Desde Oviedo «al fin del mundo» en silla de ruedas: «Sabemos que será el camino más duro, la orografía es horrible»
ASTURIAS
Rubén Zulueta y José Fernández, tras peregrinar a Roma desde Vitoria o atravesar los Monegros, irán hasta Finisterra haciendo el Camino Primitivo desde la capital asturiana, donde Asempa les prepara una bienvenida
01 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Recorrer el Camino de Santiago francés, atravesar el Desierto de los Monegros o peregrinar a Roma desde Vitoria para estar con el Papa Francisco son completos desafíos para cualquier persona de a pie. Sin embargo, estos dos amigos vascos, Rubén Zulueta y José Fernández, a sus 51 y 54 años respectivamente, ya lo han conseguido y, para más mérito aún, lo han logrado desde una silla de ruedas. Ahora, el siguiente reto de estos dos amigos, que padecen ambos una enfermedad degenerativa, sin tratamiento y sin cura, pasa por Asturias y es, ni más ni menos, que llegar hasta el fin del mundo desde Oviedo en tan sólo diez días recorriendo el Camino Primitivo de Santiago.
Ambos han fundado el proyecto «Caminus», con el que han llevado a cabo grandes aventuras siempre con el objetivo de «darle más visibilidad a las enfermedades raras» y concienciar sobre la necesidad de adaptar todos los espacios a aquellas personas con movilidad reducida. Con estas iniciativas, este vasco de 51 años asegura que ya han conseguido donar «casi 40.000 euros» a la ciencia. Además, desde sus redes sociales @CaMinus o @caminus0208 en Instagram tratan de impulsar su mensaje en todo el mundo.
Zulueta asegura que una patología como esta, que en su caso le «cogió casi con 40 años, te destroza. Crees que se te ha acabado la vida y que en cuatro días vas a estar en una silla de ruedas. No sabes cómo vas a estar dentro de un año, ni de dos y seguimos igual. No lo sabes, porque la enfermedad va avanzando y no sabes a qué ritmo lo va a hacer», relata. Al recibir la noticia, cuenta que «lloras mucho», porque es «una enfermedad que no puedes luchar contra ella. Ves cómo te consume y no puedes hacer nada», narra. Sin embargo, explica que su intención era que sus hijas no le recordasen «como un hombre enfermo», sino tal y como se considera: «Una persona echada para adelante» y a la que siemrpre le «ha gustado vivir la vida, disfrutarla».
Tras reflexionar sobre esto es cuando llega el punto de inflexión en su vida: «Decidí irme a un camping de vacaciones con mi familia y allí tuve la gran suerte de conocer a José y la verdad que, en seguida congeniamos. Nos hicimos grandes amigos y nuestras mujeres también. Ellas quedaron a hacer el Camino de Santiago junto a una pequeña cuadrilla que hicimos en el camping y José y yo, lógicamente, no pudimos ir».
Ante esta situación, este vasco cuenta que al no poder acompañarles en el Camino, fueron a Burgos: «Allí les invitamos a comer para ver cómo iban. Yo vi cómo José se emocionaba mucho. Al final, ves a tu mujer y a tus amigos haciendo algo que a ti te gustaría y que por una enfermedad, no puedes hacerlo. Hubo un momento en el que le pregunté: «¿Por qué tú y yo no?». No supo qué contestarme y su respuesta fue esta, que por eso viene luego este proyecto: «Rubén, yo contigo me iría al fin del mundo».
Esas palabras fueron las detonantes de que Caminus surgiese: «A partir de ahí empezamos a trabajar, a buscar patrocinadores, gente que nos ayudara... y conseguimos llegar a Santiago. Fuimos las primeras personas en el mundo en ir desde Roncesvalles a Santiago en silla de ruedas», subraya orgulloso. De los muchos proyectos que han llevado acabo en esta asociación, Zulueta habla del viaje a Roma y conocer al Papa Francisco como «uno de los más potentes». «Fuimos desde Vitoria en silla de ruedas y tuvimos la gran suerte de estar con él. Estuvimos reunidos y hablamos de la investigación de estas enfermedades y la importancia de darles más visibilidad, que al final es nuestro objetivo», apunta.
Ahora, en este nuevo proyecto, Zulueta, que ha pasado un año dificil tras una grave lesión en la pierna, quiere convertir las palabras de José, en las que le dijo que con él iría «hasta el fin del mundo», en premonitorias y por eso se embarcan en un viaje que les llevará hasta Finisterre. Partirán de Oviedo, donde llegarán el día 10 de junio, cuando desde la Asociación de Enfermedades Neuromusculares del Principado de Asturias (Asempa) les organizará una pequeña bienvenida y partirán el 11.
«Será el reto más duro porque la orografía es horrible»
A partir de ahí, recorrerán el Camino de Santiago Primitivo, un recorrido que saben que será «el más duro» que han hecho hasta la fecha por uno orografía «horrible» que les pondrá al límite. Sin embargo, cuentan con un arma secreta: Antonio, la persona que «siempre va por delante cuidándonos ese camino para que, cuando llegamos, encontremos un albergue donde podamos ducharnos. Es la persona que nos arregla las sillas, el mecánico, el técnico, el asistente... En definitiva, la persona que necesitamos», resume con agradecimiento Zulueta.
Sobre cómo pueden prepararse para estos desafío, el vasco explica que hacen «bastante ruta en silla de ruedas, nos metemos en mucha montaña, pero, lo que es entrenar a nivel físico, nosotros no podemos. En nuestro caso, es más una preparación mental. Es esa ilusión que llevamos tan potente la que nos hace avanzar kilómetro a kilómetro», sentencia.