César Morís, jefe de la Unidad del Corazón del HUCA: «La inteligencia artificial va a cambiar radicalmente la forma de hacer medicina en las próximas décadas»

Carmen Liedo REDACCIÓN

ASTURIAS

César Morís, jefe del área del Corazón del HUCA
César Morís, jefe del área del Corazón del HUCA

El cardiólogo pone de relieve la gran ayuda que supone para los facultativos las herramientas basadas en IA y el gran beneficio que conlleva para la salud del paciente al buscarse «optimizar el resultado» en la evolución a largo plazo del tratamiento

26 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

César Morís, jefe de la Unidad del Corazón del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) dirigía hace unos días la primera angioplastia de España guiada por inteligencia artificial, una intervención que, a su entender, marca un antes y un después a la hora de realizar ese tipo de intervenciones en tanto que permite «caracterizar mucho mejor la enfermedad y la lesión» coronaria y, por tanto, ayudan al facultativo a tomar decisiones que, pone de relieve, principalmente repercute en beneficio del paciente. En su opinión, esta incorporación de la inteligencia artificial a la cardiología es un paso más en la evolución de la medicina, aunque tiene claro que la inteligencia artificial supondrá una «revolución» que «va a cambiar radicalmente la forma de hacer medicina en las próximas décadas». No obstante, en la entrevista concedida a La Voz de Asturias matiza que si bien la IA será una herramienta de gran capacidad, ésta siempre tendrá que estar «bajo la supervisión del ser humano».

—Esta semana se realizaban en el HUCA las primeras angioplastias de España guiadas por inteligencia artificial ¿marcan un hito? ¿hay un antes y un después de estas intervenciones?

—En cierta manera sí. La técnica de hacer un eco intracoronario, es decir, desde el interior, ya es una técnica muy conocida. La novedades de esta actuación fue que la evolución de los catéteres, de los tubos que permiten hacer ese eco dentro de la coronaria, aportan o vienen ya con herramientas de la inteligencia artificial que permiten caracterizar mucho mejor la enfermedad y la lesión que tiene esa coronaria.

—¿En qué mejora la labor de los cardiólogos esta manera de realizar angioplastias guiadas con inteligencia artificial?

—Hasta ahora y desde hace bastantes años, lo único que teníamos era el contrate. Poníamos contraste dentro de la arteria y veíamos si estaba obstruida o no, pero a día de hoy eso ya no es suficiente, sino que tienes que saber más de esa obstrucción que llamamos la placa de ateroma: tenemos que saber qué composición tiene, si tiene mucha grasa, si tiene mucho calcio, si tiene mucha fibrosis, cuanto obstruye la arteria, qué longitud tiene... Y todas esas características que acabo de citar son las que condicionan el tratamiento que se vaya a hacer después. O sea, que ayudan muchísimo al clínico a la hora de tomar decisiones sobre qué vas a hacer sobre esa arteria, si no hacer nada, por ejemplo, hasta el extremo opuesto, en que haya que dilatar con un balón, romperle el calcio, ponerle un stent, etcétera.

—A partir de ahora, ¿se harán todas las angioplastias con este sistema?

—Sí, no hay duda ninguna porque es un avance técnico. Es decir, nos aporta mucha más información que el mismo catéter de la versión anterior. Puede haber casos en los que nos se utilizará, como pueda ser en un infarto ayudo de miocardio, que hay que tratar rápidamente la lesión. Pues en un porcentaje alto no se utilizará este sistema porque es urgente abrir la arteria. Pero en todos aquellos en los que queden dudas o se quiera caracterizar mejor la lesión, se usará siempre este catéter.

—¿En qué porcentaje mejora la probabilidad de éxito de una intervención realizada con este sistema?

—Estamos en tasas muy altas de éxito inmediato, estamos en tasas muy cercanas al cien por cien, por encima del 90%, sin duda. La situación a la que nos enfrentamos y que solucionamos es la evolución a largo plazo de ese tratamiento. No es tanto el resultado inmediato como si va a durar ese tratamiento, lo que se llama optimizar el resultado. Es decir, ya no nos vale con abrir la arteria, sino que tenemos que abrirla de una forma que esa apertura mucho mucho tiempo.

—Para el paciente ¿hay diferencia en que se le coloque un stent con este dispositivo de última generación que se apoya en inteligencia artificial?

—Claro, siempre todo lo que se persigue es en beneficio del paciente. Siempre. Resultado inmediato, resultado a largo plazo, mejor tratamiento... Siempre es pensando en el paciente, no en el procedimiento en sí o en la técnica, sino en los resultados en salud y en los resultados para el paciente.

—¿Qué supone para el área de Cardiología del HUCA haber sido el primer hospital en realizar angioplastias con este sistema?

