Quién sostiene el millón de Asturias: el flujo de nacionales treintañeros

ASTURIAS

F. Sotomonte

El año pasado se cerró con un ligero incremento en el número de habitantes por llegadas del exterior de la comunidad

19 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El año 2023 se cerró con un pequeño, muy pequeño, repunte de la población de Asturias, casi 600 habitantes más, y aunque parezca una cifra diminuta lo cierto es que mantuvo la barrera del millón de habitantes cuando todo el mundo en la comunidad lo daba por perdido y además puso de relieve un fenómeno reciente: Asturias atrae población, hay más personas que viene a instalarse en la región de las que se va para nada de eso puede compensar el tremendo saldo negativo vegetativo en un los territorios más envejecidos del mundo: son muchas más las muertes que los nuevos nacimientos. El millón se sostuvo por llegada de emigración ¿pero cuál?

«Mirando los datos vemos que en el grupo más joven, de entre 18 y 29 años, hay más gente que se va que la que viene, tampoco somos la comunidad en la que es más intenso esto; pero esos datos también nos dicen que el siguiente grupo, de 30 a 45 años, viene a Asturias, viene más gente de la que se va», explica la profesora de Demografía de la Universidad de Oviedo, Diana Gutiérrez Posada, que apunta además precisamente esta cohorte «esa franja de edad es bastante buena porque es gente que todavía está en una fase de su vida laboral bastante activa y que también está en una edad reproductiva interesante. Pensando en cómo se podría reducir el déficit demográfico,  estas personas también podrían ayudar a la natalidad».

La profesora destacó que está extendida la idea de que la llegada de población del exterior se corresponde con gente en edad de retirarse, de jubilación, y no es realmente frecuente en el bloque a partir de los 65 años. También, y a pesar de que hay un saldo negativo entre el grupo más joven, de 18 a 29 años, que «se puede ir a estudiar o empezar a trabajar en grandes metrópolis», lo cierto es que la diferencia entre las entradas y salidas en Asturias no es muy alta como sí ocurre en ambas Castillas o en La Rioja. En este sentido, Gutiérrez Posada recalcó que con estrategia para retener ese grupo concreto se avanzaría de manera relevante en la sostenibilidad de la población.

Pero cuando a la noticia de que Asturias mantenía su barrera redonda en las cifras y que además lo hacía con gentes venidas desde fuera de la comunidad surgieron también reacciones xenófobas, a menudo con bulos de toda clase. Lo cierto además, según señaló la profesora, que en realidad ese flujo de treintañeros que deciden «tener un comportamiento práctico, si tienen la opción, o la de teletrabajar, se van a Asturias». ¿Es porque son asturianos retornados, o otros nacionales que eligen la comunidad? El INE no baja a ese detalle. Lo que no hay es una mayoría de extranjeros

Asturias pierde habitantes después de haber llegado a su máximo en los años 80, es un cifra muy estable, pero su mengua se ha hecho de notar con relevancia en la representación política. La caída de población bastó para pasar de los 10 diputados que se elegían por Asturias en el Congreso a los 7 que hay en la actualidad. Hubo un momento, que rozó su influencia hasta 2012, en el que repuntó como ahora la demografía asturiana pero ese brote fue demasiado pequeño para no ser ahogado por la Gran Recesión.

El giro hacia el presente se dio con la pandemia. De la primera ola el Principado llegó a ojos de muchas personas como un territorio que «tuvo un carácter como de refugio durante el covid porque lo que se buscaba era espacios abiertos, esa sensación como del lugar limpio». Y en este sentido abunda que «para mí eso lo que me da a entender, es que Asturias tiene potencial, o sea, tiene unas características que si exploramos un poquito la gente las ve bastante interesantes. Es necesario plantear una estrategia adecuada y no es para nada sencillo, porque implica muchas cosas es un tema complejo que requiere una estrategia económica una estrategia social de servicios. Pero que sí que se puede, o sea, sí que la gente quiere venir, no es que no seamos unos olvidados de destino».

En el debate sobre el desarrollo de potencial turístico de Asturias, y sus riesgos medioambientales, agita las polémicas a menudo el concepto de refugio climático. A juicio de la profesora de Demografía, la cuestión puede ser que haya movimientos de población con las estaciones «hay sitios en Estados Unidos donde hace realmente frío en el invierno y en esos meses algunos de sus residentes se van a zonas más cálidas; aquí podría pasar al revés, en el verano con gente buscando el fresco».

¿Hasta dónde llegará la población astur de seguir la tendencia actual? «Desde los 70 el millón de habitantes es muy estable pero no cambiará la caída demográfica a menos que se haga mucho hincapié en una estrategia para atraer a más de estas personas de 30 a 45 45 65 y de retener a los 18-29 que son los que se nos están marchando».

En el caso hipotético de que todo se hiciera de forma óptima, la profesora apuntó que deben considerarse los datos: «hay una llegada de unas 500 personas de 30 a 45 años de edad y una pérdida de entre 700 personas y 500 personas del bloque entre 18 y 29 años. Estamos hablando de retener mil personas al año. Eso nos daría un crecimiento poblacional pequeño pero que nos serviría para revertir todas las tasas negativas que llevamos teniendo las últimas décadas».