
La región encabeza el porcentaje de población mayor en España, se sitúa entre las primeras en ocupación y pensiones, y afronta el reto de transformar la longevidad en impulso económico
07 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Asturias es la comunidad autónoma más envejecida de España, con un 43,7% de población mayor de 55 años en su territorio. Este dato, que no deja de ser preocupante, puede, no obstante, convertirse en una oportunidad. Este es el enfoque del Ranking de Territorios por la Economía Sénior 2024, elaborado por el Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación Mapfre, que subraya las potencialidades económicas y sociales proporcionadas por las personas mayores.
Asturias ocupa el noveno puesto del ranking, encabezado por Castilla y León, País Vasco y Cataluña, que se elabora a partir de seis dimensiones: demografía, empleo y oportunidades, participación social, pensiones, infraestructuras y grado de independencia. Todos estos indicadores reflejan el grado de preparación de cada territorio para atender a la población sénior y, al mismo tiempo, aprovechar su potencial económico.
Asturias aparece en el dibujo con fortalezas notables en aspectos clave como la ocupación sénior, la representación política y el nivel medio de las pensiones.
En el plano laboral, Asturias destaca con una tasa de ocupación sénior del 23,9%, la segunda más alta después de Castilla y León. El desempleo sénior se mantiene bajo, lejos de los niveles que presentan comunidades más jóvenes. Sin embargo, la región no brilla en el emprendimiento sénior: el porcentaje de autónomos mayores de 55 años es inferior al de La Rioja, Castilla y León o Extremadura.
Por otra parte, la influencia política y social de este grupo de edad es incuestionable. Asturias encabeza la lista nacional en porcentaje de alcaldes sénior en las cinco principales ciudades, con un 80%, y se sitúa entre las comunidades con más diputados autonómicos de más de 55 años (42,2%). Además, el 52,4% del electorado supera esa edad, lo que convierte al voto sénior en determinante para cualquier decisión política de alcance. Este predominio explica también la sensibilidad creciente hacia políticas relacionadas con la dependencia, la accesibilidad y la salud, que ganan peso en la agenda pública.
En el terreno económico, las pensiones refuerzan el papel de Asturias como un territorio donde los mayores sostienen buena parte del consumo. La región ocupa la segunda posición nacional en pensión media de jubilación, con 1.776,16 euros mensuales, solo por detrás del País Vasco.
La cifra tiene una cara y una cruz. Por una parte, alimenta la demanda interna y permite sostener el consumo. Por otra, en cambio, puede dar una falsa sensación de bonanza económica que, sin un sector productivo fuerte, acabará declinando una vez que las pensiones altas vayan desapareciendo.
Donde Asturias pierde posiciones es en la edad media de jubilación, que se mantiene en torno a los 62 años, y en la implantación de planes privados de pensiones, en los que Madrid, Cataluña y Andalucía presentan cifras muy superiores.
En cuanto a las infraestructuras y servicios para personas mayores, Asturias tiene una buena cobertura en plazas residenciales, pero tiene todavía carencias en los centros de mayores y en plazas de centros de día, que son fundamentales tanto para el envejecimiento activo como para para aliviar las cargas familiares en los cuidados.
A esto hay que añadir uno de los parámetros más desfavorables para la región: la longevidad no va acompañada de las mejores posiciones en salud. La esperanza de vida saludable, que mide los años vividos sin limitaciones, es baja en la región. Ocupa el cuarto puesto por la cola. Esto significa, entre otras cosas, que las personas mayores tienden a la dependencia, y necesitan una red de cuidados cada vez mayor, así como una mejora en los hábitos de vida.
Por último, Asturias es la segunda comunidad con mayor porcentaje de asalariados mayores de 55 años, con un 21,4%, lo que indica una alta integración de los séniors en el mercado laboral. Tiene, no obstante, carencias en digitalización sénior, un factor cada vez más determinante para la autonomía personal.
El envejecimiento de la población no tiene por qué ser solo un factor negativo. Asturias tiene la posibilidad de aprovechar sus fortalezas y convertirlo en un instrumento de crecimiento. Para ello, deberá impulsar la empleabilidad, incentivar el emprendimiento, reforzar la protección social y estimular la inversión en sectores que respondan a las demandas de esta población. El informe lo deja claro: el territorio que lo entienda a tiempo será el que más oportunidades genere en la próxima década.