—Un orgullo. En este país se hacen angioplastias y tenemos al lado el Hospital de Cabueñes o a nuestros vecinos los cántabros o los gallegos. Con esto quiero decir que hay muchos centros en nuestro país que hacen angioplastias coronarias y utilizan el eco intracoronario. Entonces, que hayan elegido el HUCA entre todos ellos y entre los de las grandes ciudades, como son Madrid y Barcelona, es para nosotros un tremendo motivo de orgullo que queremos trasladar a la población asturiana para transmitirles que hay cosas muy buenas aquí.

—¿Y para usted como cardiólogo haber dirigido estas primeras intervenciones?

—Pues lo mismo, un orgullo, pero aunque se haya puesto el foco en mí, ni siquiera las hice yo todas ni las hice yo solo. O sea, que yo estuviera es porque en este momento soy el jefe de la Unidad del Corazón, pero para todo el equipo ha sido un orgullo, ha sido para todos, no tiene nada que ver con una sola persona. Detrás está todo el equipo de Cardiología y del área del Corazón del HUCA y, sobre todo, esto va en función de mejorar la atención a los pacientes.

—¿Cómo ha sido la formación para realizar angioplastias con este nuevo sistema?

—Muy breve, porque nosotros la ecografía intracoronaria, como decía al principio, ya es una técnica que usamos de rutina. Este sistema lo que hace es que nos ofrece mucho mejor resultado, es decir, la caracterización de la lesión es mucho mejor porque la imagen que se obtiene está tratada por la inteligencia artificial y, además, este catéter permite otra cosa, que es que a la vez que hace eso, lo hace en menos tiempo y a la vez que hace el eco intracoronario, permite medir las presiones también dentro de la coronaria.

—¿Cuan importante considera que puede llegar a ser la inteligencia artificial para la cardiología, en particular, y para el futuro de la medicina, en general?

—Es una revolución de tal magnitud que probablemente no nos estemos dando cuenta de lo que significa. Una revista, como es la segunda más importante en Medicina, como es The New England Journal of Medicine, ha sacado un suplemento periódico únicamente dedicado a la inteligencia artificial en medicina. Es decir, la medicina se va a transformar completa y absolutamente y por donde está empezando es por las técnicas de imagen, porque todo lo que esté digitalizado va a poder ser tratado mediante inteligencia artificial. Por ejemplo, toda la ecografía, todos los escáneres, toda la resonancia magnética, toda la medicina nuclear..., en todo eso ya vienen los equipos con sistemas de inteligencia artificial incorporados. Pero es que los chats, como por ejemplo el chat GPT o el de Google, van a ser de gran ayuda también a la hora de colaborar y ayudar a establecer diagnósticos y soluciones terapéuticas. Hago hincapié en que yo creo que se habla de inteligencia artificial, pero la gente, y sobre todo los profesionales de la medicina, todavía no son conscientes del cambio que esto supone, porque todos los equipos que se van a incorporar a la práctica diaria, ya van a venir con esta novedosa forma de trabajar. Ahora si hacemos una placa de tórax a una persona podemos saber las probabilidades que tiene de tener en un futuro un cáncer de pulmón, por ejemplo. Eso solo lo da la inteligencia artificial, insisto probabilidades dije, no que lo vayan a tener. Pero la probabilidad la va a dar y eso va a hacer que nos fijemos más en él, que adoptemos medidas preventivas. Y ese cambio tan tremendo va a pasar en todas las especialidades.

—Pero ¿ve posible que la inteligencia artificial pueda llegar a sustituir a los médicos?

—No lo veo. Pero ese hermano tiene que estar ahí porque son métodos que ayudan. Por ejemplo, una placa de torax, que es algo tan sencillo, mediante la inteligencia artificial, va a poder obtenerse más información que la que puede obtener el ser humano y, además, de las capacidades que va a tener la inteligencia artificial de retener información en su interior, la del ser humano no puede con ello. Pero siempre va a ser bajo la supervisión del ser humano, pero la ayuda va a ser de un 80% en su labor. O sea, va a cambiar radicalmente la forma de hacer medicina en las próximas décadas. De hecho, las grandes universidades norteamericanas, que siempre están en la vanguardia, ya están haciendo enseñanza de la medicina mediante inteligencia artificial.

—Por tanto, también va a cambiar la forma de estudiar medicina con todos estos avances respecto a la forma de estudiar de hasta hace unos años…

—Totalmente. Cuando yo empecé ya hace casi 40 años era un ejercicio puramente memorístico. Entonces tenías que tener en la cabeza los conocimientos suficientes para interpretar lo que te contaba el paciente y lo que daban sus pruebas. Si vamos un poquito más allá, el doctor Gregorio Marañón era el único que tenía conocimiento y lo pasaba a los demás. Todo eso ha desaparecido porque ahora haces una pregunta a uno de estos sistemas de chat inteligentes y te dan una contestación de un nivel altísimo, y luego si las pruebas, como por ejemplo las radiológicas o las ecocardiográficas, la información que te dan es altísima y superior a la que pueden observar el ojo humano y el cerebro humano, pues todo tiene que cambiar. No podemos seguir estudiando como estudiábamos hace 40 años.