Julen Álvarez, el asturiano en silla de ruedas que vivió su sueño de ver el Athletic- Real Sociedad en San Mamés

ASTURIAS

Julen en San Mamés
Julen en San Mamés

Hijo de un vasco y una asturiana, el joven fue recibido con mucho cariño por el presidente y los jugadores locales, y recibió una llamada de Julen Guerrero, a quien debe su propio nombre

17 ene 2024 . Actualizado a las 18:16 h.

El 30 de diciembre de 2022, el joven llanisco Julen Álvarez sufrió un accidente de moto que le provocó una grave lesión en la columna vertebral y le provocó una paraplejia. Desde entonces, sin movilidad en las piernas, se desplaza en silla de ruedas. En su momento, el golpe moral fue muy grande. «Con lo que te dicen, piensas: se me acabó la vida». Pero no tardó en recomponerse y seguir adelante. «Hay cosas que tienes que cambiar pero al final, sigo haciendo deporte». Sacó el bachiller y ahora estudia un grado superior de Deporte en Gijón.

Ese empeño suyo de seguir adelante, de continuar con su vida y además vinculado al deporte, le depararía una sorpresa muy agradable que forma parte ya de los grandes recuerdos de su vida. Todo comenzó en el gimnasio donde iba a entrenarse. Una mujer llamada Inmaculada Martínez lo vio trabajando allí —ella estaba rehabilitando una rodilla— y, admirada, se interesó por él. Supo entonces que le gustaba mucho el fútbol y que era aficionado del Athletic Club de Bilbao. Su padre, vasco de origen, ya fallecido, era un aficionado del club vizcaíno y le contagió esa pasión a su hijo. La compañera de gimnasio, a pesar de que no lo conocía de nada, decidió darle una sorpresa. Le consiguió entradas para ver el derby vasco en el estadio de San Mamés. Para él y para su familia: su hermano, su hermana y su madre.

Solo el hecho de acudir al campo le habría bastado. Sin embargo, una vez en San Mamés las sorpresas se fueron sucediendo. Entraron al campo un tiempo antes de que comenzase el partido, y le hicieron un tour rápido para ver la sala de prensa y otros espacios. Luego pasó al túnel de vestuarios y, de ahí, al campo. Allí se encontró con Raúl García o Adu Ares, entre otros jugadores. Todos se interesaron por él y estuvieron muy amables. También fue a verlo el exjugador Toquero, ahora comentarista en televisión. «Fue majísimo. Vino a verme sin que nadie le dijera nada y habló conmigo un rato».

Julen en San Mamés
Julen en San Mamés

Las entradas eran para el palco, y allí pudo ver el partido, disfrutar de una victoria del Athletic Club por 2-1 ante la Real Sociedad, y codearse con el mismo presidente del club, Jon Uriarte, que conocía su historia. Pero todavía le quedaban más sorpresas. Una de ellas, con un significado muy poderoso. Su padre lo había llamado Julen, precisamente, por su afición al fútbol. Era un gran admirador de Julen Guerrero, una de las grandes leyendas del Athletic. Julen recibió el día del derby una llamada de la Cadena Ser, y al otro lado del teléfono estaba, precisamente, su tocayo e ídolo de su padre.

Al terminar el partido, lo invitaron a ir al vestuario. Allí se encontró con Unai Simón, Iker Muniaín, De Marcos y otros muchos jugadores, que estuvieron hablando con él un rato, interesándose por su historia. Lo acogieron con mucha calidez. «No fue lo típico que están contigo para la foto, que se la hacen por obligación y ya está; fueron muy amables conmigo y me preguntaron muchas cosas, sabían mi nombre porque les habían enseñando un video de cuando tuve el accidente y se acercaron a interesarse por mí».

Cuando llegó al campo su intención era ver el partido y, quizá, conseguir alguna camiseta. Lo que se llevó fue mucho más. Además del cariño sincero de los jugadores, regresó a su casa con camisetas de Unai, Nico Williams, Adu Ares y Muniain, y los pantalones de De Marcos.

Julen en San Mamés
Julen en San Mamés

«Es un sueño que casi ni lo imaginas; lo veías como imposible y de un día para otro te ves en el vestuario con todos los jugadores», explica. Fueron muchas emociones en un día. No pudo evitar acordarse de su padre, que fue quien le inculcó el amor por el club vasco, algo que ya forma parte de su identidad para siempre. El símbolo del león es ya su símbolo, y San Mamés tiene un significado muy especial para él.

Julen Álvarez demostró, desde bien pronto, que tiene fuerza de voluntad y ganas de seguir adelante. Cuando estaba en el hospital se negó a perder el curso y siguió estudiando segundo de Bachiller. En cuanto a la rehabilitación y el alta, fueron más rápidas de lo esperado. El ingreso duró desde el 30 de diciembre hasta el 21 de abril. Había pasado a rehabilitación en febrero. Le dijeron que, normalmente, suelen estar doce meses pero él quiso acelerar el proceso. «Yo quería salir de allí», asegura. Con el tiempo ha descubierto que la decisión de seguir adelante fue la mejor que pudo tomar.