Oxígeno para los bolsillos asturianos

Guillermo Gutier

ASTURIAS

Firma de una hipoteca
Firma de una hipoteca

El previsible descenso del Euribor y la contención de la inflación darán un pequeño respiro a los hogares en el inicio de 2024

06 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Las economías familiares asturianas podrían recibir un poco de oxígeno a lo largo del próximo año, si se confirma la tendencia a la baja tanto del índice Euribor (con el que se revisa la mayoría de los préstamos variables) como de la temida inflación.

Ese índice que revisa la gran mayoría de las hipotecas variables puede ser una pesadilla o un gran alivio de un año a otro, pues ha pasado de estar en cómodos (y nunca vistos) términos negativos durante cinco años a provocar taquicardias a partir del estallido de la guerra de Ucrania.

Asturias no es ajena sino, por el contrario, bastante sensible a este asunto. En el Principado, según datos del INE, las hipotecas descendieron drásticamente tras el crack de 2008 y, así, pasaron de rozar las 20.000 hasta bajar a su nivel mínimo en 2013, cuando no llegaban a 3.500. Un descenso brutal, producto del estallido de la burbuja inmobiliaria, que frenó el empleo, la inversión y el consumo drásticamente.

Las caídas, en Economía, suelen ser más bruscas que las subidas. De modo que la gráfica de compras de inmuebles fue aumentando poco a poco desde el subsuelo hasta tocar un nuevo techo de 7.000 contratos hipotecarios hace dos años, animada por esos bajos tipos de interés que llegaron a colocar el Euribor en cifras negativas entre febrero de 2016 y abril de 2022.

A partir de esa fecha, se produce un alarmante y acelerado aumento que, parece ser, tocó máximos en octubre de este año con un 4,16%, cuando dos años antes estaba en casi -0,48. Esto se ha traducido en incrementos muy considerables de las cuotas en todas las revisiones.

Pero todo esto parece haber cambiado en las últimas semanas, y ya se atisba un poco de cielo tímido entre los nubarrones. El control de la inflación en Europa, la estabilización de los precios de la energía y el frenazo de escalada de tipos en EEUU son los factores clave para la decisión del BCE de no marcar nuevos incrementos.

De hecho, ya en noviembre el tipo anual bajó al 4,022, mientras que la cifra provisional de diciembre al cierre de esta edición ya estaba por debajo del 3,7; una muy buena noticia para hipotecas variables. Qué pasará en el futuro próximo depende de muchos factores, pero, por el momento, las perspectivas no son del todo malas.

De hecho, otro elemento de presión para las familias asturianas y en especial para las rentas más bajas, la inflación, quizá haya tocado techo también. La subida de los precios se moderó en octubre hasta el 2,9%, por lo que el Principado fue una de las cuatro comunidades autónomas que bajó de la barrera del 3%, junto con Castilla y León (2,8%), Aragón y Extremadura (ambas con un 2,7%).

Hay que tener en cuenta que partíamos de cifras que en Europa se consideran escalofriantes, superiores al 10% a mediados de 2022, lo que motivó el premio de la montaña de los tipos oficiales del BCE, con diez subidas consecutivas. El consiguiente incremento de las cuotas en hipotecas variables frenó, obviamente, el consumo al quitar dinero disponible de los bolsillos familiares y por lo tanto enfrió la economía. Tanto, que algunos expertos criticaron el excesivo rigor de la entidad reguladora, muy atada, -dicen- a los intereses de la economía alemana y no tan atenta a las estadísticas de otros países.

En todo caso, menos inflación y tipos más bajos marcarán un mejor escenario del inicio de 2024 para los bolsillos de los asturianos. Si nada se tuerce, claro, (y muchas cosas pueden hacerlo) pues muy a menudo la economía es una ciencia de la adivinación.