
Lucas Castaño y Diego Menéndez inauguraron en 2024 este emblemático negocio ubicado en plena N-634 en dirección Arriondas. En marzo de este año recibieron una notificación de la Demarcación de Carreteras del Estado en Asturias que les instaba al «cese inmediato de la actividad». «Intuyen que estamos haciendo un cambio de actividad, cuando en ningún momento ha sido así»
08 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Lucas Castaño y Diego Menéndez decidieron apostar hace un año por continuar con la actividad del emblemático merendero la Güesal, ubicado en plena carretera nacional N-634 en dirección Arriondas, con la ilusión de quien se embarca en un negocio que considera viable.
Al principio les fue bien, sin nada que hiciera presagiar el infierno burocrático al que se iban a tener que enfrentar pocos meses después. Lucas Castaño explica a La Voz que ni él ni su socio tenían «nada que ver con ese negocio, pero sí que es verdad que intentamos abrir porque vimos una oportunidad y no la desaprovechamos». «Resulta que los anteriores propietarios no habían dado de baja la actividad, entonces lo único que tuvimos que hacer es un mero trámite para continuar con lo que ya hacían», remarca.
Tras poder abrir el merendero en 2024, este año decidieron «reparar lo ya existente y pintar, porque había estado ocho años cerrado», pero en ningún momento se refirieron en su solicitud de permiso al acceso al parking, el cual, por cierto, lleva operativo desde 1977.
Para su sorpresa, «en marzo de este año» recibieron una notificación de la Demarcación de Carreteras del Estado en Asturias que les instaba al «cese inmediato de la actividad». «Nos contestaron un año después denegándonos el permiso, porque intuyen que estamos haciendo un cambio de actividad, cuando en ningún momento ha sido así».
Lucas Castaño explica que, desde el momento en el que se plantearon adquirir el negocio, fue «con la idea de seguir manteniendo lo que ya había en la base». Para hacer aún más rocambolesca la actitud de la administración, cabe destacar que hace trece años los antiguos propietarios sí pidieron la licencia para ampliar las entradas del aparcamiento. Y se la concedieron.
«Ahora dicen que, como el negocio estuvo cerrado 8 años, al volver a abrir nosotros estamos haciendo un cambio de actividad», explica el copropietario de la Güesal. Admite que al leer la notificación de la Demarcación de Carreteras del Estado en Asturias «parecía como si el papel pesara 80 kilos».
Y el jarro de agua fría no solo ha llegado para los propietarios, sino también para los que este verano iban a ser sus empleados. «Este año de hecho teníamos contratados ya a 10 trabajadores», explica.
«Tenían muchísimas ganas de trabajar con nosotros y estuvieron un mes en un piso que alquilamos esperando», apunta. Lucas Castaño resalta que les pidió a los que iban a ser sus empleados «que se lo tomaran como unas vacaciones y que si en un mes no había ninguna noticia les ayudaríamos a buscar una solución».
Después de todo este tiempo, este emprendedor apunta que la demarcación «ha respondido, pero no acaban de dar una alternativa». Lo que le queda a él y a su socio es «pelear». «Como el negocio nunca se ha dado de baja es algo a lo que quizás nos podamos acoger, ya que estamos continuando una actividad», indica.
Tanto él como su socio, Diego Menéndez, están «superagradecidos» por las muestras de afecto y apoyo de vecinos y personas que se solidarizan con su situación. No en vano, el suyo es «un merendero muy, muy típico por el que pasaban todos nuestros padres y abuelos».
Explica que «antes de abrir ya hubo una gran acogida, ya que todo el mundo estaba ilusionado de que volviese a funcionar». Y es que la noticia, para los vecinos, «también ha sido un jarro de agua fría».