Todo lo que debes saber para disfrutar de las Perseidas este 2024 en Asturias

Sergio Muñoz Solís
Sergio M. Solís REDACCIÓN

ASTURIAS

Perseidas
Perseidas PAUL BUCK

Las noches del domingo 11 y lunes 12 de agosto serán ideales para disfrutar de este fenómeno imprescindible para los amantes de la astronomía

11 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Un verano más, las Perseidas volverán a alumbrar la oscuridad de la noche en cielos asturianos. Este fenómeno, también conocido como «Lágrimas de San Lorenzo», es una de las citas imprescindibles para los amantes de la astronomía. Si bien ya se han podido apreciar desde mediados del mes de julio, las noches con más intensidad serán las de este domingo 11 y lunes 12 de agosto.

Esta lluvia de estrellas será visible desde prácticamente cualquier punto de la geografía asturiana siempre y cuando se cumplan una serie de requisitos. En primer lugar, es fundamental alejarse de las zonas con mayor contaminación lumínica. El medio rural, las zonas de monte o las costeras fuera de los núcleos urbanos son puntos ideales para contemplar este fenómeno. Por otro lado, es necesario evitar la presencia de nubes en el cielo para así disfrutar de las Perseidas en las condiciones óptimas. Una tarea que en Asturias no resulta tan sencilla.

Un buen punto para observarlas será cualquiera que nos permita obtener una buena visión del cielo, sin muchos obstáculos como edificios, montañas, o árboles. Tampoco se recomienda utilizar instrumentos ópticos que limiten el campo de visión, tales como prismáticos o telescopios. Lo ideal es observar el cielo estando tumbados y dirigir la mirada a las zonas más oscuras, en dirección opuesta a la luna, para que la vista se acostumbre a la oscuridad.

Entre los lugares más recomendados para disfrutar del fenómeno de las Perseidas se encuentran la playa de Gulpiyuri, en una zona alejada de la luz artificial, cerca de la costa y abierta a un cielo despejado; el Parque Natural de Somiedo, cuya altura permite tener una visión perfecta de las estrellas y los miradores de las ciudades, como Pinos Altos, en Salinas o Monte Naranco, en Oviedo. Por su disposición geográfica, algunos municipios son ideales para disfrutar de esta lluvia de estrellas. Lastres, considerado uno de los pueblos más bonitos de Asturias, o Castropol son algunas de las opciones.

Las lágrimas de San Lorenzo son seguidas cada año por multitud de estudiosos y aficionados.
Las lágrimas de San Lorenzo son seguidas cada año por multitud de estudiosos y aficionados. Cecilia Díaz< / span>

Actividades para disfrutar de las Perseidas

Como viene siendo habitual, el Centro de Interpretación del Monte Deva, en Gijón, tiene preparado un evento para la observación de las Perseidas. Apartado de la ciudad, en un lugar alto, el observatorio prepara su recinto para este año disfrutar de esta actividad organizada por la Concejalía Medio Ambiente y Sostenibilidad en colaboración con la Sociedad Astronómica Asturiana «Omega».

El evento tendrá lugar los días 11 y 12 de agosto a partir de las 21.00 horas. En primer lugar, los visitantes recibirán una charla acerca de este fenómeno astronómico para posteriormente visitar el observatorio y disfrutar de la lluvia de estrellas. El aforo es limitado y se requiere inscripción previa

Por otro lado, Allande Stars también ha preparado una actividad para la ocasión. Será la noche del lunes 12 de agosto, a partir de las 22.30 horas. Además de contemplar las Perseidas, los participantes descubrirán todos los secretos de estas «Lágrimas de San Lorenzo» y realizarán un recorrido por las estrellas, galaxias, constelaciones y otros cuerpos celestes con ayuda de telescopios y prismáticos astronómicos. Para esta actividad, que ya cuenta con el aforo completo, se recomienda acudir con una esterilla o silla plegable para disfrutar de la cita con comodidad así como con ropa de abrigo.

¿Qué son las Perseidas? ¿Por qué ocurre este fenómeno astronómico?

Los cometas, según describen sus órbitas alrededor del Sol, van arrojando al espacio un reguero de gases, polvo y escombros (materiales rocosos) que permanece en una órbita muy similar a la del cometa progenitor. Cada cometa va formando así un anillo en el que se encuentran distribuidos numerosos fragmentos cometarios. Cuando la Tierra, en su movimiento en torno al Sol, encuentra uno de estos anillos, algunos de los fragmentos rocosos (meteoroides) son atrapados por su campo gravitatorio y caen a gran velocidad a través de la atmósfera formando una lluvia de meteoros. La fricción con los gases atmosféricos calcinan y vaporizan los meteoros que aparecen brillantes durante una fracción de segundo formando lo que popularmente denominamos estrellas fugaces. No se trata por tanto de una estrella sino de una partícula de polvo incandescente.

Imagen que muestra mil galaxias pertenecientes al cúmulo Perseo, y más de 100.000 galaxias adicionales
Imagen que muestra mil galaxias pertenecientes al cúmulo Perseo, y más de 100.000 galaxias adicionales ESA / Euclid | EFE

La altura a la que un meteoro se hace brillante depende de la velocidad de penetración en la atmósfera, pero suele estar en torno a los 100 kilómetros. Sin embargo, el alto brillo y la gran velocidad transversal de algunos meteoros ocasionan un efecto espectacular, causando la ilusión en el observador de que están muy próximos. Los meteoroides de masa menor al kilogramo se calcinan completamente en la atmósfera, pero los mayores y más densos (de consistencia rocosa o metálica), forman meteoritos: restos calcinados que caen sobre el suelo.

Cada año a principios de agosto nuestro planeta cruza la órbita del cometa 109P/Swift-Tuttle, que tiene un período de 133 años y que pasó cerca del Sol por última vez en 1992. Esta órbita está llena de partículas pequeñas, como granos de arena o menores, que han sido liberadas por el cometa en sus pasos anteriores. Cuando una de estas partículas, que formaron en su día la cola del cometa, entra en la atmósfera terrestre a gran velocidad, la fricción la calienta hasta vaporizarla a gran altura.

La correspondiente lluvia de meteoros parece tener un único centro de origen, un punto del que parecen surgir todas las estrellas fugaces. Ese punto se denomina «radiante» y su localización se utiliza para nombrar a la lluvia de estrellas. Así pues, las perseidas tienen su radiante en la constelación de Perseo.