Hidrógeno, oro verde en el paraíso

G. G

ASTURIAS

Arcelor
Arcelor Vitor Mejuto

El rápido abandono de los combustibles fósiles genera grandes expectativas en las energías renovables en Asturias

06 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Subirse al tren del cambio de paradigma energético es uno de los grandes desafíos de Asturias a acometer en 2024, en cuanto a transición energética y sostenibilidad. En los últimos años, al menos medio centenar de empresas -muchas agrupadas en consorcios o uniones temporales- se han interesado por esta comunidad para sus inversiones, ya que presenta algunas ventajas interesantes.

Entre ellas, ArcelorMittal, Enagás, Naturgy, TSK, Rioglass y Casintra, Merybal… y un larguísimo etcétera del que no quedan fuera las instituciones públicas, por supuesto. La implantación de la producción de hidrógeno verde se presenta como una posibilidad para abordar esos desafíos y aprovechar nuevas oportunidades económicas.

El que se perfila como un enorme proyecto es el denominado HyDeal de ArcelorMittal, Fertiberia y otras empresas, pero de pretender instalar durante 2024 y producir en 2025, ha pasado a plantear dudas sobre los plazos, que muy probablemente se alargarán.

Fertiberia y Arcelor quieren abastecer sus plantas de Avilés y Gijón con hidrógeno verde y pretenden producir el equivalente al 5% del gas que se consume en toda España, lo que en términos económicos es enorme. Según sus previsiones, 150.000 toneladas anuales de hidrógeno.

Para hacernos una idea, un coche puede consumir un kilo cada cien kilómetros. Supongamos, por tanto, que en un año use una media de 150 kilos (15.000 kilómetros). Lo que producirá HyDeal daría para mover un parque automovilístico de un millón de vehículos, más que los de Asturias y Cantabria juntos. Y sin contaminar.

Chispas y oscuridad

Sostenibilidad, energía a precios razonables y sin depender de gobiernos sátrapas, más empleo… a priori, parece un escenario idílico. Siempre hay que leer, no obstante, la letra pequeña antes de firmar.

¿En qué consiste exactamente, qué ventajas y desventajas puede tener? En realidad, el hidrógeno no es un combustible como se entiende tradicionalmente, sino un transportador de energía: A grandes rasgos, hay que aportar mucha energía para sintetizarlo y, de esa manera, queda «almacenada» y se libera cuando se somete a ese mismo hidrógeno a una nueva transformación que a su vez genera electricidad para un motor.

Pero no es todo tan fácil. Entre las limitaciones, la primera sería un coste inicial elevado. La infraestructura necesaria para la producción implica inversiones muy considerables en tecnologías de electrólisis, plantas de producción y almacenamiento. No puede acometerla una pequeña empresa, por tanto.

La segunda es que, para tener etiqueta de «verde», necesita que la planta de producción se abastezca de fuentes de energía renovable. En esto también se está dando un acelerón, con la implantación de numerosos parques eólicos (que a su vez generan otras polémicas: ecológicas, vecinales…).

Y la tercera limitación es que el hidrógeno es difícil de almacenar y transportar eficientemente. Se requieren inversiones adicionales en infraestructura para garantizar la distribución efectiva, tales como largos gaseoductos. Como ventaja, una vez construida la tubería, no hay limitación de distancia, mientras que la electricidad no se puede trasladar demasiado lejos sin disipar una parte importante.

Alemania, la principal potencia industrial de Europa, dio en noviembre de este año un paso relevante para el desarrollo del H2Med, el gran corredor del hidrógeno que va desde la Península Ibérica a centroeuropa y que tiene una de sus cabeceras destacadas en el puerto de El Musel, con dos salidas desde el muelle asturiano: una hacia el sur, que termina en Huelva y otra hacia el este, hacia Bilbao y que, desde allí pasa hacia Cataluña a los Pirineos para cruzar a Francia.

Enagas, una de las compañías partícipes de este proyecto de escala internacional, señaló que hay un principio de acuerdo en el que Alemania, Francia y España consideran que el H2Med será un gran corredor verde que conectará la península con Europa.

Con miras largas

Las ventajas son obvias: el uso de renovables convierte al hidrógeno en una fuente de energía libre de emisiones de carbono, puesto que su aplicación al liberar la energía solo genera vapor de agua.

Por otra parte, la «revolución del hidrógeno» crearía numerosos puestos de trabajo en Asturias, especialmente al principio (ingeniería, investigación, desarrollo), pero también a largo plazo (mantenimiento, control, asistencia...). Los perjudicados serían, naturalmente, los países de origen de los combustibles fósiles donde se dejarían de exportar.

En cuanto a los inconvenientes, la dependencia de la energía renovable, que desde luego no presenta la regularidad de una planta de carbón o nuclear. El sol y el viento ocurren cuando ocurren, de modo que se necesitarían soluciones de respaldo o almacenamiento a gran escala para abordar este desafío. Sí queda, por ejemplo, la energía de las olas o las mareas, pero ésta aún es muy incipiente.

Muy a favor

La situación geográfica de Asturias es buena, a la hora de hacer balance. Con puertos poderosos como el Musel y zonas de gran producción de eólica como el occidente, además de la larga experiencia y tradición industrial de las cuencas, las perspectivas son buenas.

A largo plazo, y a decir de las administraciones, la creciente demanda global y los beneficios medioambientales, además de una energía barata, relativamente segura y que no dependerá de los mercados internacionales, quizá hagan del hidrógeno el próximo oro verde.