Barbón optará a un tercer mandato como presidente de Asturias

L.O.

ASTURIAS

En la asamblea de la FSA se optó por atajar cualquier especulación sobre el futuro del secretario general

09 may 2024 . Actualizado a las 12:59 h.

Era una asamblea de la Federación Socialista Asturiana marcada por un lema del momento, «No todo vale», a cuenta de la comparecencia apenas unos días atrás del presidente del Gobierno y líder de los socialistas, Pedro Sánchez, para cargar contra lo que calificó de «prácticas tóxicas» y normalización de los bulos en la vida pública. Y fue ahí cuando Adriana Lastra emplazó a Adrián Barbón a acallar rumores y aclarar sus planes para la futuro. Y lo hizo.

Barbón apuntó a los presentes que tenía intención de continuar al frente de la secretaría general de los socialistas asturianos un nuevo mandato y que también se postularía «si la militancia quiere» para presentarse en una tercera ocasión a las elecciones autonómicas y encadenar tres legislaturas, si vence en los comicios, como presidente del Principado.

Si Barbón, emplazado por Lastra, quiso recalcar en esta cita que optaría a un tercer mandato fue en buena medida por los rumores intermitentes sobre si dejaría la política asturiana para lanzarse a la nacional. No es un runrún nuevo sino que regresa de vez en cuando en los mentideros asturianos y nacionales cuando pasa algo, todo a pesar que de forma reiterada en varias ocasiones en público Barbón ha insistido en que (por el momento) sólo se ve en Asturias.

Sin embargo, los cinco días de reflexión personal de Sánchez, en los que llegó a valorar una dimisión, dejaron en el aire otros tantas jornadas de incertidumbre. No sólo respecto a la quién estaría al cargo del Gobierno sino qué pasaría en lo que atañe a la dirección del partido socialista toda vez que, en el presente, el liderazgo de Sánchez es indiscutido pero su marcha abriría un proceso de relevo cargado de incertidumbre. Fue ahí donde se llegó a especular con que se armara una hipotética gestora en la que tendría un papel Barbón. Sólo hay tres presidentes autonómicos del PSOE, los tres 'barones' actuales son el propio Barbón en Asturias, Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha y María Chivite en Navarra. Lo cierto es que tras reafirmarse en que seguiría al frente del Gobierno, Sánchez tardó pocos días en despejar dudas de que su intención era seguir dirigiendo el partido, cortando así cualquier especulación. Y en Asturias ha ocurrido lo mismo. Si Barbón encadenara tres mandatos igualaría el tiempo como presidente de Vicente Álvarez Areces, doce años.

En cierta medida, la deriva política de Pedro Sánchez ha tenido una influencia crucial en decisiones de Barbón sobre su propio horizonte político. Y no sólo porque se le haya identificado desde el principio como un dirigente «sanchista» en las corrientes del partido ya en el momento en que el Sánchez recuperó la secretaria general en las primarias de 2017, ya ciertamente estaba entonces junto a Lastra entre los responsables del partido que le dieron su respaldo.

Pero cuando Barbón se presentó por primera vez a las primarias asturianas para elegir al sucesor de Javier Fernández, una votación en la que se contendió con José María Pérez, 'Josechu'; lo hizo con el propósito de ocupar únicamente el cargo orgánico de secretario general de la FSA y, en principio, sus planes pasaban porque otra persona fuera el cabeza de cartel en las elecciones a la presidencia del Principado. Eso cambió con un mitin de Pedro Sánchez en Oviedo.

Barbón ya había ganado las primarias de la FSA en 2017 y todavía faltaban dos años para los comicios autonómicos (los de 2019). En medio, en marzo de 2018, con Sánchez ya habiendo recuperado la dirección del partido (todavía faltaban tres meses para la moción de censura que le haría presidente del Gobierno) en un acto celebrado en la capital asturiana señaló a Barbón como como «futuro y esperanza para Asturias», señalándolo de forma muy clara que esperaba se presentara a las elecciones. 

Y fue así, Barbón asumió que tenía que comerse sus palabras iniciales y atajó una bicefalia que, aunque ahora no se recuerde, amenazaba con complicarse por momentos. Las heridas en el seno del PSOE todavía estaban muy recientes, se habían cruzado palabras muy gruesas en aquella crisis, y Javier Fernández -que había sido el encargado de dirigir la gestora que llevó el partido tras destituir a Sánchez- era todavía presidente del Principado en activo.