La «velutina del mar» ya invade la costa asturiana: en estas playas se ha detectado de forma «abundante»

Carmen Liedo REDACCIÓN

ASTURIAS

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El biólogo José Manuel Rico Ordás advierte que el alga asiática es una especie exótica «oportunista» que crece muy rápido desplazando a las comunidades nativas. Explica que se ha solicitado una ayuda a la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza para llevar a cabo un proyecto piloto de eliminación

12 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El verano pasado se sospechaba que el alga asiática Rugulopterix okamurae podía estar deambulando por el litoral asturiano después de que aparecieran ejemplares de esta especie exótica en la ría de Arousa y científicos gallegos sospecharan que también podía estar en Aldán y Ferrol. Pues bien, en los últimos meses se ha detectado a la conocida como «velutina del mar» en la costa asturiana, en concreto, en dos playas de Gijón y, además, de forma «abundante». 

José Manuel Rico Ordás, decano de la Facultad de Biología de la Universidad de Oviedo, explica que las primeras presencias del alga asiática se empezaron a detectar en la primavera de este año, confirmándose más adelante que «la especie ya está instalada en algunas zonas de la costa de Gijón», en las playas de El Rinconín y El Arbeyal, con el consiguiente riesgo que tiene para el ecosistema local su instalación y rápida expansión. «Normalmente todas las especies exóticas que se convierten en invasoras son especies que nosotros llamamos oportunistas, es decir, que tienen una serie de rasgos que les permiten crecer muy rápido, ocupar muy rápido el espacio, ser muy buenas competidoras respecto a otras especies y con eso lo que hacen es desplazar a las comunidades nativas», desarrolla el mismo. 

El experto señala que «lo más probable» es que la Rugulopterix okamurae, que está incluida en el catálogo español de especies exóticas invasoras, haya llegado a la costa de Asturias adherida al casco de los barcos, especialmente en embarcaciones de recreo, por los recorridos de navegación que realizan y por un «mantenimiento deficiente» del casco de las mismas: «Cuando no haces un buen mantenimiento, la parte sumergida del casco del barco es como un jardín», traslada el biólogo, que añade que es así como «fragmentos o propágulos de esta especie pueden desprenderse y dispersarse en diferentes zonas». Por tanto, señala que «una embarcación que permanezca aquí unos días puede dejar pedacitos del alga o propágulos que, si están en fase reproductora, pueden dar lugar a nuevos individuos», precisa. 

Según Rico Ordás, la presencia ya es evidente en varias zonas de la costa de Gijón: «En El Rincónín hay alga asiática seguro y también la hay en la playa del Arbeyal», indica para, a continuación, trasladar que «la expansión en estas zonas preocupa, ya que la especie puede alterar los ecosistemas locales». 

Evaluación para una retirada efizaz 

Para tratar de actuar sobre esta especie exótica invasora, el decano comenta que ya se está trabajando en colaboración con la autoridad portuaria de Gijón y el Centro de Experimentación Pesquera. «Hemos pedido ayuda a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que concede ayudas puntuales para combatir especies invasoras. Estamos a la espera de la resolución para poner en marcha un proyecto piloto de erradicación», avanza. La idea es «eliminar la especie en una superficie concreta y evaluar si esa acción ayuda a controlar su dispersión».

Así, espera recibir respuesta de la UICN en las próximas semanas para que se pueda empezar a trabajar en su eliminación: «Nosotros queremos evaluar en qué momento es más eficaz esa retirada manual para evitar que vuelva a instalarse», expone el experto, que matiza que la retirada «puede ser efectiva si se realiza en el momento adecuado». Y es que, aunque hay estudios sobre su comportamiento reproductor, el experto advierte que «hay que ver la biología que tiene aquí con unas condiciones ambientales distintas de las que experimenta, por ejemplo, en el sur de la Península Ibérica, con aguas más calidas… Entonces, hay ver a ver cuál es el momento ideal para hacer esa retirada de manera que sea lo más eficaz posible». Contrapone que «arrancar el alga en su fase fértil puede ser contraproducente, porque fragmentos con propágulos pueden quedar flotando y facilitar la dispersión». Por ello, incide en que la evaluación del momento idóneo para la retirada es fundamental. 

A partir de entonces, estima Rico Ordás que se iniciaría un periodo de seguimiento de entre 3 y 6 meses, tiempo durante el cual «se observa si vuelve a crecer o si la dispersión continúa», explica. En este sentido, parte de que la experiencia indica que «los intentos de erradicación en zonas ya colonizadas suelen ser poco efectivos» porque «cuando una especie ya está instalada, controlarla es muy difícil», afirma el biólogo. 

Por tanto, pone de relieve que la prevención es la mejor estrategia: «Es mucho más eficaz prevenir que curar. Por ejemplo, incentivar a los propietarios de embarcaciones a mantener bien sus cascos «para evitar el fouling, esa cobertura de algas que se forma en las embarcaciones», señala. 

Calentamiento del mar Cantábrico 

El decano de la Facultad de Biología de la Universidad de Oviedo achaca la instalación y expansión de muchas de especies exóticas en las costas del Cantábrico al aumento de la temperatura del agua, «porque si crecen aquí, quiere decir que en su zona de origen las condiciones son parecidas a las de aquí, lo que pasa es que modifican nuestros ecosistemas y se está perdiendo diversidad», advierte el mismo, que cita como otra consecuencia el que las especies de aquí «se ven desplazadas hacia más al norte, las que se pueden mover, y las que no, van reduciendo su abundancia, y eso va dejando hueco para que lleguen estas especies oportunistas», concluye.