «1. f. Ast. Nécora». Y hay otros muchos que también son una traducción directa, sin más, como «esbardo» (osezno), «gorbizo» (brezo), «mecer» (ordeñar), «ocle» (sargazo), «parpayuela» (perdiz), «sacabera» (salamandra) o «sablera» (playa).

También están algunas palabras muy populares en Asturias que son inequívocamente asturianas. Cabe destacar entre ellas el término «chigre», una palabra que se utiliza mucho y que aparece en el diccionario de la RAE como «1. m. Ast. Tienda donde se vende sidra u otras bebidas al por menor». El diccionario lo enlaza en «sinónimos o afines» con la palabra «sidrería», si bien está más cerca de la palabra «bar», ya que, así como se puede afirmar que las sidrerías son bares, no todos los bares son sidrerías, y en Asturias no es raro llamar chigre a un bar convencional.

La incorporación de estas palabras obedece, en parte, a que en los trabajos de etimología algunas investigaciones se basaron en textos medievales que se tomaban como fuentes castellanas cuando, en realidad, estaban escritos en asturiano. Un ejemplo palmario es el Fuero de Avilés, un documento otorgado en 1085 que es el texto escrito en asturiano más antiguo del que se tiene noticia.

Muchas palabras que aparecen en los textos asturianos se quedaron en Asturias para siempre para dar forma al idioma local, y sin embargo se tomaron como parte del acervo castellano. De ahí que el diccionario hable de «peñerar» o de «cuchar» aunque nadie más allá de la cordillera Cantábrica haya tenido nunca noticia de estas palabras.