Los colegios La Vallina, La Canal y el CRA Cabu Peñes convocaron una marcha a las 8:45 horas desde el ayuntamiento hasta el parque Cristino García
26 may 2025 . Actualizado a las 13:52 h.La guerra entre la Consejería de Educación y el profesorado sigue más vigente que nunca. Este lunes, en Gozón, los colegios La Vallina, La Canal y el CRA Cabu Peñes convocaron una marcha a las 8:45 horas desde el ayuntamiento hasta el parque Cristino García, donde leyeron un manifiesto en el que reivindicaban lo que consideran sus derechos legítimos como trabajadores.
Fue la directora del Colegio La Canal la encargada de darle voz, en representación de las tres escuelas, al documento con las reclamas. La educadora quiso comenzar aclarando que, «tras haber estado los últimos días viendo en prensa una serie de retahílas circulares que nada tienen que ver con la realidad que hay en las aulas de infantil y primarias asturianas», se veían en la obligación de explicar ciertos puntos.
En primer lugar, afirman que la protesta no es por «la mal denominada “hora extra que los maestros y maestras no quieren hacer”» e indican que tendrían que hacerla «dentro de sus 37,5 horas» y «sería una hora menos» que tendrían «para realizar todas esas funciones propias de nuestra labor y de los meses de inicio y fin de curso y que son necesarias, importantes y obligatorias». Además, aseguran que tampoco es por «poner comedor en los meses de septiembre y junio en los centros con comedor de gestión directa», aunque aprovechan para reivindicar que es algo que se lleva solicitando desde «hace 30 años».
Tras estas aclaraciones, se pasó a enumerar los motivos de la protesta. El primero de ellos es «la falta real de recursos para atender al alumnado con necesidades educativas especiales». También señalan una equivocación acerca de las funciones que debe tener una escuela: «Se nos está considerando entidades enfocadas a facilitar a las familias la tan difícil labor de conciliación familiar y laboral, que debe ser gestionada por las empresas y las distintas administraciones. La escuela tiene otras funciones», aseveran.
Por otro lado, aseguran que la excesiva burocracia en los claustros y equipos directivos «está robando el tiempo para lo verdaderamente importante». Además, denuncian recibir «violencia verbal y física de las familias y el alumnado», que «las sustituciones no se tramitan de forma inmediata», la «falta de formación y acompañamiento en la implantación de nuevos planes» y los «cambios constantes de leyes», que aprovechan para afirmar que «van de mal en peor».
Por último, también exponen que su colectivo es «de los peores pagados de todas las comunidades», que tienen que «hacer uso de tiempo personal para seguir con la formación profesional tan necesaria» y que con «el dinero público se siguen pagando centros concertados». Además, subrayan que «se está dejando que, en un estado de bienestar donde la sanidad y la educación son los pilares, se esté bajando la calidad educativa» para finalmente concluir demandando «una educación pública de calidad para todas y todos».